Marcha Mundial de las Mujeres
Mientras que unas miles de mujeres nos reun¨ªamos en Nueva York el pasado mes de junio para evaluar los avances de las mujeres despu¨¦s de la Conferencia Mundial de Beijing en 1995, millones de otras mujeres siguen sufriendo injusticias y violencias de todo tipo. Y es que a pesar de los continuos avances sociales, a¨²n vivimos en un mundo en el que triunfan las desigualdades, con millones de personas sin trabajo, sin acceso a un m¨ªnimo vital en cuanto a alimentaci¨®n, agua potable, vivienda, atenci¨®n sanitaria, educaci¨®n, energ¨ªa o transporte. Y son las mujeres las que de forma mayoritaria sufren esta injusticia.Un mundo en el que la violencia contra las mujeres continua siendo una realidad universal: violencia conyugal, agresiones y mutilaciones sexuales, violaciones sistem¨¢ticas en tiempo de guerra... ?sta es la realidad de millones de mujeres. Una realidad universal presente en todas las sociedades independientemente de la clase social, los ingresos y de la cultura. Muchos Estados que dan prioridad a costumbres y tradiciones sobre derechos fundamentales, toleran todav¨ªa la violencia f¨ªsica, sexual y psicol¨®gica.
El neoliberalismo y el patriarcado se alimentan y refuerzan rec¨ªprocamente para mantener a las mujeres en una situaci¨®n de inferioridad cultural, de desvalorizaci¨®n social, de marginalidad econ¨®mica, de 'invisibilidad' de su existencia y de su trabajo, de mercantilizaci¨®n de sus cuerpos.
Es por todo esto que en octubre de 1998, mujeres procedentes de 65 pa¨ªses se reunieron en Quebec (Canad¨¢) para adoptar una plataforma de reivindicaciones internacionales que est¨¢n siendo defendidas durante la Marcha Mundial de las Mujeres que se est¨¢ desarrollando durante todo este a?o y que culminar¨¢ el 17 de octubre, D¨ªa Internacional para la Eliminaci¨®n de la Pobreza, ante las Naciones Unidas en Nueva York.
Esta Marcha Mundial se sit¨²a en la l¨ªnea de continuidad de las cuatro grandes Conferencias Mundiales sobre las Mujeres convocada por las Naciones Unidas, pero m¨¢s a¨²n en la prolongaci¨®n de los foros alternativos organizados por las ONG en torno a esas conferencias.
La Marcha constituye, de hecho, una reuni¨®n internacional autoconvocada por el movimiento de mujeres para luchar contra la pobreza y la violencia hacia las mujeres, condenando la inacci¨®n, la ineficacia y el silencio de los Estados que tienen la obligaci¨®n de proporcionar los medios para combatir estas injusticias.
Las mujeres reclamamos el respeto a la integridad de nuestro cuerpo y nuestro ser. Queremos iniciar este milenio con la certeza de que podemos cambiar el mundo, pacificarlo y humanizarlo. Marcharemos para que se reconozcan definitivamente los derechos fundamentales de las mujeres como inseparables de los derechos humanos universales, por la participaci¨®n activa de las mujeres en la vida pol¨ªtica, econ¨®mica, social y cultural.
En definitiva, lo que queremos es estimular un enorme movimiento de solidaridad entre grupos de mujeres para que la marcha constituya un gesto de afirmaci¨®n de las mujeres y poner de manifiesto la determinaci¨®n de las mujeres de ayer y hoy para cambiar el mundo.- .
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