Oportunidad de excepci¨®n (y 2)
El socialismo ha iniciado una nueva etapa en Espa?a. El giro en las propuestas y en los modos de hacer han sido acogidos con esperanza por militantes, simpatizantes, y, sobre todo por la sociedad. Un cambio compartido por los ciudadanos, por las generaciones progresistas del pa¨ªs. Queda por ver si esta renovada ilusi¨®n alcanza todas las riberas, esto es si llega a las organizaciones socialistas de las naciones, nacionalidades y regiones del pa¨ªs plural a que aludi¨®, en su discurso de clausura del 35 Congreso Federal del PSOE, el nuevo secretario general Jos¨¦ L. Rodr¨ªguez Zapatero.Cierto es que ya hubo anticipos, como el caso del PSC con Maragall y Montilla, traducci¨®n eficaz del cambio org¨¢nico y social de los progresistas de Catalu?a. A pocas semanas tendremos la oportunidad de medir el ejemplo en el IX Congreso del PSPV.
Aqu¨ª las ventanas se han abierto; las puertas, sin embargo, est¨¢n entreabiertas. La brisa no alcanza todav¨ªa el aire que aventar¨¢ a?os de putrefacci¨®n y ensa?amiento. Algunos elementos precongresuales pueden, han podido, resultar anacr¨®nicos con su repetici¨®n de escenas tribales, de clan familiar, incluidos algunos peregrinos esquemas binarios: a ¨¦ste o aquel candidato o candidata corresponde tal o cual familia, ¨¦ste o aquel capo del pasado. Por supuesto que los partidarios anacr¨®nicos se han aferrado al esquema, en olvido de la naturaleza y consecuencias de la transformaci¨®n del socialismo en el pa¨ªs. Si, como es de esperar, el viento arrecia, los postigos ceder¨¢n.
La mayor¨ªa progresista de esta sociedad requiere respuestas contundentes a los desafueros de la derecha, de los gobiernos del Partido Popular. Esta sociedad exige la denuncia, y a la vez la propuesta que rectifique el despilfarro de sus conquistas respecto de los bienes p¨²blicos, de los servicios que pudo dotarse durante la etapa de progreso que lideraron los socialistas y la izquierda plural desde los Ayuntamientos y desde los Gobiernos auton¨®mico y de Espa?a entre 1979 y 1996.
La respuesta de los socialistas valencianos encabezar¨¢ la denuncia y propondr¨¢ nuevas soluciones a los nuevos problemas que tiene esta sociedad; nuevos en virtud de los cambios que nos afectan a todos, y nuevos por haberlos creado el Partido Popular y sus gobiernos. Los nuevos ¨®rganos de direcci¨®n del socialismo valenciano arrumbar¨¢n familias y clanes, para recuperar el liderazgo social.
Una Comunidad en retroceso en la competitividad respecto a su entorno m¨¢s inmediato; sin articulaci¨®n territorial; con su activo primordial, la gente y las ciudades reducidas a vegetar; sin las infraestructuras necesarias para la competencia y para asegurar el empleo en la nueva econom¨ªa; con un deterioro creciente en la cantidad y en la calidad de servicios de que se hab¨ªa dotado; desde la ense?anza a la salud; con una marginaci¨®n acelerada respecto de la integraci¨®n de los g¨¦neros en todos los niveles de la acci¨®n social; con bolsas de exclusi¨®n agrandadas para los nuevos ciudadanos, j¨®venes o inmigrantes. Con la reducci¨®n de la cultura, palanca de la sostenibilidad del crecimiento, a espect¨¢culo decr¨¦pito. Una sociedad sin ¨¢nimo, sin pulso, como no sea para elogiar el "s¨¢lvese quien pueda" y alabar al ratero.
Recuperar al pa¨ªs de las ciudades visibles, nada m¨ªticas, en las que no quepan los se?ores del 5 o 15 por ciento, que adem¨¢s no fueron nunca Gulbenkian. Un pa¨ªs de ciudades para los ciudadanos, no de comparsas de cualquier t¨®mbola.
Resulta explicable que "en Madrid no nos comprendan" a los socialistas valencianos como subrayan a veces Juan A. Blay o F. de P. Burguera. Atrapados en una endogamia enfermiza nos ocupamos, nos hemos ocupado, m¨¢s de nuestras propias peleas que del combate contra el expolio de la derecha. Esta, consciente de lo poco que pod¨ªa durar el par¨¦ntesis se ha apresurado a controlar todo, desde los medios de comunicaci¨®n al menor de los escalones del poder, insistiendo de modo obstinado en desmontar cuanto de bueno se hab¨ªa provisto esta sociedad.
Los progresistas valencianos, la izquierda plural, mayoritaria en el pa¨ªs, va a recuperar el discurso. En un compromiso entre generaciones para un cambio tranquilo y compartido por todos y todas, desde la militancia al simple y ejemplar ejercicio de la ciudadan¨ªa. Para unas ciudades sostenibles, para la recuperaci¨®n efectiva del medio ambiente natural e hist¨®rico; para una salud p¨²blica de calidad y accesible a todos; para la plena igualdad de g¨¦nero; para la suma frente a la exclusi¨®n de la diferencia; para una articulaci¨®n solidaria del territorio que permita la competencia junto a la cohesi¨®n con el resto de Espa?a; para una integraci¨®n plena en la nueva econom¨ªa, y una presencia efectiva y no teatral en los escenarios de las decisiones que conformar¨¢n la Espa?a plural y la Europa, segura y solidaria, que se est¨¢ construyendo.
Las alternativas no se improvisan. Son centenares, somos, de socialistas que am¨¦n de advertir de los errores cometidos, se han, nos hemos puesto manos a la obra, desde?ando las c¨®modas posiciones del "ya lo dec¨ªamos" para contribuir al cambio que toda la sociedad nos reclamaba. Para volver a hacer posible una pa¨ªs de Morella a Elx, de Utiel a D¨¦nia. Un pa¨ªs que condene al destierro las rencillas de campanario, que propicie el tejido urbano, que condene la sucursalizaci¨®n, la econom¨ªa sumergida, los enfrentamientos de las instituciones pol¨ªticas con las instituciones universitarias. Que integre a los sindicatos dentro del entramado de las decisiones p¨²blicas. Un pa¨ªs con medios de comunicaci¨®n sometidos al control democr¨¢tico, que no insulten a la inteligencia de sus ciudadanos, y que sirvan a sus intereses.
Los socialistas valencianos tienen ante s¨ª una sola v¨ªa, y un solo impulso: renovar su compromiso con esta sociedad, liderar el cambio de la izquierda plural. Para ello deber¨¢n votar de modo masivo a sus delegados y delegadas. Debatir sus objetivos, y formular las propuestas que rectifiquen el rumbo equivocado de la derecha, del Partido Popular.
Si alguien, de modo anacr¨®nico, ha pensado en Tuc¨ªdides, que renuncie, pues el vencido por una coalici¨®n, aunque pueda intentar aprovechar las desavenencias de los vencedores se estrellar¨¢ con la voluntad de quienes anteponen a sus intereses la rectitud de las aspiraciones de toda la sociedad.
Y esto lo veremos, una vez m¨¢s en Alicante, a finales de este mes.
Ricard P¨¦rez Casado es diputado socialista por Valencia.
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