Aurrera
Para circunstancias como la actual, y pensando en la reciente pol¨¦mica sostenida por un concejal del PSOE navarro con car¨¢cter, viene bien recordar una de las frases preferidas del Viejo Profesor: "No hay peor ciego que quien no quiere ver". Es preciso tener el entendimiento embotado o ser un remake individual de aquel personaje cinematogr¨¢fico de los a?os 30, "el negro que ten¨ªa el alma blanca", es decir, el socialista que no era tal, para seguir sosteniendo que en Euskadi lo que hay es una lucha entre extremos, PP y ETA, y que lo conveniente es dar a los terroristas todo el reconocimiento y todas las concesiones a ver si se amansan. Por supuesto, si no se es capaz de discernir entre el criminal y la v¨ªctima, ayer entre el "social" de la polic¨ªa franquista y el torturado, hoy entre los que ponen bombas y disparan y quienes mueren, lo m¨¢s digno es retirarse de la pol¨ªtica, entreteniendo si se quiere los ocios con los cencerros cantados a d¨²o como suele con el compadre de HB.Si algo de positivo encierra la secuencia tr¨¢gica de las ¨²ltimas semanas es la clarificaci¨®n que aporta, casi siempre en negativo, al comportamiento de los distintos agentes en la escena pol¨ªtica vasca. Tal vez merece destacarse el salto adelante dado por EH, ya sin disfraces de paz, mostrando no ya su car¨¢cter de instrumento legal de ETA, sino su integraci¨®n con la banda en cuanto organizador de la pol¨ªtica compartida en el seno de la sociedad vasca. ?C¨®mo iban a desmarcarse si son los mismos?, cabe preguntarse al contemplar el espect¨¢culo terror¨ªfico de los homenajes a los etarras del comando Vizcaya. El espl¨¦ndido despliegue de control nacionalsocialista del espacio p¨²blico realizado en Hernani, expulsi¨®n de periodistas incluida, m¨¢s el delicado toque sabiniano del bosque de ikurri?as, el aurresku y la txalaparta, ofrece un excelente anticipo de lo que ser¨ªa la sociedad vasca de triunfar su imperio de la muerte. Una nueva sociedad forjada en la violencia sin l¨ªmites de un sector de la juventud euskald¨²n -"las fieras que salen de las ikastolas", a que se refer¨ªa hace pocos a?os un alumno m¨ªo vasco-, bajo el doble signo de la deshumanizaci¨®n y el exterminio del otro. Algo por lo que merece la pena preocuparse, al lado de las muertes que son la l¨®gica consecuencia de lo que cabr¨ªa calificar sin reservas de euskonazismo.
Tambi¨¦n han dejado claro los acontecimientos de este mes que el PNV ha alcanzado un punto de equilibrio pol¨ªtico, basado precisamente en darle la espalda a la realidad. Lizarra queda congelado, muertes obligan, pero sus principios siguen siendo v¨¢lidos, proclama Arzalluz, que s¨®lo unos d¨ªas despu¨¦s se permite tratar brutalmente al presidente del PP vasco porque le exige un corte definitivo. Parece que ni Arzalluz, ni Ibarretxe, ni por supuesto Egibar, otro negro con alma blanca, se han dado cuenta todav¨ªa de con qui¨¦n se han estado jugando y quieren seguir jug¨¢ndose los cuartos, por muchas ikurri?as que compartan. Aguirre, Irujo o Landaburu no ten¨ªan en los a?os 30 nada que ver con los prefascistas de "Jagi-Jagi", y entre los sucesores de ambas corrientes debiera existir la misma distancia. Pero no, el diablo es un PP que sin duda se equivoca en formas y medidas concretas, manteniendo sin embargo un alto grado de dignidad entre la cascada de muertes propias que se le ha venido encima. Tampoco le preocupa a Arzalluz, ni parece preocuparle al Gobierno vasco, que la presi¨®n de un fascismo terrorista obligue a excelentes profesores a abandonar la Universidad del Pa¨ªs Vasco o a tener que buscar domicilio fuera de la CAV. ?Se dan cuenta de que es algo que no suced¨ªa en la Europa democr¨¢tica desde los a?os 30? Claro que, si tampoco se dieron cuenta de lo que significaba la kale borroka y siguieron y siguen impidiendo toda investigaci¨®n preventiva a la Ertzainza, tal y como rese?aba aqu¨ª uno de sus miembros, nada hay que esperar.
Ellos siguen a lo suyo. Ibarretxe, como si tuviera mayor¨ªa de dos tercios en el Parlamento, desprecia a ETA, pero tambi¨¦n todo giro hacia la uni¨®n de los dem¨®cratas si ¨¦stos quieren seguir fieles, con la mayor¨ªa de la poblaci¨®n vasca, al Estatuto. Adelante, aurrera.
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