Juan Diego Botto se pone en manos de su madre en un ambicioso montaje teatral
Me o¨ªste, Juan?".Una madre sermonea a su hijo y le arregla el cuello de la camisa mientras ¨¦l, con cara de resignaci¨®n, trata de hablar con un amigo.
As¨ª descrita, se podr¨ªa situar la escena en una casa cualquiera, un s¨¢bado por la noche. Pero es mediod¨ªa de un jueves en una sala de teatro de Madrid.
El amigo es Ernesto Alterio, 27 a?os, actor de Los lobos de Washington, Cuarteto de La Habana o Los a?os b¨¢rbaros. El hijo es Juan Diego Botto, 25 a?os, actor de Asfalto, Martin (hache) o Historias del Kronen. La madre es la directora de actores Cristina Rota. Y los tres se encuentran en uno de los ¨²ltimos ensayos de Rosencrantz y Guilderstern han muerto, de Tom Stoppard, que la compa?¨ªa Nuevo Repertorio estrenar¨¢ el pr¨®ximo dos septiembre en Avil¨¦s, y llevar¨¢ luego por distintas ciudades espa?olas.
La relaci¨®n entre actor y director es compleja en s¨ª, como lo son tambi¨¦n la de maestro y alumno y la de madre e hijo. Pero si se juntan todas esas relaciones en una sola, el resultado se convierte en impredecible.
"Para m¨ª, trabajar con Juan supone, ante todo, un compromiso frente a los dem¨¢s actores", explica Rota, directora de la escuela de interpretaci¨®n de Madrid que lleva su nombre, por cuyas aulas han pasado Pen¨¦lope Cruz, Gabino Diego, Ana Torrent, Cristina Marcos, Pastora Vega o Imanol Arias. "No quiero que crean que tenemos pactos secretos. Debo tener mucho cuidado, porque me doy cuenta de que el resto de la compa?¨ªa es muy susceptible. Al final suele ocurrir que acabo dirigiendo m¨¢s al resto de actores y abandono un poco a Juan, y entonces me siento culpable porque piensa que lo he abandonado. Tengo que tener mucho cuidado, andar compensando todo el tiempo. Y eso es un problema a la hora de trabajar".
Para Juan Diego Botto, ser dirigido por su madre "tiene su lado positivo y su lado negativo". "De entrada", dice, "nos entendemos bien, y eso es un buen punto de partida. Por otro lado, como actor, cuando el director te dice algo, siempre intentas justificarte. Y si el director es tu madre, pues mucho m¨¢s. Muchas veces piensas que te hace algunos reproches s¨®lo porque es tu madre".
-Juan, que si me o¨ªste.
Juan Diego Botto asiente, y se dirige con Ernesto Alterio al fondo del escenario, mientras Cristina Rota se acomoda en la primera fila de butacas.
-Pues venga, vamos all¨¢.
Los dos j¨®venes actores ensayan una escena c¨®mica, bajo la atenta mirada de la que fue maestra de ambos. Van vestidos de cortesanos isabelinos. Son Rosencrantz (Botto) y Guildenstern (Alterio). Ros y Guil. Dos personajes secundarios que cre¨® Shakespeare en Hamlet, y a los que el dramaturgo Tom Stoppard (Checoslovaquia, ahora Rep¨²blica Checa, 1937) convirti¨® en protagonistas de una obra que se estren¨® en 1966 en el festival de Edimburgo.
Juan Diego Botto lleva cerca de dos a?os sin subirse a un escenario. Su trabajo en el cine no se lo ha permitido. Y es que el chico tiene una agenda apretada. El 29 de septiembre, en el festival de San Sebasti¨¢n, se estrena Plenilunio, la nueva pel¨ªcula de Imanol Uribe basada en la novela hom¨®nima de Antonio M¨²?oz Molina, que protagoniza Botto.
En julio termin¨® en Suram¨¦rica el rodaje de Pasos de baile, el filme en el que el actor John Malkovich debuta en la direcci¨®n, que protagoniza Botto con Javier Bardem. Y el mismo d¨ªa en que aterrizaba en Madrid tras el rodaje con Malkovich, tuvo ensayo de Rosencrantz y Guildenstern han muerto. Pero eso no es todo: en cuanto estrenen la obra en Avil¨¦s, el dos de septiembre, Juan Diego Botto har¨¢ un peque?o par¨¦ntesis para rodar la nueva pel¨ªcula de Montxo Armend¨¢riz.
"Ya ten¨ªa ganas de subir a un escenario", reconoce. "Lo que tiene el teatro es que te permite estar 20 minutos seguidos en escena sin que nadie te corte. Y eso, sobre todo si llevas mucho tiempo haciendo cine, es un lujo".
