Esperas en urgencias

El servicio de urgencias del Hospital Comarcal manten¨ªa en la ma?ana de ayer una cola algo menos abultada que la del fin de semana, de unas diez personas frente a la veintena del s¨¢bado y el domingo. Sin embargo, y pese a que la gerencia del centro mantiene que la atenci¨®n es r¨¢pida, todas las personas consultadas por este peri¨®dico afirmaron que llevaban un m¨ªnimo de dos horas esperando. A las 14.00, los m¨¢s preocupados eran los miembros de una familia musulmana de Melilla que llevaba "desde las cuatro de la ma?ana" esperando a que saliera su hijo. "Lo trajimos ayer porque le dol¨ªa mucho la cabeza", indic¨® el padre, que prefiri¨® no identificarse. "Le dieron unas pastillas y dijeron que hoy estar¨ªa nuevo, pero no le hicieron pruebas. A las tres y media de la ma?ana se despert¨® gritando de dolor. Ahora estamos esperando, porque nos han dicho que pod¨ªa ser grave y le est¨¢n haciendo un esc¨¢ner". "Aqu¨ª la espera m¨ªnima nunca es de menos de tres horas", terci¨® otra mujer. La direcci¨®n del hospital neg¨® que las obras de ampliaci¨®n que se realizan en urgencias est¨¦n dificultando la atenci¨®n a los pacientes. El gerente, Jos¨¦ Luis Morillo, indic¨® que se est¨¢ ampliando el n¨²mero de boxes de cuatro a cinco y el n¨²mero de camas de seis a diez. "Eso nos permitir¨¢ dar un mejor servicio", dijo.

El servicio de urgencias no es la ¨²nica zona concurrida del Hospital Comarcal de Melilla. Ayer, las salas de espera de las consultas tambi¨¦n estaban repletas, aunque bien acondicionadas y dotadas de numerosos asientos. La mayor parte de las mujeres que aguardaban su turno iban ataviadas con chilabas y tocadas con pa?uelos. Para recibir atenci¨®n en consulta es necesario disponer de Seguridad Social.

El personal, bastante joven en general y muy correcto en el trato, caminaba ajetreado de un sitio a otro. "Los lunes esto es un hervidero", comentaba una trabajadora. A mediod¨ªa permanec¨ªa cerrada la puerta del despacho de atenci¨®n al paciente.