El submarino 'Kursk' es ya una fosa com¨²n
Los socorristas brit¨¢nicos y noruegos llegan tras el anuncio de Rusia de que no habr¨¢ supervivientes
Todo indica que el submarino nuclear ruso Kursk es una inmensa fosa com¨²n con 118 cuerpos en el fondo del mar de Barents. All¨ª, al norte del C¨ªrculo Polar ?rtico, yacen junto a los restos del orgullo militar de la segunda superpotencia at¨®mica del planeta. Al caer la noche de ayer, el buque noruego Normand Pioneer lleg¨® a las g¨¦lidas aguas de la zona de la cat¨¢strofe con 27 socorristas brit¨¢nicos y el minisumergible LR5, en el que se depositan las ¨²ltimas esperanzas, cercanas a la utop¨ªa.El comandante del crucero ruso Pedro el Grande, desde el que se dirigen las hasta ahora infructuosas operaciones de rescate (que implican a 20 nav¨ªos con fuerte apoyo a¨¦reo), vol¨® en helic¨®ptero en torno a las ocho de la tarde para reunirse con el jefe de la misi¨®n brit¨¢nica y coordinar los trabajos, que finalmente se retrasaron varias horas. Cuando la media noche cubr¨ªa el mar de Barents, lleg¨® a las coordenadas del Kursk el nav¨ªo noruego Seaway Eagle, con un equipo de 12 buzos y hombres rana de esa nacionalidad especializados en operaciones de alto riesgo a gran profundidad y en circunstancias atmosf¨¦ricas dif¨ªciles.
Los intentos de la Marina rusa por efectuar el rescate con sus propios medios se han revelado infructuosos. Lo que es peor, el rechazo inicial de ayuda extranjera puede haber destruido las m¨ªnimas posibilidades de salvar vidas. Los batiscafos rusos han sido incapaces de superar las dificultades t¨¦cnicas provocadas por la inclinaci¨®n del sumergible en el fondo del mar y por los graves da?os producidos en la escotilla de popa, lo que impide su apertura. La de proa est¨¢ pr¨¢cticamente destruida. El LR5 tiene, cuando menos, una posibilidad de acceder a la ¨²nica v¨ªa te¨®rica de escape desde los compartimentos posteriores del submarino, ¨²nicos en los que, desafiando a la l¨®gica, puede quedar alguien vivo.
Seg¨²n le plan coordinado entre los mandos rusos y los equipos internacionales, los submarinistas deben comprobar la presi¨®n entre las escotillas exterior e interior, lo que les indicar¨¢ si el submarino est¨¢ o no anegado. Este hecho es crucial para dise?ar el plan de rescate y albergar a¨²n esperanzas de encontrar vivos.
El equipo brit¨¢nico efectuar¨¢ una operaci¨®n de reconocimiento mediante un minisumergible operado por control remoto. Aunque el LR5 no ha participado en simulacros de salvamento con submarinos rusos, s¨ª lo ha hecho con uno polaco y, al menos en teor¨ªa, parece viable el acoplamiento al Kursk, pese a la inclinaci¨®n de ¨¦ste, los graves da?os sufridos, las corrientes marinas y el lodo depositado en su casco.
Tras el ajuste entre las dos naves, y si efectivamente el sumergible no est¨¢ anegado, se prev¨¦ la creaci¨®n de una zona en la que la presi¨®n ser¨ªa casi normal y que permitir¨ªa (si se logra abrir la escotilla del Kursk), acceder a los compartimentos no inundados. En este caso, en grupos de entre 15 y 20 por viaje, se podr¨ªa llevar a los marineros rusos hasta la superficie. Sobre todo si est¨¢n vivos. Operar con cad¨¢veres ser¨ªa mucho m¨¢s complejo, aunque la ausencia de supervivientes eliminar¨ªa el factor urgencia. Las bater¨ªas del LR5 permiten a ¨¦ste trabajar de manera continuada hasta ocho horas, lo que har¨ªa posible, en las condiciones id¨®neas, efectuar cuatro trayectos de ida y vuelta.
Todav¨ªa ayer, un experto brit¨¢nico, Jeff Toll, aseguraba que ha habido casos en los que, en circunstancias similares a las del accidente del Kursk, se han rescatado supervivientes despu¨¦s de dos semanas, y apuntaba a que podr¨ªa haber a¨²n hasta 20 tripulantes vivos. Al fin y al cabo, de vez en cuando, y desafiando toda l¨®gica, "resucita" gente bajo monta?as de escombros provocadas por colosales terremotos. A eso se le suele llamar milagro, aunque sea m¨¢s bien una prueba de lo dif¨ªcil que es marcar l¨ªmites a la resistencia humana. Y en uno de esos milagros conf¨ªan a¨²n los familiares de los 118 oficiales y marineros del Kursk, muchos de los cuales han viajado al inh¨®spito norte de Rusia desde diversas partes de este inmenso pa¨ªs bicontinental, con un ¨²ltimo soplo de esperanza o, cuando menos, el deseo de tener un cuerpo al que dar sepultura. Anoche, el Gobierno ruso les inform¨® de que los plazos de supervivencia hab¨ªan sido superados.
