"Somos contrarios a la existencia de una fuerza for¨¢nea militar en Colombia"

Los presidentes de los 12 pa¨ªses de Am¨¦rica del Sur celebran en Brasilia, entre hoy y ma?ana, su primera cumbre, con motivo de los 500 a?os del descubrimiento de Brasil. Luiz Felipe Lampreia, ministro de Asuntos Exteriores del gabinete de Fernando Henrique Cardoso, soci¨®logo, 58 a?os, casado y padre de cinco hijas, ex embajador de Brasil en Lisboa, Ginebra y Surinam, niega que dicha reuni¨®n pretenda lanzar la hegemon¨ªa de Brasil sobre la regi¨®n. Lampreia, que est¨¢ considerado como uno de los pol¨ªticos del pa¨ªs con mayor sensibilidad internacional, es partidario de que los brasile?os hablen tambi¨¦n espa?ol, lengua oficial de la cumbre, y en la que quiso celebrar esta entrevista en su despacho del Palacio Itamarati de la futurista capital brasile?a.Pregunta. El diario Miami Herald ha escrito que la cumbre de Brasilia pretende lanzar a Brasil como nuevo l¨ªder de Am¨¦rica del Sur. ?Qu¨¦ ofrece Brasil para reclamar ese liderazgo?
Respuesta. Brasil lleg¨® a la vida independiente como el ¨²nico pa¨ªs de lengua portuguesa, como la ¨²nica monarqu¨ªa y, adem¨¢s, como una monarqu¨ªa europea. Por ello ha estado siempre muy condicionado por su diversidad. Brasil tiene como vecinos a 11 pa¨ªses de los cuales 10 son independientes, y siempre ha estado muy atento a no presentarse como una potencia hegem¨®nica. Hoy, cuando tenemos ya pa¨ªses democr¨¢ticos en la subregi¨®n, Brasil, con menos raz¨®n, pretende presentarse como l¨ªder de nadie.
P. Lo cierto es que es la primera vez que esta cumbre se lleva a cabo, y aqu¨ª, en Brasil.
R. Porque la nuestra fue una historia de alejamientos. Eran m¨¢s estrechos los lazos extrarregionales que entre nosotros. La l¨®gica de los reg¨ªmenes militares es una l¨®gica de rivalidad, nunca de acercamiento. Ellos prefer¨ªan no tener una carretera o un ferrocarril ante el miedo de que pudieran ser utilizados militarmente. Y todo ello nos alejaba en vez de acercarnos.
P. Entonces, si la finalidad de la cumbre no es la de lanzar el liderazgo de Brasil sobre la regi¨®n, ?qu¨¦ pretende?
R. Lo que queremos es que los factores positivos que existen en nuestra regi¨®n, como la convergencia democr¨¢tica, el inicio de un comercio significativo, el proyecto de un proceso de integraci¨®n vial, o el concepto de corredores bioce¨¢nicos, formen parte de una idea de fuerza, de un nuevo marco pol¨ªtico que camine hacia una mayor integraci¨®n de estos pa¨ªses. Lo que Brasil aporta es su gran dimensi¨®n, su fuerte demanda energ¨¦tica y comercial.
P. Suele decirse que los otros pa¨ªses de Am¨¦rica del Sur ven a Brasil con cierta desconfianza por esa especie de sumisi¨®n que tiene ante los Estados Unidos de Am¨¦rica. ?Es justa la acusaci¨®n?
R. No, es injusta. ?Qu¨¦ pa¨ªs, hoy, del mundo no intenta tener buenas relaciones con Estados Unidos? Nosotros tenemos buenas relaciones con ellos, pero no es de dependencia ni de subordinaci¨®n. Tomamos nuestras decisiones aut¨®nomamente.
P. ?Cree que va a tener una repercusi¨®n especial el tema de Colombia en esta cumbre?
R. Obviamente, es un tema de gran importancia para todos. Est¨¢ claro que para Brasil el conflicto que se plantea en Colombia es una fuente de gran preocupaci¨®n, y, sin duda, constituye la m¨¢s seria amenaza a la seguridad nacional brasile?a en este momento. De ah¨ª nuestra disposici¨®n a discutir el tema de Colombia en la cumbre y, si es el caso, aportar nuestra visi¨®n sobre el conflicto.
P. ?Y cu¨¢l es esa visi¨®n?
R. Llegar a una soluci¨®n de paz que pueda resolver el imp¨¢s, porque ser¨ªa muy preocupante que se pueda romper el di¨¢logo. Por eso hay que tomar toda una serie de inicitivas para apoyar al Gobierno constitucional y democr¨¢tico de Pastrana. Algunas ya se est¨¢n haciendo, como ocurri¨®, por ejemplo, en Madrid con la reuni¨®n de hace dos meses, en apoyo al Plan Colombia.
