Imaginemos
Imagin¨¦monos un alumno que, a?o tras a?o, obtuviera resultados acad¨¦micos negativos y, por ello, repitiera frecuentemente curso.Supongamos que las causas fueran una absoluta falta de inter¨¦s, desprecio por esforzarse y aprender, etc¨¦tera. Imagin¨¦monos tambi¨¦n que sus padres premiaran su actitud d¨¢ndole caprichos y mand¨¢ndole de vacaciones. A¨²n m¨¢s, imaginemos a un hermano menor del anterior que se esforzara y generalmente obtuviera buenas calificaciones y al cual sus progenitores castigaran oblig¨¢ndole a estudiar m¨¢s en verano, priv¨¢ndole de ocio alguno. En el colmo del surrealismo, imagin¨¦monos que la justificaci¨®n paterna fuera: "El mayor tiene m¨¢s experiencia en suspender, por eso su empecinamiento merece una recompensa". ?Ciencia ficci¨®n?
La Administraci¨®n (Padre-Madre de todos los espa?oles) trata as¨ª a sus hijos (los opositores), como ha quedado patente en las recientes oposiciones de la Comunidad de Madrid para ense?anza secundaria.
Los interinos hist¨®ricos, que llevan a?os suspendiendo ex¨¢menes y siendo incapaces de superar el proceso selectivo, ven recompensada su actitud conservando su puesto de trabajo (interinidad vitalicia).
Los miles de reci¨¦n licenciados y los profesores j¨®venes, que generalmente obtienen unas calificaciones m¨¢s altas, son castigados sin trabajo o con migajas que aqu¨¦llos no quieren.
?La raz¨®n?: aqu¨¦llos nacieron antes, tienen m¨¢s experiencia suspendiendo y merecen un premio.
Desgraciadamente, la situaci¨®n es real.
Lo ir¨®nico es que ha sido posible gracias a los acuerdos entre responsables pol¨ªticos y sindicatos mayoritarios. ?Qu¨¦ educaci¨®n p¨²blica de calidad se busca?
Posiblemente, muchos de esos profesores mimados por la Administraci¨®n se quejar¨¢n luego en sus centros de la absoluta falta de inter¨¦s de los alumnos, de su desmotivaci¨®n... y a¨²n culpabilizar¨¢n a las familias por no exigir m¨¢s a sus hijos. Y yo pregunto: ?qu¨¦ se les ha exigido a ellos para desempe?ar su trabajo?- Pablo Galv¨ªn. Madrid.
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