Trincheras
La ofensiva de verano desencadenada por los criminales de guerra nazis est¨¢ impidiendo hacer pol¨ªtica. D¨¢ndole la vuelta al principio de Clausewitz, estos t¨¢cticos sin estrategia intentan demostrar que la guerra es la negaci¨®n de la pol¨ªtica con medios id¨¦nticos, pues la ¨²nica pol¨ªtica de ETA es lograr que nadie pueda hacer pol¨ªtica. Por eso contra ella no hay posible respuesta pol¨ªtica, sino tan s¨®lo judicial, lo que exige paciencia, firmeza y mucha tenacidad, a fin de aguantar el tipo todo el tiempo que haga falta. Pues hasta que la Ertzaintza no se infiltre en el MLNV, accediendo a su n¨²cleo duro, no se lograr¨¢ neutralizar su est¨¦ril genocidio por goteo. Pero para eso hace falta una voluntad pol¨ªtica por parte del PNV que ahora mismo no existe, incapacitado como est¨¢ para hacer pol¨ªtica por efecto de la ofensiva etarra que ha desarticulado toda su medida estrategia de Lizarra.?Qu¨¦ resultados espera conseguir ETA con su escalada criminal?: ninguno en realidad, pues, de alcanzar alg¨²n d¨ªa cualquiera de sus objetivos alegados, tendr¨ªa que desaparecer. Por eso rompi¨® la tregua cuando parec¨ªa haber vencido a trav¨¦s de Lizarra. Pues lo ¨²nico que necesita ETA es parar el reloj de la pol¨ªtica y que el tiempo se detenga para mantenerse eternamente joven matando sin morir, s¨ªndrome ¨¦ste de eterno retorno (o de Peter Pan) que s¨®lo se logra mediante la renovaci¨®n generacional de su hidra de mil cabezas. Pero aunque el ¨²nico objetivo de ETA sea persistir, lo cierto es que sus t¨¢cticas autorreproductoras ejercen efectos sobre los dem¨¢s. ?Qu¨¦ consecuencias cabe prever que se deriven de su presente cosecha sangrienta?
Todo depender¨¢ del aguante que tenga cada formaci¨®n pol¨ªtica para mantener su posici¨®n actual. Mientras contin¨²e la escalada de cr¨ªmenes, nadie puede hacer otra cosa que afianzarse en sus trincheras, esperando que la ofensiva se agote a s¨ª misma. Pero, claro est¨¢, no todos los actores pueden aguantar en su puesto con la misma compostura, pues hay algunos de trinchera tan precaria que a duras penas logran de momento salvar la cara. Y en este sentido, es el PNV quien parece ocupar el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena, pues su posici¨®n es insostenible, con un pie en la trinchera agresora y el otro en la agredida. La ambivalencia sirve para hacer pol¨ªtica, pero no sirve para la guerra. De modo que antes o despu¨¦s, si no quiere partirse en dos, el PNV habr¨¢ de pasarse con armas y bagajes a la trinchera de la legalidad. Es lo que acaba de hacer el PSOE, pactando con Mayor Oreja unos "principios de respeto al marco" legal que parecen significar el cese definitivo de su anterior coqueteo con el PNV. Lo cual viene a demostrar que la nueva ejecutiva socialista ya no tiene las manos atadas por la pasada tolerancia con los GAL, y por eso puede prescindir de aquella mala conciencia que llev¨® al PSOE a negociar con ETA y a mostrarse comprensivo con la ambivalencia nacionalista. En cambio, el Gobierno de Aznar, como carece de mala conciencia, puede mantenerse firme en su trinchera de acoso al PNV con la cabeza bien alta, en defensa, como es su deber, del principio de legalidad.
?Cu¨¢nto durar¨¢ esta guerra de trincheras? Los esc¨¦pticos se muestran fatalistas, y los tibios, impacientes, rogando a Mayor Oreja que le eche un cable al PNV. Pero confiemos en que no sea as¨ª, pues la clave de todo consiste en aguardar serenamente a que el PNV reconozca la evidencia. En parte ya lo ha hecho, y por eso intenta Ibarretxe montar con Elkarri y compa?¨ªa una mesa equidistante tanto de Madrid como de Lizarra. Es una forma de empezar a salir de su trinchera, pero no basta. Adem¨¢s, hace falta que hoy Anasagasti, que est¨¢ pr¨®ximo a Arzalluz, reconozca en su entrevista con Mayor Oreja no la Constituci¨®n ni el Estatuto, que su partido tiene derecho a rechazar, pero s¨ª la vigencia inexcusable, como conditio sine qua non, del principio de legalidad. Y ?qu¨¦ hay del llamado conflicto vasco? No existe tal delirio de grandeza. Si quieren la independencia, que se presenten a las elecciones con un programa independentista: y que el pueblo decida.
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