Otra apuesta por el milagro fue el oficio religioso que ayer presidi¨® el patriarca ortodoxo, Alejo II, en la catedral moscovita de Cristo Salvador, el mayor templo de Rusia y un s¨ªmbolo de los nuevos tiempos.
De hacer caso a las declaraciones, ayer, del jefe del Estado Mayor de la Marina, Mija¨ªl Motsak, el umbral de la esperanza ya ha sido sobrepasado. "Por muy duro que resulte decirlo", se?al¨®, "tendremos probablemente que admitir que se confirman las peores expectativas".
Los datos objetivos que le llevan a ese fatal diagn¨®stico son los siguientes: la proa del submarino se inund¨® en cuesti¨®n de minutos tras el accidente, lo que probablemente caus¨® la muerte de cuantos all¨ª se encontraban; el an¨¢lisis de los golpes en el casco con los que se comunicaron los supervivientes indicaba filtraciones de agua y falta de aire; es muy probable que la presi¨®n en las zonas a¨²n no inundadas por completo sea ahora muy alta, aunque haya algunas bolsas de aire. En opini¨®n de Motsak, que no tiene ning¨²n motivo para mostrarse pesimista, "la ausencia de cualquier se?al (probablemente incluso desde el lunes) nos lleva a la conclusi¨®n de que se ha alcanzado el punto cr¨ªtico".
El viceprimer ministro ruso, Ili¨¢ Kleb¨¢nov, admit¨ªa anoche la posibilidad "solamente te¨®rica" de que quede alguien con vida en la trampa mortal en la que se ha convertido el Kursk, pero el tono de sus palabras no hizo sino potenciar el m¨¢s negro pesimismo.
Kleb¨¢nov, que preside la comisi¨®n gubernamental, ha adelantado ya algunas conclusiones de la investigaci¨®n, como que los da?os m¨¢s graves se produjeron cuando el sumergible toc¨® fondo, a m¨¢s de 100 metros de profundidad y, como consecuencia del impacto, se produjo una explosi¨®n en el compartimento de torpedos, afortunadamente sin carga at¨®mica. Lo que a¨²n no se ha podido determinar es la primera fase del siniestro, producida a menos de 20 metros de profundidad, y que pudo ser un choque, otra explosi¨®n o una combinaci¨®n de ambos.
El retraso en informar de la cat¨¢strofe y el secretismo y la cicater¨ªa con que se facilitan datos hacen que sigan multiplic¨¢ndose las especulaciones en la prensa rusa. As¨ª, el diario Segodnia (propiedad de Vlad¨ªmir Gusinski, un enemigo del presidente Putin) recog¨ªa la versi¨®n de que el Kursk choc¨® con un submarino brit¨¢nico del tipo Trafalgar (el d¨ªa anterior hab¨ªa publicado la hip¨®tesis de que lo hubiese embestido un sumergible estadounidense). La hip¨®tesis se sustenta en la informaci¨®n de Arkadi M¨¢montov, periodista de la televisi¨®n estatal RTR y ¨²nico autorizado a seguir las operaciones desde el crucero Pedro el Grande, seg¨²n el cual en la zona de la supuesta colisi¨®n se encontraron boyas naranjas, el color brit¨¢nico. Londres desminti¨® ayer esta posibilidad.
Por su parte, Nezav¨ªsimaya Gazeta (controlado por el oligarca hoy en la oposici¨®n Bor¨ªs Berezovski) criticaba la actitud de la comisi¨®n gubernamental, m¨¢s preocupada supuestamente por averiguar las causas de la tragedia que por salvar las vidas de los marineros atrapados en el Kursk. Alex¨¦i G¨²sev -que estaba al mando de un submarino que naufrag¨® en 1983, del que pudo salvarse a 103 de sus 120 tripulantes-, se lamentaba por su parte: "Parece que en el mar de Barents no se procede a un rescate de nuestros chicos sino que se intenta enterrar un secreto militar". Una referencia al temor de los mandos militares y del propio presidente, Vlad¨ªmir Putin, de que la ayuda llegada del exterior termine poniendo en manos occidentales las claves de una de las joyas que adornan la corona del desfalleciente potencial b¨¦lico del pa¨ªs heredero de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
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