La s¨ªlfide de acero
Carolina Malchair est¨¢ hecha de l¨¢grimas, de ilusi¨®n y de voluntad. Despu¨¦s de Sidney, le gustar¨ªa estudiar Fisioterapia y seguir ligada a su deporte
Las s¨ªlfides existen. Basta contemplar una competici¨®n de gimnasia r¨ªtmica deportiva para saber que las ninfas, los esp¨ªritus delicados del aire, no pertenecen s¨®lo a la mitolog¨ªa. Lo que ocurre es que las ninfas como Carolina Malchair, de 18 a?os, est¨¢n hechas de acero, de l¨¢grimas, de ilusi¨®n y de voluntad. De la madera de los campeones. Porque detr¨¢s de cada ejercicio del grupo que representar¨¢ a Espa?a en la modalidad de conjuntos de gimnasia hay muchas horas de entrenamiento en un deporte que exige una entrega y una capacidad de resistencia asombrosas.Y eso es lo que, seg¨²n sus preparadores, caracteriza a esta muchacha cuya vida est¨¢ llena de maletas y de tes¨®n. Nacida en Marbella de padres belgas, gaditana de adopci¨®n, Carolina lleva varios a?os prepar¨¢ndose en el Centro de Alto Rendimiento Joaqu¨ªn Blume de Madrid bajo la direcci¨®n de Nancy Usero, seleccionadora del equipo espa?ol desde hace dos a?os.
Aunque su pasaporte para Sidney 2000 es casi seguro, hasta estos d¨ªas no sabr¨¢ a ciencia cierta si su nombre estar¨¢ en la lista de Usero para formar parte del conjunto que competir¨¢ en los Juegos. Aunque al final se caiga alguna (s¨®lo van seis), las ocho gimnastas preseleccionadas est¨¢n pasando ahora d¨ªas enteros dando los ¨²ltimos retoques a los ejercicios. ?sa es parte de la dureza de este deporte, donde existe sobre todas las cosas una palabra: disciplina.
Carolina, t¨ªmida como todos los seres m¨¢gicos, ha tenido que aplazar el COU para preparar los Juegos. Han sido ocho horas de entrenamiento diarias, y 24 de convivencia con el equipo. La compenetraci¨®n que muestran en la pista no es fruto de la casualidad: viven juntas, comen juntas, se animan, conocen sus puntos d¨¦biles y siguen a pies juntillas las indicaciones de su entrenadora. "?Has preguntado a Nancy si podemos hablar?", musita.
No es que Nancy sea un ogro.Las gimnastas viven en una concentraci¨®n permanente. Ven a la familia lo que pueden (el d¨ªa de la entrevista, los padres de Carolina esperaban a que su hija terminase su actuaci¨®n en M¨¢laga para poder disfrutarla dos d¨ªas). Las componentes del equipo viven en un piso de tres habitaciones. Tienen que vigilar su dieta, compuesta de carne, pescado, vegetales y fruta. Adem¨¢s de seguir una preparaci¨®n f¨ªsica donde se busca la resistencia, la velocidad, la flexibilidad y la potencia, dominan tres tipos de ballet: cl¨¢sico, espa?ol y contempor¨¢neo.
Precisamente fue el ballet, que comenz¨® a practicar con seis a?os, lo que la llev¨® a la gimnasia. "Empec¨¦ bailando, pero me gust¨® la gimnasia y me apunt¨¦ en C¨¢diz. Luego me llamaron a concentraciones con la selecci¨®n y termin¨¦ qued¨¢ndome en Madrid", resume.
En septiembre ver¨¢ recompensados sus esfuerzos. O no. Un m¨ªnimo fallo en el ejercicio supone pasar de la medalla de oro que el conjunto espa?ol de Gimnasia R¨ªtmica consigui¨® en Atlanta 1996 a un puesto en la cola. Y tampoco hay otros Juegos Ol¨ªmpicos para resarcirse si la cosa no va bien. "Veo dif¨ªcil continuar en activo otros cuatro a?os. La vida de las gimnastas es corta", explica.
Despu¨¦s de Sidney le gustar¨ªa estudiar Fisioterapia y seguir ligada a su deporte. Ahora en su cabeza cabe poco m¨¢s que los ejercicios arriesgados y est¨¦ticamente alt¨ªsimos que Usero ha dise?ado para sus chicas. Entretanto, Carolina pasa el tiempo libre leyendo y escuchando m¨²sica. "Los libros que m¨¢s me gustan son los de suspense; y en m¨²sica, el pop y todo lo bailable". En pel¨ªculas, Titanic est¨¢ entre las favoritas. Tambi¨¦n le gusta ver otros deportes, como el patinaje art¨ªstico, el tenis o la nataci¨®n. Ah¨ª aflora la adolescente. Porque, aparte de una constancia que le ha permitido sacar el m¨¢ximo partido de su cuerpo, "un biotipo perfecto" seg¨²n sus preparadores, Carolina no es m¨¢s que una chica de 18 a?os. Aunque sobre la pista se convierta en un esp¨ªritu del aire.
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