P. Entre las medidas que Brasil piensa para ayudar a Colombia, ?figura su participaci¨®n en una hipot¨¦tica fuerza internacional para actuar en aquel pa¨ªs?
R. Ya hemos dicho claramente que Brasil no participar¨¢ en esa fuerza internacional; es m¨¢s, somos contrarios a la existencia de una fuerza for¨¢nea militar en Colombia. Pero debo a?adir que Estados Unidos no nos ha pedido eso.
P. Vamos a suponer que ma?ana se lo pidan.
R. Les dir¨ªamos que no. No es ¨¦ste nuestro deseo. No queremos involucrarnos en ese conflicto. Ni siquiera queremos que se usen las infraestructuras de Brasil, como las pistas a¨¦reas, por ejemplo, ni directa ni indirectamente.
P. ?Es verdad que est¨¢n preocupados con la posibilidad de que la guerrilla colombiana pueda atravesar las fronteras de Amazonia?
R. Sin duda existe la preocupaci¨®n por nuestra parte de que el conflicto pueda extenderse de forma militar, civil o a trav¨¦s del narcotr¨¢fico. Y se lo hemos dicho p¨²blicamente al Gobierno de Estados Unidos.
P. De lo que suelen quejarse fuera de Brasil es de que no tienen una pol¨ªtica del todo clara sobre ese inmenso territorio que a veces parece tierra de nadie.
R. Desde el punto de vista simb¨®lico, la Amazonia tiene fuertes referentes en el imaginario brasile?o. Existen, desde hace siglos, preocupaciones, y con fundamento, de que puedan existir planes internacionales para apropiarse de la Amazonia.
P. Pero no puede negarme que fuera de Brasil extra?e el que un se?or privado pueda, del d¨ªa a la noche, comprarse en Amazonia un territorio como toda Francia y B¨¦lgica juntas.
R. Tenemos una evidente dificultad para el control de ese espacio y de lo que en ¨¦l ocurre. Quien vuela sobre la Amazonia entiende esa dificultad. Imag¨ªnese que para atravesar cien metros de esa foresta, un batall¨®n de cien hombres emplea una hora de tiempo. Ahora estamos trabajando con radares y aviones muy sofisticados en esa zona, que supone dos tercios del territorio, y en el que vive s¨®lo el 5% de la poblaci¨®n. Por otra parte, la Amazonia constituye un reto para los aventureros. De ah¨ª el que all¨ª ocurran cosas que ser¨ªan impensables en otras regiones del pa¨ªs.
P. ?Cu¨¢les son, en este momento, las relaciones de Brasil con la Uni¨®n Europea?
R. Con algunos pa¨ªses son inmejorables, como con Portugal, Espa?a, Italia, Francia, Alemania e Inglaterra. Pero creo que a¨²n hay que traducirlas en un proceso de relaciones importantes tambi¨¦n en el ¨¢mbito del Mercosur. Y ya existen diferentes planos de colaboraci¨®n. Aqu¨ª acaba de estar conmigo vuestro ministro de Asuntos Exteriores, Piqu¨¦. Y ahora voy a volver a verle en Madrid cuando acompa?e al presidente Cardoso a recibir el Premio Pr¨ªncipe de Asturias. Mi intenci¨®n es intensificar lo m¨¢s posible, y con proyectos concretos, nuestra relaci¨®n.
P. ?Usted observa con buenos ojos esa fiebre que se advierte entre los brasile?os de aprender el espa?ol?
R. Sin duda. El aprendizaje del espa?ol favorecer¨¢ nuestras relaciones con todos los pa¨ªses de habla hisp¨¢nica. Yo estudi¨¦ en un colegio donde la asignatura del espa?ol era obligatoria. Hoy me alegro de ello porque puedo hablar una lengua que considero extraordinaria. Para los brasile?os, el aprendizaje del espa?ol no es s¨®lo un valor de cultura general, sino tambi¨¦n un factor operacional importante en este momento.
P. El Senado ha aprobado una ley que sanciona la obligatoriedad del espa?ol en las escuelas de Brasil. Pero, al parecer, la ley est¨¢ empantanada y obstaculizada en la Comisi¨®n de Educaci¨®n del Parlamento. ?Por qu¨¦?
R. El Gobierno no est¨¢ en contra de esa ley; al contrario: si existe alguna preocupaci¨®n, creo que ser¨¢ s¨®lo de tipo operacional, como la falta de profesores y de material escolar. Pero todos estamos contentos de que en las escuelas se ense?e el espa?ol.
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