'Guachintonias' de La Aduana
VERANO 2000
De la familia de las arec¨¢ceas, la washingtonia robusta fue llamada de tal manera por el naturalista Wendland en honor del primer presidente de los EEUU y h¨¦roe de la independencia, George Washington. Luego, cuando estas espigadas palmeras procedentes del noroeste de M¨¦xico y el sur de California viajaron para quedarse en Andaluc¨ªa, acabaron convirti¨¦ndose en guachintonias, como es natural.Las treinta y siete guachintonias a las que ahora nos referimos son el elemento m¨¢s representativo de la entrada al controvertido Palacio de La Aduana, en M¨¢laga, un majestuoso y neocl¨¢sico edificio con 200 a?os de antig¨¹edad que est¨¢ en una de las m¨¢rgenes del principio del Parque, y al que todos en la ciudad quieren como sede de un museo -Bellas Artes, Arqueol¨®gico o ambos-, pero que de momento s¨®lo sirve como sede de la Delegaci¨®n del Gobierno.
Con unos 100 a?os de antig¨¹edad, estas guachintonias funcionan en grupo, como una guardia pretoriana del edificio en coreograf¨ªa y es su altura -que se acerca a la m¨¢xima que pueden alcanzar, los 25 metros- y su escorzo inclinado hacia el frente los que hacen de este conjunto vegetal una imagen t¨ªpica de la ciudad, donde abundan los ejemplares de esta especie y de otra washingtonia con la que se le suele confundir, la filifera. Un grupo de bot¨¢nicos malague?os cifr¨® la valoraci¨®n econ¨®mica de este monumento natural ¨²nico e irrepetible hace diez a?os en 238 millones de pesetas.
Desde el punto de vista descriptivo, estas palmeras poseen un tronco de color marr¨®n gris¨¢ceo, producen frutos esf¨¦ricos y negruzcos de un cent¨ªmetro de di¨¢metro, flores blanquecinas y todas sus hojas palmeadas se agrupan en la copa. A diferencia de la citada especie Filifera, donde los foliolos de las hojas est¨¢n tiesos, en ¨¦stas se doblan hacia abajo, lo que les da ese curioso aspecto de espigad¨ªsimas mujeres con el pelo cardado y reci¨¦n mojado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.