"Cre¨ªa que todos estabais muertos"
Emotivo reencuentro de familiares del norte y el sur de Corea tras m¨¢s de 50 a?os de separaci¨®n
Medio siglo de divisi¨®n y guerra fr¨ªa entre las dos Coreas se vio ayer reducido a l¨¢grimas y abrazos cuando decenas de familias rotas desde la guerra pudieron por fin reunirse en las capitales del Norte y del Sur."Nunca so?¨¦ con que volver¨ªa aqu¨ª", exclam¨® Han Jae-il mientras descend¨ªa de su avi¨®n en Pyongyang, a un paso de donde naci¨® hace 82 a?os. "Me ha costado cincuenta a?os recorrer una distancia tan corta", dec¨ªa un hombre que viaj¨® a Se¨²l a reencontrarse con su hermana, que ahora trabaja como locutora en la radio p¨²blica surcoreana.
El centro de convenciones de la capital de Corea del Sur preparado para el reencuentro se llen¨® ayer de gritos hist¨¦ricos cuando la delegaci¨®n del Norte entro en la sala donde sus familiares les esperaban alrededor de mesas numeradas. Los miembros de las familias divididas volvieron a verse entre l¨¢grimas, abrazos y sollozos en conmovedoras escenas retransmitidas en directo por la televisi¨®n surcoreana.
Chung Sun-hwa, una mujer surcoreana, necesit¨® ayuda m¨¦dica para recuperarse del shock de haber reencontrado al hijo que no ve¨ªa desde hace 50 a?os. "Cre¨ª que todos estabais muertos", dec¨ªa un hombre norcoreano que consigui¨® reunirse con sus dos hermanas. Otro hombre, arrodillado en el suelo, se inclinaba ante su padre, sentado en una silla de ruedas, que le miraba sin comprender, demasiado viejo para recordar. Algunos se mostraban aterrorizados al no verse reconocidos en las miradas de sus familiares: "Soy tu padre", "Soy tu hermano", repet¨ªan desesperadamente.
Los gritos pronto se convirtieron en sosegadas conversaciones sobre oportunidades perdidas y preguntas sin respuesta de las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas.
Un avi¨®n de Corea del Norte transport¨® ayer a los 100 norcoreanos a Se¨²l, mientras una delegaci¨®n similar hizo el trayecto contrario hacia Pyongyang para participar en cuatro d¨ªas de encuentros acordados durante la hist¨®rica cumbre del pasado mes de junio entre los l¨ªderes de ambos pa¨ªses y que pretenden simbolizar la esperanza de 70 millones de coreanos en la reconciliaci¨®n nacional.
La delegaci¨®n del Norte incluye celebridades del mundo de las artes, la pol¨ªtica y la ciencia, aunque se cree que sus miembros han sido elegidos por sus contactos pol¨ªticos y su lealtad al r¨¦gimen estalinista de Pyongyang. El poeta Oh Yong-jae, el pintor Chung Chang-mo y el cient¨ªfico Cho Yong-gwan son algunos de los asistentes a la cita. Los 100 surcoreanos fueron elegidos atendiendo a su edad en un sorteo despu¨¦s de que unas 76.000 personas solicitaran participar en el viaje.
Para muchas familias de ambos lados de la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas siguen presentes las preguntas sobre c¨®mo sus seres queridos acabaron en el lado equivocado de la frontera despu¨¦s del ataque sorpresa del Norte un domingo de junio de 1950.
Kim Jong-ta se gradu¨® en medicina en la prestigiosa Universidad Nacional de Se¨²l y estaba visitando a su hermano en Se¨²l el 24 de junio, el d¨ªa anterior al comienzo de la guerra. Kim corri¨® a su unidad militar al d¨ªa siguiente y nunca m¨¢s se volvi¨® a saber de ¨¦l. Su hermano sigui¨® su rastro en Corea del Norte y present¨® una solicitud a la Cruz Roja, que les ha permitido volver a reunirse.
M¨¢s de un mill¨®n de personas huyeron al Sur en los a?os siguientes a la divisi¨®n de la pen¨ªnsula entre el Norte comunista y el Sur capitalista tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Miles de surcoreanos m¨¢s desertaron al Norte o fueron reclutados en su Ej¨¦rcito cuando comenz¨® la guerra. La frontera ha permanecido sellada desde entonces y toda forma de comunicaci¨®n entre los habitantes de ambos lados est¨¢ prohibida. Los dos pa¨ªses siguen t¨¦cnicamente en guerra porque el conflicto (1950-1953) acab¨® tras una tregua, no por un acuerdo de paz.
Estas reuniones pretenden reunir a gente que hasta hace poco no sab¨ªa si sus familiares estaban vivos o muertos. Se les permitir¨¢ mantener un total de seis encuentros con un m¨¢ximo de cinco familiares. Muchos tienen historias estremecedoras, como la del padre cuyo hijo nunca regres¨® de la escuela o la mujer que no volvi¨® a ver a su marido despu¨¦s de que saliera a comprar una bicicleta.
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