La puesta a punto de los barcos ajenos

Cada verano se repite la misma estampa: familias que embarcan en sus nav¨ªos de recreo a pasar un d¨ªa de pesca, de sol y ba?os en alta mar o, simplemente, a dar un paseo para apreciar el litoral costero de Almer¨ªa. Para todas ellas, las manos y el saber de Juan Ucl¨¦s se hacen indispensables. Con sus cuidados y su experiencia el d¨ªa en el mar, por lo que a la embarcaci¨®n respecta, es todo un ¨¦xito. El trabajo de Ucl¨¦s en el varadero del Club de Mar almeriense no se reduce a sacar los barcos del agua para limpiarlos y pintarlos, tambi¨¦n realiza el raspado, lijado y la aplicaci¨®n de la patente (el material que retarda la acumulaci¨®n de suciedad en el casco de los barcos). Esta actividad, m¨¢s demandada en verano, se complementa con el arreglo de los amarres y el mantenimiento en s¨ª del puerto deportivo con ocho personas a su cargo.Su experiencia de 40 a?os en el mismo puesto de trabajo le ha dotado de un sexto sentido para catalogar a la clientela que requiere sus servicios: personas con poder adquisitivo y despreocupadas del mantenimiento de su embarcaci¨®n -disponen de alguien dedicado a ello en exclusiva-, personas implicadas en la puesta a punto de su propio barco y personas con dedicaci¨®n m¨ªnima, quiz¨¢s porque "s¨®lo" tienen como opci¨®n de ocio la pesca, que requiere un cuidado menor.

La mayor¨ªa de los clientes de Ucl¨¦s son personas de mediana edad con una importante presencia femenina y j¨®venes de ambos sexos. Igualmente repartida se encuentra la devoci¨®n que Ucl¨¦s muestra tanto por las embarcaciones de vela como por las de motor, aunque reconoce ciertas preferencias. "El velero es el que necesita menos mantenimiento y, en cuesti¨®n de limpieza, las lanchas a motor tienen m¨¢s envergadura", sentencia.

La especializaci¨®n del mercado laboral ha acotado en buena medida la versatilidad marina del contramaestre, acostumbrado anta?o a participar en regatas como proel, y en las que tambi¨¦n hac¨ªa labores de campo. "Ya salgo menos porque hay monitores, existe un comit¨¦ de regata y gente especializada en eso", se lamenta. Acostumbrado toda una vida a preparar embarcaciones ajenas y a disfrutar tambi¨¦n del mar con nav¨ªos de otros, no renuncia al sue?o de contar alg¨²n d¨ªa con velero propio "si me toca la loter¨ªa".