Jaime de Armi?¨¢n gana el Premio Comillas con sus memorias de ni?o de la guerra

Cineasta y escritor, Jaime de Armi?¨¢n fue un peculiar ni?o de la guerra: hijo de periodista y actriz de teatro, n¨®mada forzoso, vivi¨® muchos acontecimientos cruciales en directo. Ahora, Armi?¨¢n ha reunido sus recuerdos de infancia y adolescencia en La dulce Espa?a, que ayer gan¨® el XIII Premio Comillas, de Tusquets. Armi?¨¢n se declar¨® encantado con el premio, y reconoce que lo pas¨® "muy mal" escribiendo estas "memorias dolorosas".

El jurado, formado por Javier Pradera (presidente), Mario Vargas Llosa, Javier Tussel, Gonzalo Orgaz, Jos¨¦ Mar¨ªa Guelbenzu y Antonio L¨®pez Lamadrid, en representaci¨®n de Tusquets Editores, eligi¨® el libro de Armi?¨¢n entre 51 originales, y ha valorado especialmente "la incuestionable maestr¨ªa del autor a la hora de recrear, con los ojos de un ni?o, unos a?os decisivos y atormentados en la historia de Espa?a". Armi?¨¢n explica que en efecto trat¨® de escribir "como lo hubiera hecho un ni?o, buscando un tono divertido". Muchas de las cosas que cuento son, l¨®gicamente, muy terribles, porque estuve metido en el cogollo de la guerra, pero es verdad que en esas situaciones los ni?os se divierten a pesar de todo".

El autor vivi¨® la guerra civil en peregrinaci¨®n continua, "de San Sebasti¨¢n a Biarritz, Burgos, Salamanca, Vitoria, otra vez San Sebasti¨¢n, Zaragoza y Valencia". Ese nomadismo, obligado por la profesi¨®n de su padre, que fue corresponsal de varios peri¨®dicos (Heraldo de Arag¨®n, El Norte de Castilla...) despu¨¦s de ser cuatro veces gobernador civil de la Rep¨²blica, es, quiz¨¢, lo que m¨¢s distingue a estas memorias de otros libros de recuerdos semejantes.

Armi?¨¢n naci¨® en Madrid en 1927, pero empieza el relato un poco antes, hablando de su familia. "La rama Olivera era de artistas. Mi madre fue actriz de teatro, como mi abuela. Y su abuelo era dramaturgo. Los Armi?¨¢n eran militares, juristas... Mi padre fue un republicano muy tibio, un liberal del partido de Lerroux que hubiera sido fusilado por los dos bandos al final de la guerra. Logr¨® subsistir escribiendo cr¨®nicas de guerra que le pagaban a 30 pesetas, y aunque acab¨® la guerra militarizado sigui¨® escribiendo y fue corresponsal de ABC en Par¨ªs durante dos a?os, en el 44 y el 45. Mi madre, yo y nuestra perra Chiqui le segu¨ªamos a todas partes".

Durante esos viajes se fue forjando el car¨¢cter de Armi?¨¢n, "hijo ¨²nico, enfermizo y muy vigilado" hasta que la guerra relativiz¨® las cosas: "Ese era un problema mucho m¨¢s terrible que mi salud, as¨ª que fui adquiriendo la libertad que no hab¨ªa tenido antes".

Entre el 36 y el 39, Armi?¨¢n vi¨® y vivi¨® "im¨¢genes y sensaciones muy fuertes, que oscilaban entre la alegr¨ªa, la diversi¨®n y el dolor", y presenci¨® varios hechos hist¨®ricos en directo. "En un viaje entre Salamanca y Vitoria vimos caer el avi¨®n de Mola; y en Salamanca, cuando Franco dict¨® la unificaci¨®n de la Falange y los requet¨¦s, las balas entraron en mi habitaci¨®n".

El libro llega hasta los a?os en que Armi?¨¢n entra en la Universidad. All¨ª se licenciar¨ªa en Derecho, carrera que abandon¨® para convertirse en autor literario, director de pel¨ªculas y de series de televisi¨®n. El premio est¨¢ dotado con una estatuilla de bronce dise?ada por Joaqu¨ªn Camps, y un anticipo sobre los derechos de autor de dos millones de pesetas.