Firmeza y di¨¢logo no son incompatibles

Frente al terrorismo no hay otra v¨ªa que la resistencia inteligente, cada cual cumpliendo con su deber: jueces, pol¨ªticos, polic¨ªas. Es lo que ayer hicieron diversas instancias con responsabilidad en ese campo. Ante el disparate de un ayuntamiento cediendo sus locales para homenajear a un terrorista muerto cuando intentaba matar, en una decisi¨®n que el propio alcalde ha achacado a la coacci¨®n ejercida sobre los ediles, se han movilizado quienes ten¨ªan la posibilidad de hacerlo para intentar anular esa decisi¨®n a todas luces ileg¨ªtima. Y el ministro del Interior, de acuerdo con el primer partido de la oposici¨®n, ha decidido convocar a los representantes de todos los grupos parlamentarios, incluyendo un PNV en el que cada vez son m¨¢s y m¨¢s potentes las voces cr¨ªticas con Lizarra, a fin de intentar recomponer la unidad de las fuerzas democr¨¢ticas contra el terrorismo.El PNV ha mostrado su desacuerdo con la actitud de sus concejales de Markina, pero ni el Gobierno que preside en Vitoria ni el partido como tal han tomado ninguna medida en relaci¨®n a esa actitud. El presidente del PNV de Vizcaya, ??igo Urkullu, explicaba el jueves en el diario Deia que la decisi¨®n de los concejales se hab¨ªa debido a la "presi¨®n y coacci¨®n" de que hab¨ªan sido v¨ªctimas por parte de personas que incluso se presentaron "en casa del alcalde y en el caser¨ªo de su mujer" y que tuvieron a todos los ediles "medio secuestrados en el Ayuntamiento", inst¨¢ndoles a "convocar un pleno". Ayer, ese mismo dirigente argumentaba que "el mal ya est¨¢ hecho", para justificar su pasividad. Tambi¨¦n dijo que quiz¨¢s "ser¨ªa peor el remedio que la enfermedad". Sin embargo, ese argumento es el que ha llevado al nacionalismo y las instituciones que dirige a un continuo retroceso y al correlativo envalentonamiento de la minor¨ªa violenta, que ya considera un derecho vulnerar la ley y no democr¨¢tica cualquier decisi¨®n que contradiga sus deseos.

No es cierto que no se pueda hacer nada. Por una parte, el Tribunal Superior del Pa¨ªs Vasco acord¨® ayer la suspensi¨®n cautelar del acuerdo del pleno -adoptado con los votos de PNV, EA y EH- , en r¨¢pida respuesta al recurso contencioso-administrativo presentado ayer mismo por la Delegaci¨®n del Gobierno en Euskadi. El recurso invocaba el art¨ªculo 66 de la Ley de Bases de R¨¦gimen Local, sobre extralimitaci¨®n competencial. La Fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional, por su parte, ha abierto diligencias para establecer si ha habido alg¨²n delito: de apolog¨ªa del terrorismo, colaboraci¨®n con banda armada o amenazas.

La convocatoria del ministro Mayor Oreja a los grupos parlamentarios, incluyendo el del PNV, supone una rectificaci¨®n inteligente de la actitud seguida hasta ahora por Interior, incluyendo la escasa receptividad hacia la propuesta del PSOE de contactos en el ¨¢mbito parlamentario. Es cierto que el PNV todav¨ªa no se ha salido de Lizarra, y que Joseba Egibar reprende a los que, como I?aki Anasagasti, dicen que ser¨ªa hora de hacerlo; pero la misma actitud de ¨¦ste indica que la marea cr¨ªtica ha llegado ya muy arriba, y no ser¨ªa sensato ignorarlo. Seguir condicionando el di¨¢logo -que no es lo mismo que el acuerdo- a la ruptura formal con Lizarra es posible que s¨®lo favorezca hoy a los sectores m¨¢s fundamentalistas del PNV. El hecho de que la reuni¨®n se haya planteado con los grupos parlamentarios significa, adem¨¢s, que el interlocutor ser¨¢ en principio Anasagasti, lo que hace m¨¢s f¨¢cil la reanudaci¨®n del contacto.

La iniciativa parece, por tanto, oportuna. ?Es tambi¨¦n acertada, coherente con la necesaria firmeza? El tiempo lo dir¨¢, pero seguramente s¨ª lo es. El PNV es un partido de tradici¨®n democr¨¢tica que ha dado un paso equivocado: el de apostar por una v¨ªa de acercamiento al nacionalismo antidemocr¨¢tico que exclu¨ªa a la mitad de la poblaci¨®n y supon¨ªa aceptar el chantaje de ETA respecto a la impugnaci¨®n del Estatuto. As¨ª lo consideran ya la mayor¨ªa de los nacionalistas que han criticado la deriva soberanista. Por otra parte, aunque lo que mueve a ETA es sobre todo el af¨¢n de garantizarse su continuidad organizativa, no es s¨®lo una mafia; necesita un pretexto pol¨ªtico, y ninguno tan precioso como que el nacionalismo democr¨¢tico diga compartir unos fines (independencia e incorporaci¨®n de Navarra y Pa¨ªs Vasco franc¨¦s) que, hoy por hoy, a la vista de los resultados electorales, s¨®lo podr¨ªan alcanzarse mediante la coacci¨®n. ETA se considera legitimada para ejercerla.

Acabar con esa legitimaci¨®n es condici¨®n necesaria, aunque insuficiente, para que ETA desista, y de ah¨ª el inter¨¦s por recuperar al PNV para el consenso democr¨¢tico, que en la pr¨¢ctica s¨®lo puede darse en torno al principio auton¨®mico. Mientras no rompa definitivamente con Lizarra ser¨¢ dif¨ªcil avanzar en acuerdos, pero hoy se favorece m¨¢s una evoluci¨®n en ese sentido desde el di¨¢logo que desde el aislamiento.