El viento machaca a los escaladores

No hay forma. Todos los directores advierten de lo mismo a sus ciclistas cada vez que llega esta etapa. Que viene Albacete, que vienen los abanicos. Cuidado, cuidado. Y no hay manera. Llega la provincia de Albacete, con ese paisaje pelado, con las rectas eternas de La Mancha, con el viento de costado y siempre hay alg¨²n atolondrado. O muchos. Ayer, 138 corredores. Ni m¨¢s ni menos.El delito se puede considerar grave para quienes se fijan en la clasificaci¨®n general. Pero tiene agravantes cuando se le a?ade la reincidencia. Como en el caso de Escart¨ªn. Siempre que llega a Albacete hay alguien que le recuerda lo del 96, lo de su ch¨¢chara con Rominger mientras en la cabeza del pelot¨®n el ONCE coc¨ªa un espectacular abanico que le dej¨® fuera de la general. Ayer tropez¨® de nuevo en la misma. No s¨®lo le cazaron a ¨¦l, sino a todo el Kelme, al equipo multic¨¦falo: Heras, Botero, Sevilla, el propio Escart¨ªn...

La mejor formaci¨®n del Tour, el grupo m¨¢s completo y con m¨¢s naipes en la baraja se viene abajo en bloque. Ninguno de ellos circulaba entre los primeros 40 del pelot¨®n. Un descuido imperdonable que les oblig¨® a una especie de persecuci¨®n por equipos con un final previsible. ?sa no es precisamente su especialidad. Ahora deber¨¢n luchar contra el reloj desde el primer monte para recuperar estas p¨¦rdidas: Heras, 2.08 respecto a Z¨¹lle; Botero, 2.31; Escart¨ªn, 2.41; y Sevilla, que sufri¨® el martirio justamente despu¨¦s de atravesar su pueblo, Ossa de Montiel, pierde 4.43.

No s¨®lo al Kelme afect¨® la escabechina de Albacete. Tambi¨¦n, por ingenuos pese a su madurez, merecen una reprimenda Virenque, Dufaux y Camenzind, que entraron con el segundo grupo (a 1.21). Y qu¨¦ decir de Gotti, un ex ganador del Giro que entr¨® en el cuarto vag¨®n, a 4.43, con Hruska. M¨¢s perd¨®n, por la edad, merecen Zubeldia y alguno de sus coet¨¢neos, que tampoco entraron en el grupo de los 41 despiertos. El l¨ªder del Euskaltel, que tambi¨¦n perdi¨® un buen tiempo en la primera contrarreloj (se le sali¨® la cadena y debi¨® cambiar de bicicleta), ya cede 2.29.

Donde hay derrotados, normalmente asoman vencedores, aunque aqu¨ª en distinto grado. Z¨¹lle mantiene el maillot amarillo (jersey oro lo llaman los de la organizaci¨®n, y pocos m¨¢s), pero en total soledad. Al Banesto se le han esfumado los suplentes. Unai Osa se descolg¨® en el cuarto paquete, Jim¨¦nez uni¨® a la mala colocaci¨®n su baja forma por los problemas f¨ªsicos que arrastra. Perdi¨® la friolera de 12 minutos. Queda claro que su ¨²nica meta es, a lo sumo, una victoria de etapa. Para otros menesteres que no cuenten con ¨¦l.

Algo similar ocurre con el Telekom. Kl?den, que aparec¨ªa en la rec¨¢mara en caso de que Ullrich deserte de la Vuelta, ya est¨¢ tachado. El Vitalicio tampoco sonr¨ªe por completo. Sin Hruska en el pelot¨®n de cabeza, perdi¨® la oportunidad del liderato. El jefe, Igor Gonz¨¢lez de Galdeano, sigue en su sitio. Quienes hicieron un negocio redondo en Albacete fueron el ONCE y Mapei. Manolo Saiz, que de abanicos puede escribir varias tesis y se estudia el libro de ruta al dedillo, vio que tras la meta volante de Munera, a falta de 40 kil¨®metros para la meta, la carretera cambiaba de direcci¨®n con una curva a la derecha. Se acerc¨® al micr¨®fono interno y orden¨®: "Todos a bloque". Y tiraron y tiraron hasta que la cuerda del pelot¨®n se rompi¨®, con el Kelme al otro lado. Meti¨® a cinco corredores en el grupo de los privilegiados, con Olano entrando a los relevos como el que m¨¢s. Etxebarria no iba con ellos. Sigue su a?o horrible: ca¨ªda en el Tour, pinchazo inoportuno en la Vuelta a Galicia y ca¨ªda ayer.

El pelot¨®n, por supuesto, entr¨® en la meta con la rueda de ?scar Freire en primer lugar. El campe¨®n del mundo dio una vez m¨¢s credibilidad a la ley ciclista que sentencia: quien gana el primer sprint se vuelve a casa con m¨¢s de una victoria.

Al ciclista de Torrelavega le da igual la situaci¨®n de carrera. Que marchen con ¨¦l otros 40 corredores o 180. Su inteligencia sabe adaptarse a cualquier llegada. Se percat¨® de que Cipollini no era una buena referencia (el italiano termin¨® octavo). Mir¨® a los dem¨¢s y apunt¨® a Lombardi (Telekom). Tuvo paciencia, lo que le falt¨® la v¨ªspera, esper¨® a que el italiano forzara la m¨¢quina y entonces le adelant¨® por la izquierda con una superioridad insultante. Tres sprints y dos para Freire. M¨¢s que el n¨²mero de victorias que lleva en esta temporada, lo que asusta a sus rivales es el enorme porcentaje de triunfos que suma en proporci¨®n con las carreras en que ha competido. Y dice que quiere una m¨¢s en la Vuelta.