Virtual empate entre Bush y Gore en la carrera hacia la Casa Blanca

Apostar algo m¨¢s que una cena a favor de la victoria de Al Gore o George Bush en las elecciones de noviembre es una empresa arriesgada. En v¨ªsperas del fin de semana del D¨ªa del Trabajo, que marca el final del verano estadounidense, la final de la copa de la Casa Blanca est¨¢ empatada. Seg¨²n el sondeo difundido ayer por CNN y USA Today, Bush (republicano) cuenta con el 46% de las intenciones de voto; Gore (dem¨®crata), el 45%; el ecologista Ralph Nader, el 3%; y el ultraderechista Buchanan, el 1%. Dado que esa encuesta tiene un margen de error del 4%, su autor, la empresa Gallup, afirm¨® que lo m¨¢s sensato es proclamar que, tras la elecci¨®n de Joseph Lieberman como su candidato a la vicepresidencia y su buena actuaci¨®n en la Convenci¨®n Dem¨®crata de Los ?ngeles, Gore ha conseguido igualar el partido. Es todo un ¨¦xito para el candidato dem¨®crata que, antes de Los ?ngeles, perd¨ªa frente a Bush por m¨¢s de 10 puntos. Gore domina ahora el medio campo y est¨¢ a la ofensiva, disparando contra la porter¨ªa del gobernador de Tejas y candidato republicano. A ¨¦ste se le ve desconcertado, sin volver a encontrar su lugar en el terreno de juego. Esta semana est¨¢ pasando tremendos apuros para despejar dos balones. Uno es que los norteamericanos siguen sin entusiasmarse con su propuesta de reducir la presi¨®n fiscal. La oferta de una rebaja de impuestos ha sido siempre una t¨¢ctica que ha dado buenos resultados a los republicanos, pero esta vez, con la mayor¨ªa de los estadounidenses colocados, ganando dinero y consumiendo sin mesura, no est¨¢ funcionando. "Quiz¨¢ no me est¨¦ explicando bien", dice Bush.

La batalla de los ancianos

El otro chute a puerta de Gore es su propuesta de utilizar los recursos gubernamentales para garantizar cobertura m¨¦dica a 11 millones de ni?os. Tras se?alar que en Tejas hay 1,4 millones de peque?os sin seguro m¨¦dico, Gore se pregunta en voz alta si Bush tiene alg¨²n tipo de plan en materia de asistencia m¨¦dica y farmac¨¦utica. Dick Cheney, candidato republicano a la vicepresidencia, reconoce que no y a?ade que est¨¢n trabajando en ello. Bush podr¨ªa emplear el juego sucio para romperle el ritmo a Gore, pero, de momento, se niega a ello. La pasada semana, el republicano vet¨® un anuncio que su equipo de campa?a ten¨ªa listo para difundir. Eran unas declaraciones de Gore afirmando que Clinton jam¨¢s ment¨ªa. Y es que Bush, escarmentado por el fracaso de sus correligionarios republicanos en el Congreso en el impeachment de Clinton, prefiere no remover demasiado, o al menos no de modo directo, el caso Lewinsky. En cambio, es muy probable que el aparato propagand¨ªstico de Bush use pronto las relaciones de Gore con el esc¨¢ndalo de la financiaci¨®n de la campa?a electoral dem¨®crata de 1996, y en particular su presencia en una recogida de fondos en un templo budista de California.