M¨®viles de platino y de hojalata
Una de las primeras decisiones que habr¨¢ de tomar el Gobierno al iniciar la temporada ser¨¢ explicar p¨²blicamente, a todos los ciudadanos, por qu¨¦ ha hecho el mayor regalo de dinero p¨²blico de la historia de Espa?a a cuatro consorcios empresariales privados, y c¨®mo piensa corregir uno de los grandes esc¨¢ndalos econ¨®micos de los ¨²ltimos tiempos. En efecto, la adjudicaci¨®n casi gratuita de cuatro licencias de telefon¨ªa m¨®vil de tercera generaci¨®n en Espa?a, cuando en el resto de los pa¨ªses europeos se est¨¢n consiguiendo enormes cantidades con las que paliar las deficiencias en el funcionamiento de los Estados, puede constituir la principal perversi¨®n del sistema en la democracia.Pelotazos como los de Explosivos R¨ªo Tinto o Antibi¨®ticos; irregularidades como las de Rumasa o Banesto; privatizaciones de las joyas de la Corona como las de Telef¨®nica, Repsol, Endesa, Argentaria, etc¨¦tera, pueden ser minucias comparadas cuantitativamente con el aguinaldo gubernamental de las licencias telef¨®nicas denominadas UMTS a Telef¨®nica M¨®viles, Airtel, Amena y Xfera (grupo formado fundamentalmente por Sonera, FCC-Vivendi y la constructora ACS).
Recordemos lo ocurrido: en el mes de marzo, en medio del fragor de las elecciones generales (el 13 de marzo, un d¨ªa despu¨¦s de los comicios, aparec¨ªa en el Bolet¨ªn Oficial del Estado la firma de la adjudicaci¨®n) -es decir, con nocturnidad y alevos¨ªa-, un ministro en funciones, el de Fomento, Rafael Arias-Salgado, resolv¨ªa el concurso de cuatro licencias de telefon¨ªa m¨®vil por valor de 83.000 millones de pesetas. Inmediatamente, UNI2 (France T¨¦l¨¦com), el grupo empresarial que se quedaba fuera, recurr¨ªa judicialmente el concurso. Espa?a era, junto a Finlandia, el primer pa¨ªs europeo que adjudicaba estas licencias. Un desgraciado pionero, a la 1uz de la experiencia.
Las UMTS (siglas de Universal Mobile Telecommunication System) multiplican la velocidad de la telefon¨ªa y su capacidad para aportar informaci¨®n. Adjudicadas las licencias del espectro durante el a?o 2000, entrar¨¢n en vigor en 2001. A trav¨¦s de los m¨®viles de tecnolog¨ªa UMTS, el usuario, con la pantalla de su m¨®vil, obtendr¨¢ textos e im¨¢genes, podr¨¢ comprar on line, reservar viajes o entradas de conciertos y partidos de f¨²tbol, o conocer el tiempo que hace o las cotizaciones burs¨¢tiles en tiempo real. Y todo ello a una velocidad muy superior a los actuales m¨®viles de segunda generaci¨®n,
En los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, m¨¢s Suiza y Noruega, se van a adjudicar 75 licencias de telefon¨ªa m¨®vil. Y ello se va a hacer por concurso (distintos criterios a evaluar) o por subasta (el mejor postor). Un informe del banco de negocios Schroder Salomon Smith Barney se?alaba que el valor de mercado que podr¨ªan alcanzar esas licencias llegar¨ªa a los 36 billones de pesetas. Otros estudios m¨¢s conservadores hablaban de 25 billones de pesetas. Es igual, cualquiera de las dos cantidades es inmensamente superior a lo que Espa?a ha obtenido. Despu¨¦s de Espa?a, y por el mecanismo de subasta, Gran Breta?a obten¨ªa 6,4 billones de pesetas por sus cinco licencias, y Alemania, 8,4 billones por las suyas. Las diferencias son escandalosas. En millones de euros, Alemania ha conseguido 50.000 millones; el Reino Unido, 38.000 millones; Francia, 20.000 millones; Holanda, 2.700 millones..., y Espa?a, ?tan s¨®lo 517 millones! Nuestro pa¨ªs es, con mucho, el pa¨ªs europeo que menos ingresa por habitante con el nuevo tel¨¦fono m¨®vil. Si el precio de las licencias est¨¢ siendo tan alto es porque los beneficios que esperan estas empresas tambi¨¦n lo son; una licencia vale lo que una operadora est¨¢ dispuesta a dar por ella.
