Falos

MART? DOM?NGUEZLinneo bautiz¨® con el sorprendente nombre de Phallus impudicus un hongo porque le escandalizaba su forma f¨¢lica. Thomas Mann, en unas bell¨ªsimas frases de La monta?a m¨¢gica, tambi¨¦n describ¨ªa aquel hongo "cuyo nombre latino conten¨ªa el ep¨ªteto de impudicus y cuya forma hac¨ªa pensar en el amor, pero cuyo olor recordaba a la muerte, pues era con toda evidencia un olor cadav¨¦rico lo que el impudicus liberaba, cuando rezumaba de su cabeza en forma de campana el l¨ªquido verdoso y mucilaginoso que desprend¨ªan las esporas". Si el pobre Linneo hubiese le¨ªdo la descripci¨®n de Thomas Mann, se hubiese quedado espantado ante la impud¨ªcia del escritor alem¨¢n. Porque, en efecto, la gleba (o el glande, para entendernos) de aquel odioso hongo sufre una autolisis y desprende un l¨ªquido viscoso, dulce, que libera al mismo tiempo un olor intenso, como a carne en descomposici¨®n, y que atrae con gran eficacia a las moscas, que dispersan sus esporas. Charles Darwin tambi¨¦n describ¨ªa, en una de sus primeras prospecciones del Beagle, en Rio de Janeiro, aquel hongo de olor cadav¨¦rico: "Esta vez top¨¦ con un ejemplar de un curioso hongo llamado Hymenophallus. Todo el mundo conoce el phallus ingl¨¦s, que apesta el aire con su repugnante olor; algunos escarabajos consideran ese olor cual perfume delicioso. Lo mismo acontece aqu¨ª, pues un Strongylus vino a posarse sobre el hongo que llevaba yo en la mano". ?Ah, si el pobre Linneo hubiese le¨ªdo a Darwin! C¨®mo se hubiese escandalizado imagin¨¢ndoselo paseando con el falo imp¨²dico en la mano, que rezumaba aquel l¨ªquido apestoso, envuelto por moscas y escarabajos! Y qu¨¦ manera de escribir, se?or Darwin: "todo el mundo conoce el falo ingl¨¦s"... Por favor, ?modere su entusiasmo!