"Sigo aferrado a la utop¨ªa", afirma el director portugu¨¦s
No puede decirse que Palabra y utop¨ªa, la ¨²ltima pel¨ªcula del director portugu¨¦s Manoel de Oliveira, que ayer se present¨® en Venecia, donde compite por el Le¨®n de Oro, sea un filme f¨¢cil. Se trata del resumen (de dos horas de duraci¨®n) de los sermones del sacerdote jesuita Antonio Vieira, que vivi¨® entre Brasil y Portugal en el siglo XVII.El padre Vieira tuvo dos enemigos esenciales, la Inquisici¨®n en Portugal ("mucho m¨¢s dura que la espa?ola", puntualiz¨® Oliveira) y los colonos esclavistas de Brasil. Pero no es la vida del padre jesuita lo que interesa al veterano director lusitano, que ha cumplido ya 92 a?os. "Yo quer¨ªa filmar las palabras de Vieira", dijo en la conferencia de prensa, con respuestas en franc¨¦s por falta de traductor. Los espl¨¦ndidos sermones que tanto admirar¨ªa Fernando Pessoa y que en Venecia, sin embargo, dejaron despoblada la sala de proyecci¨®n.
No sin cierta amargura, el veterano Oliveira explicaba ayer que en el siglo apenas concluido, en el que le ha tocado vivir, "yo me he enfrentado tambi¨¦n, como el padre Vieira, a la Inquisici¨®n cinematogr¨¢fica", pensando seguramente en los a?os de la dictadura de Salazar. Pero la incomprensi¨®n del gran p¨²blico parece afectarle menos. "Hay otra cosa que me une a Antonio Vieira", a?adi¨® el director, "yo tambi¨¦n sigo aferrado a la utop¨ªa, la realidad no me interesa".
Personaje diferente
Palabra y utop¨ªa ha sido rodada en un portugu¨¦s muy brasile?o, con vocales abiertas, e interpretado por tres actores principales que representan al protagonista en su juventud, en su madurez y en la vejez. "Es cierto que cada uno parece un personaje diferente, pero es que los seres humanos no somos los mismos a lo largo de nuestra vida", dijo Oliveira. "Primero, Vieira es muy apasionado; luego, m¨¢s reposado, y ya en la vejez, un hombre desilusionado".M¨¢s c¨®mica result¨® la intervenci¨®n del equipo surcoreano que ha presentado en Venecia la pel¨ªcula La isla, un filme con escenas de extrema crudeza que ha producido el desvanecimiento de alg¨²n periodista en la sala de proyecci¨®n. En este caso, la traducci¨®n qued¨® a cargo de un sujeto experto en coreano, pero que, como se ver¨ªa enseguida, no sab¨ªa pr¨¢cticamente una palabra de italiano. La conferencia de prensa alcanz¨® grados de incongruencia dignos de los hermanos Marx, hasta que una de las organizadoras de la Mostra opt¨® por interrumpirla.
Por otro lado, la actriz norteamericana Sharon Stone critic¨® al Papa, en el curso de una velada ben¨¦fica por su postura contra el sida. "?C¨®mo se puede oponer al uso de preservativos cuando esa tremenda enfermedad se transmite por v¨ªa sexual?", se pregunt¨® la actriz, que no entiende por qu¨¦ el Vaticano se interpone entre una enfermedad que afecta a 34 millones de personas.
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