Distintos analistas privados consideran que Espa?a hubiera podido obtener, si hubiera aplicado el mecanismo de subasta, entre tres y cuatro billones de pesetas, hasta un 4% del PIB. Estas cantidades billonarias que se est¨¢n ingresando en Europa por la venta de un bien p¨²blico como es el espectro de las licencias telef¨®nicas, han abierto un debate muy significativo en el seno de cada pa¨ªs: en qu¨¦ utilizarlas. Aqu¨ª entran las distintas posiciones ideol¨®gicas en liza: ?reducir los impuestos?; ?aumentar las inversiones p¨²blicas y mejorar la red de infraestructuras?; ?disminuir la deuda p¨²blica, lo que significa reducir los gastos financieros y el d¨¦ficit?; ?dotar el fondo de reserva de la Seguridad Social, mejorar la sanidad, aumentar el seguro del desempleo?, etc¨¦tera. ?Ha acabado la crisis fiscal del Estado? La mayor parte de las declaraciones de los dirigentes pol¨ªticos se inclinan por disminuir la deuda, es decir, mejorar las condiciones de las generaciones futuras. Si as¨ª se hace, se cumplir¨¢ una curiosa paradoja: los operadores, en general compa?¨ªas telef¨®nicas de antiguos monopolios p¨²blicos recientemente privatizados, habr¨¢n de obtener en los mercados los recursos multimillonarios para pagar las licencias; es decir, se producir¨¢ un canje de t¨ªtulos de deuda p¨²blica por t¨ªtulos privados; a partir de ahora, los deudores de esas cantidades ya no ser¨¢n los Estados soberanos, sino las compa?¨ªas de telecomunicaci¨®n que invierten. Un fen¨®meno privatizador inducido.
?Y en Espa?a? No hay debate sobre el destino del dinero porque no hay dinero. Porque el Gobierno casi ha regalado las licencias. Ni infraestructuras, ni impuestos, ni Estado del bienestar, ni nada. ?se es el esc¨¢ndalo. Algo muy dif¨ªcil de justificar si se entiende que estamos hablando de intereses generales y no de los intereses particulares de los cuatro consorcios agraciados por el regalo. El vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, presidente de la Comisi¨®n Delegada para Asuntos Econ¨®micos en este Gabinete y en el anterior (el que otorg¨® la donaci¨®n), declaraba estas vacaciones, en el diario asturiano El Comercio, que el concurso hecho en Espa?a iba m¨¢s encaminado a que pudiera haber precios m¨¢s baratos para el consumidor, mientras que otros pa¨ªses han tomado decisiones orientadas a recabar grandes cantidades de dinero, v¨ªa subasta: un impuesto ex-
traordinario. Los m¨¢s de 80.000 millones de pesetas pa-gados en Espa?a son, aproximadamente, el 1% de lo recaudado por Alemania. ?Significa ello que los usuarios espa?oles de tel¨¦fonos UMTS pagar¨¢n tarifas reducidas en esa proporci¨®n respecto a las alemanas? ?Qui¨¦n lo cree? Pero, adem¨¢s, hay otro efecto a largo plazo. Se aplique el dinero de las licencias donde se aplique, mejorar¨¢ la situaci¨®n relativa de los pa¨ªses de nuestro entorno, que han recaudado mucho m¨¢s dinero, respecto a la nuestra. Y Espa?a perder¨¢ competitividad.
La pol¨¦mica en Espa?a no es sobre el dinero llegado como el man¨¢, que ha hecho que los Gobiernos europeos se froten las manos. El debate es c¨®mo sacar la pata. Las alternativas no son buenas. Anular el concurso y celebrar a continuaci¨®n una subasta significar¨ªa indemnizar a los cuatro consorcios adjudicatarios por los costes y las expectativas de negocio; la cantidad ser¨ªa menor que la que el Estado ingresar¨ªa a continuaci¨®n, pero el problema ser¨ªa la inseguridad jur¨ªdica de los inversores a partir de ahora. Aumentar la tasa anual que los operadores han de abonar por su licencia (el 1,5 por mil de los ingresos de explotaci¨®n) ser¨ªa otra soluci¨®n, pero habr¨ªa que incrementarla de tal manera (?por 10?, ?por 15?) que la distorsionar¨ªa y podr¨ªa ser calificada de canon confiscatorio. ?Dotar alguna licencia m¨¢s? Pero si se subasta, la cantidad que habr¨ªa de pagar quien se quedase con ella la pondr¨ªa en unas condiciones de desigualdad frente a las cuatro licencias anteriores.
Mientras en Europa los Gobiernos se han encontrado con unos tel¨¦fonos m¨®viles de platino, el nuestro los ha puesto de hojalata. Sea como sea, el Ejecutivo debe una explicaci¨®n y una soluci¨®n. Transparencia y decisi¨®n pol¨ªtica. Un territorio en el que el Ejecutivo est¨¢ casi in¨¦dito.
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