Juan Pablo II defiende al pol¨¦mico P¨ªo IX como "ejemplo a seguir" en su beatificaci¨®n
El Papa atribuye a la "voluntad de Dios" su ascenso a los altares junto al admirado Juan XXIII
P¨ªo IX y Juan XXIII, dos papas antag¨®nicos, pasaron ayer a engrosar la lista de beatos de la Iglesia cat¨®lica, particularmente ampliada por el actual pont¨ªfice, que ha creado 990. Juan Pablo II justific¨® su pol¨¦mica decisi¨®n de elevar a los altares al ¨²ltimo Papa rey (1846-1878), aludiendo a la voluntad de Dios y defendiendo su figura como un "ejemplo a seguir". "Los designios divinos han querido que la beatificaci¨®n junte a dos papas que vivieron en contextos hist¨®ricos muy diversos, pero que est¨¢n ligados, m¨¢s all¨¢ de las apariencias, por no pocas semejanzas humanas y espirituales", dijo.
La beatificaci¨®n de P¨ªo IX, que combati¨® con las armas la unificaci¨®n de Italia, ha sido vista con frialdad por el Gobierno italiano, que se limit¨® a enviar a la ceremonia al ministro de Defensa, Sergio Mattarella. Por razones de fe personal acudieron tambi¨¦n el gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, y el presidente de la regi¨®n del Lazio, Francesco Storace. Las palabras con las que Juan Pablo II record¨® a su antecesor P¨ªo IX nada m¨¢s proclamarlo beato, son la respuesta del Vaticano a todos los que han criticado con dureza esta decisi¨®n. Despu¨¦s de recalcar que la Iglesia no celebra a sus beatos por "los hechos hist¨®ricos por ellos cumplidos", sino "por sus virtudes heroicas y evang¨¦licas", el Papa pas¨® a enumerar las cualidades de Giovanni Maria Mastai Ferretti, resumidas todas en una sola frase: "Fue ejemplo de incondicional adhesi¨®n al legado inmutable de la Verdad revelada".
Su oposici¨®n a las ideas liberales, su Syllabus, un documento modelo de intolerancia, donde se recogen en m¨¢s de 80 proposiciones todos los supuestos errores ideol¨®gicos del momento, desde el comunismo y el socialismo al pante¨ªsmo, pasando por las sociedades secretas y las cl¨¦rico-liberales, no ha sido contrapeso negativo suficiente frente a su "fidelidad a los compromisos de su ministerio" y a la determinaci¨®n con la que "supo dar siempre prioridad a Dios y a los valores espirituales". Es m¨¢s, para Karol Wojtyla, permanece como uno de los logros de P¨ªo IX la convocatoria del Concilio Vaticano I en que qued¨® fijado el dogma de la infalibilidad del Papa.
Es f¨¢cil suponer que la mayor parte de los peregrinos que llenaba ayer la Plaza de San Pedro festejaba la beatificaci¨®n de Juan XXIII, un papa m¨¢s cercano y con una imagen sin fisuras, habida cuenta de que su Pontificado fue breve (1958-1963) y no estuvo marcado por particulares traumas hist¨®ricos. De hecho, los mayores aplausos en la plaza fueron para Juan XXIII, cuando el cardenal Camillo Ruini ley¨® la biograf¨ªa de Angelo Giuseppe Roncalli, nacido en Sotto il Monte, una aldea cercana a Bergamo en el norte de Italia, en 1881, y fallecido en 1963.
Adem¨¢s, la ceremonia inclu¨ªa la beatificaci¨®n de otros tres religiosos que aportaron un importante contingente de seguidores: Tommaso Reggio, arzobispo de G¨¦nova hasta 1901 y, dicen, enemigo de P¨ªo IX; el franc¨¦s Guillermo Chaminade, que vivi¨® durante la Revoluci¨®n Francesa y fund¨® la Compa?¨ªa de Mar¨ªa (Marianistas) y de las Hijas de Mar¨ªa Inmaculada, y el padre Columba Marmion, nacido en Dubl¨ªn en 1858.
En su intervenci¨®n, Wojtyla reconoci¨® que el pontificado de P¨ªo IX, "no fue f¨¢cil y hubo de sufrir no poco en el cumplimiento de su misi¨®n al servicio del Evangelio. Fue muy amado, aunque tambi¨¦n odiado y calumniado". Pero su "serenidad" se mantuvo en medio de "la incomprensi¨®n y los ataques de tantas personas hostiles".
El gobernador de la Banca de Italia, Antonio Fazio, y el ex primer ministro italiano Giulio Andreotti, son dos de las poqu¨ªsimas figuras de la vida pol¨ªtica italiana que han alzado la voz en defensa de Giovanni Maria Mastai. "Hay que leer su doctrina con los ojos del pasado", ha declarado Fazio a una emisora de frailes capuchinos. Andreotti ha escrito un libro enteramente dedicado a lavar la memoria del discutido pont¨ªfice. Incluso un intelectual liberal de prestigio como el articulista Ernesto Galli della Loggia atac¨® hace unos d¨ªas la posici¨®n sectaria, a su juicio, de la intelectualidad italiana que, sin embargo, ha recordado elogiosamente a un anti-liberal como Nietzche, de cuya muerte se cumple el centenario.
A lo largo de toda la ceremonia la Iglesia se mantuvo fiel al ritual tradicional sin mover una coma. En el momento en que Karol Wojtyla pronunci¨® en lat¨ªn las palabras de rigor por las que los cinco elegidos pasan a ser beatos, se descubrieron los retratos respectivos colocados sobre la fachada de la bas¨ªlica de San Pedro y se vio que ocupaba un lugar preferente el de P¨ªo IX. Seg¨²n el responsable del ceremonial, el obispo Piero Marini, por razones de antig¨¹edad.
Juan Pablo II pareci¨® buscar apoyo en el Papa bueno, para justificar la beatificaci¨®n de su pol¨¦mico antecesor. "Es sabida la profunda veneraci¨®n que Juan XXIII sent¨ªa por P¨ªo IX, cuya beatificaci¨®n auspiciaba", dijo Wojtyla. Durante un retiro espiritual, en 1959, escribi¨® en su diario: "Pienso siempre en P¨ªo IX, de santa y gloriosa memoria, e imit¨¢ndolo en sus sacrificios, querr¨ªa ser digno de celebrar su canonizaci¨®n".
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