Ernesto Alterio, hijo del tambi¨¦n actor H¨¦ctor Alterio, asegura que el hacer cine o teatro no es algo que decida con demasiada premeditaci¨®n. "Va en funci¨®n de lo interesantes que sean las propuestas que me llegan en cada momento", explica Alterio, cuya ¨²ltima pel¨ªcula, Kasbah, de Mariano Barroso, se estrena el 15 de septiembre. "Surgi¨® esta propuesta y me interes¨® mucho. Es el personaje m¨¢s complejo que he hecho en teatro. M¨¢s complejo y con m¨¢s peso en la funci¨®n. Y la trama, el juego que propone Stoppard, tambi¨¦n es complicado. Pero es un reto, y los retos me atraen. Es un proyecto que me apasiona".
Cualquier productor de cine dar¨ªa unos cuantos millones por disponer de Juan Diego Botto y Ernesto Alterio durante la mitad de tiempo que est¨¢n dedicando a este poco lucrativo proyecto. "Le doy mucho valor a eso", reconoce Cristina Rota. "Es gente joven, que est¨¢ muy pillada por el cine, en un excelente momento de ofertas de trabajo y me llev¨¦ una sorpresa cuando dijeron que s¨ª a este proyecto. Optaron por el teatro, y eso me llena de placer. Si no lo renuevan las generaciones j¨®venes, el teatro se muere. Y ellos, que tienen ya un sitio en el cine, con proyectos como ¨¦ste pueden promocionarlo. Eso es extraordinario. Hay un cambio en el planteamiento de los actores. No hay actores de cine o de teatro. Un actor es un actor".
No es la primera vez que Cristina Rota dirige a su hijo en teatro. Desde que a los 15 a?os Juan Diego Botto decidi¨® dedicarse profesionalmente a la interpretaci¨®n e ingresar en la escuela de su madre, han trabajado juntos en varias ocasiones. Y especialmente desde que, en noviembre de 1994, decidieron crear la compa?¨ªa Nuevo Repertorio, para promocionar a los actores que salen de la escuela. Pero los dos est¨¢n de acuerdo en que este proyecto, que coproducen Nuevo Repertorio y N¨¦more-Cristal Producciones, es especial.
"?ste es el proyecto m¨¢s ambicioso que encara Nuevo Repertorio como compa?¨ªa", asegura Rota. "En todos los sentidos. Es el m¨¢s ambicioso en cuanto al texto, a la escena, a la escenograf¨ªa, al equipo t¨¦cnico...".
"Y sobre todo en cuanto a exhibici¨®n", a?ade Botto. "Hasta ahora todos nuestros montajes se hac¨ªan siempre en la sala Mirador -una sala peque?a, alternativa, en la escuela de Cristina Rota- y ¨¦ste es un espect¨¢culo pensado para espacios mucho mayores. Necesita un teatro grande. Adem¨¢s, vamos a salir de gira. De momento estaremos casi un a?o con ella. Y, si las cosas van bien, m¨¢s tiempo".
El tiempo. Un bien valioso en el mundo de la interpretaci¨®n. Llevan todo el verano ensayando. El dos de septiembre estrenan en las jornadas de teatro de Avil¨¦s. Despu¨¦s pasar¨¢n por Palencia, Vitoria, Bilbao, Valladolid, Burgos, Segovia, Le¨®n, Ponferrada, Las Palmas y en febrero o marzo estar¨¢n en Madrid.
Pero, ?qu¨¦ tiene la obra para que dos actores en la cresta de la ola decidan dedicarle una parte de su tiempo? "La obra nos atrajo a todos desde el primer momento", explica Juan Diego Botto. "Es muy divertida, y tiene muchas lecturas. Para el espectador es como una cebolla. La primera capa es una comedia, con chistes, juegos de palabras, y subidas y bajadas de escaleras. Pero luego, como todas las grandes obras, tiene m¨¢s niveles de lectura. Hay otras capas, que el espectador que est¨¦ familiarizado con Hamlet comprender¨¢ mejor".
"La obra nos gust¨® a todos desde el principio", insiste Rota, "y la primera intenci¨®n era haberla montado hace ya un par de a?os. El objetivo de nuestra compa?¨ªa, Nuevo Repertorio, es promocionar a los autores contempor¨¢neos, y los actores y directores j¨®venes. Y la obra de Stoppard resultaba muy atractiva, no s¨®lo por tratarse de un dramaturgo contempor¨¢neo, sino tambi¨¦n por lo que dec¨ªa. En esta obra se habla del compromiso ¨¦tico del artista y del compromiso social del hombre. Del gran obst¨¢culo que representa el entramado social y pol¨ªtico para que el hombre pueda satisfacer sus deseos".
Ya quedan apenas dos semanas para el estreno y los nervios empiezan a notarse en el teatro donde ensayan los actores. La compa?¨ªa que empez¨® como un proyecto de unos compa?eros de clase se enfrenta ahora a un montaje que deber¨¢n defender en muchos teatros importantes de Espa?a. Pero eso no deber¨ªa asustar a actores con curr¨ªculos tan completos con Botto. O quiz¨¢ ese miedo no se pierda nunca. "Se acerca el momento de la verdad, y eso acojona un poco. Ahora estoy tan asustado que me gustar¨ªa volver al cine y no tener que enfrentarme a 500 espectadores que han pagado su entrada. Pero bueno, ya no hay marcha atr¨¢s".
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