Slobo, en campa?a
Slobodan Milosevic no tiene ninguna intenci¨®n de dejar el poder. Lo cual es explicable. Ser¨ªa peligroso para ¨¦l, perseguido internacionalmente por presuntos cr¨ªmenes de guerra y garante de la seguridad de tantos otros miembros de esa mafia pol¨ªtica que es hoy en esencia el r¨¦gimen de Belgrado. Por ello ha perge?ado una nueva ley electoral que s¨®lo le favorece a ¨¦l de cara a las elecciones del 24 de septiembre, por eso utiliza de nuevo a aliados ocasionales como Vuk Draskovic para impedir la unidad de la oposici¨®n y por eso multiplica sus operaciones de desestabilizaci¨®n de Montenegro. La Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) ya ha denunciado que existen m¨²ltiples posibilidades de fraude en las pr¨®ximas elecciones. Pocos lo dudan. Y el hecho de que los serbios y montenegrinos est¨¦n tan convencidos de que el fraude se va a producir disuadir¨¢ probablemente a muchos de acudir a los colegios electorales. Esto, unido al anuncio de boicot a las elecciones por parte del presidente de Montenegro, Milo Djukanovic, y su partido, convierten ya estas elecciones en cualquier cosa menos una honesta consulta de la voluntad popular. Las condiciones para unas elecciones libres no se dan en ning¨²n caso. Los medios independientes amordazados, activistas de la oposici¨®n procesados como esp¨ªas, y cada vez menos transparencia hacen imposibles unos comicios dignos de tal nombre. Cierto es que a Milosevic le costar¨¢ m¨¢s el fraude cuantos m¨¢s electores acudan a las urnas. Pero mientras la mayor¨ªa de los serbios dice que no votar¨¢ a Milosevic, tambi¨¦n asegura que Milosevic ganar¨¢. La resignaci¨®n de una poblaci¨®n cansada por guerras, miseria moral, penuria generalizada y aislamiento es patente.
Tambi¨¦n est¨¢ en la l¨®gica de la ofensiva electoral de Milosevic la desaparici¨®n, hace una semana, de Ivan Stambolic, su antecesor como l¨ªder comunista serbio y su mentor y amigo ¨ªntimo, por supuesto traicionado. Cuando la prensa oficial acusa a Stambolic de c¨®mplice de las mafias bosnia y kosovar, todo hace temer que ya est¨¦ muerto. Es coherente que doce a?os despu¨¦s de liquidar pol¨ªticamente a quien todo lo hab¨ªa hecho por ¨¦l, ahora lo liquide f¨ªsicamente por lo que sabe y por su oposici¨®n a la locura de guerra, miseria y crimen del r¨¦gimen de su ex protegido.
Pero en la estrategia de supervivencia de Milosevic tambi¨¦n entra, por supuesto, Kosovo, y sus portavoces han anunciado que los serbios all¨ª residentes est¨¢n convocados a las urnas y que el propio presidente har¨¢ campa?a all¨ª. Es otro virtuosismo de Milosevic para crear fisuras en el adversario interno y externo. Para ello aprovecha el hecho de que oficial y te¨®ricamente Kosovo siga siendo parte de esa peque?a Yugoslavia que Milosevic preside. Voten o no voten los serbios de Kosovo, no est¨¢, ni mucho menos, claro que despu¨¦s de lo sucedido sigan viendo a Milosevic como su gran timonel. Pero s¨ª tiene que estar claro que si Milosevic osa poner pie en Kosovo las fuerzas internacionales van a detenerlo y presentarlo ante el Tribunal Penal Internacional en La Haya. Ser¨ªa muy saludable para los Balcanes y Europa que terminara all¨ª su campa?a electoral.
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