Protecci¨®n de datos

Seg¨²n Bandura y otros te¨®ricos, la observaci¨®n de modelos es la fuente principal de conductas aprendidas. Y as¨ª como los hijos aprenden lo que ven hacer a sus padres, los ciudadanos aprendemos lo que vemos hacer a nuestros poderes p¨²blicos. Por tanto, ?qu¨¦ respeto por la ley podemos tener los espa?oles cuando vemos constantemente c¨®mo los mismos organismos creados para hacerla cumplir la ignoran de forma sistem¨¢tica?Cuando se cre¨® la Agencia de Protecci¨®n de Datos para protegernos de los abusos que las empresas pod¨ªan llevar a cabo con los gigabytes de informaci¨®n sobre nuestras vidas privadas, me holgu¨¦ de ello, pero la experiencia me ha demostrado que, para que funcione, se hace necesario crear otro organismo que nos proteja de la propia agencia.

He perdido ya la cuenta de las denuncias que he puesto por claras infracciones a la Ley de Protecci¨®n de Datos, pero no he conseguido de la agencia una sola resoluci¨®n sancionadora. Hace meses recib¨ª, como otros miles de espa?oles, sendas cartas de las operadoras telef¨®nicas a que estoy abonado diciendo que, salvo comunicaci¨®n en contrario, tratar¨ªan libremente mis datos. Me apresur¨¦ a desautorizarlo, y ped¨ª adem¨¢s la cancelaci¨®n de mis datos. S¨®lo Uni2 me contest¨®. Telef¨®nica y Retevisi¨®n me ignoraron, as¨ª que denunci¨¦. Pues bien, a la primera me responde la agencia que no procede su admisi¨®n, bas¨¢ndose en unas rid¨ªculas alusiones a las gu¨ªas de tel¨¦fonos. A la segunda denuncia, que fue unos meses despu¨¦s, ya ni siquiera contestan.

Luego nos rasgaremos las vestiduras y clamaremos contra los abusos de las empresas, pero ?c¨®mo no van a abusar si se les permite que lo hagan impunemente? Y eso sin entrar en que la agencia se financia con mis impuestos...- Pablo Alejandre Calvi?o. Malcocinado, Badajoz.