Nueva York acoge a 154 l¨ªderes de todo el mundo durante tres d¨ªas
Hablando de bienvenidas: "Les protegeremos mejor que en cualquier parte del mundo, pero, en lo que a m¨ª respecta, considero a algunos de estos l¨ªderes como unas personas odiosas, y creo que es necesario recordarlo". Son palabras del alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, para quien globalizazi¨®n, pobreza y Cumbre del Milenio significan tr¨¢fico, protestas y quebraderos de cabeza a la hora de garantizar la seguridad de los 154 l¨ªderes mundiales que han elegido la orilla del East River para hablar de los problemas del planeta.
Fumigaci¨®n junto a la ONU
Durante tres d¨ªas, Manhattan se convertir¨¢ en una isla b¨²nker para acoger la mayor reuni¨®n internacional organizada por la ONU. Giuliani no se ha limitado a generalidades en su bienvenida: "Tambi¨¦n estoy dispuesto a demostrar que Fidel Castro es un asesino. Am¨¦rica no deber¨ªa enga?arse pensando que es una especie de dictador amable", coment¨® tras conocer la llegada del dirigente cubano a Nueva York, su primera visita a EE UU en cinco a?os.Giuliani tiene una amplia experiencia en diplomacia. En 1995 ech¨® al l¨ªder palestino Yasir Arafat de un concierto celebrado con motivo del 50? aniversario de la ONU por considerarlo un terrorista. El alcalde sabe que cuenta con un p¨²blico receptivo: los casi ocho millones de habitantes que hasta este viernes vivir¨¢n asediados por caravanas oficiales y agentes del FBI.
Noventa manifestaciones
Circular por Nueva York promete ser una aventura. Gran parte de la zona este de Manhattan, que rodea la sede de Naciones Unidas, estar¨¢ cortada al tr¨¢fico. Los m¨¢s de treinta hoteles en los que se alojar¨¢n las delegaciones, en particular el Waldorf Astoria, en el que se alojar¨¢ Bill Clinton, han sido cercados con vallas de hormig¨®n.
Algo m¨¢s de 6.000 polic¨ªas extras, adem¨¢s de los 41.000 con los que ya cuenta la ciudad, se dedicar¨¢n a garantizar la seguridad de la cumbre. En total, el Ayuntamiento se gastar¨¢ 10 millones de d¨®lares (unos 1.850 millones de pestas). El tr¨¢fico fluvial tambi¨¦n ha sido interrumpido; las barcazas que circulan por el r¨ªo, bajo los ventanales de la ONU, transportando los miles de toneladas de basura que generan los neoyorquinos, tendr¨¢n que esperar hasta el viernes para vaciar sus contenedores.
El Ayuntamiento ha fumigado incluso los alrededores de la sede para combatir el mosquito del virus del Nilo, que el verano pasado caus¨® ocho muertos. "Hay que recordar que esta enfermedad afecta a las personas mayores, y algunos de los que vienen son muy mayores", ironiz¨® Giuliani.Los tres aeropuertos de la zona (Kennedy, Laguardia y Newark) han sido pr¨¢cticamente requisados para albergar los aviones de los mandatarios. El caos promete ser may¨²sculo cuando todos los participantes de la Cumbre del Milenio acudan a la cena de gala organizada por Clinton en el Museo Metropolitano el jueves por noche. Por si fuera poco, las delegaciones han reservado todas las mesas de los mejores restaurantes. Ya es imposible conseguir una habitaci¨®n de hotel, hasta los topes por el torneo de tenis, que termina su ¨²ltima semana, y la gala de la cadena MTV, que se celebra el jueves en el Radio City Music Hall.
Anticip¨¢ndose a las reacciones locales, la ONU ha lanzado una campa?a publicitaria para convencer a los habitantes de la ciudad de que los atascos y dem¨¢s molestias servir¨¢n a una buena causa. "Los neoyorquinos se preocupan por los que tienen menos que ellos", dijo, entre esperanzada e inquieta, la vicesecretaria de la ONU Louise Frechette hace una semana durante la presentaci¨®n del acontecimien.
Adem¨¢s de los actos oficiales, la ciudad tambi¨¦n espera m¨¢s de noventa manifestaciones, desde protestas por la ausencia del Dalai Lama a la cumbre religiosa del milenio hasta reacciones de la comunidad cubana contra Fidel Castro. El pasado fin de semana, cuatro iran¨ªes fueron detenidos por lanzar pintura amarilla a la comitiva del presidente de Ir¨¢n, Mohamed Jatam¨ª.Pero Giuliani ha querido dejar claro desde el principio que Nueva York no ser¨¢ Seattle. Parece poco probable que la polic¨ªa tenga que enfrentarse al tipo de protestas que sucedieron durante la cita de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio y que causaron tres millones de d¨®lares en da?os. Para evitar desbordamientos, se han marcado itinerarios para los manifestantes. A pesar de todo, los neoyorquinos tampoco pueden olvidar que la ONU es un negocio lucrativo para la ciudad; cada a?o, las delegaciones que visitan la sede se gastan 3.000 millones de d¨®lares solo en hoteles, sin contar tiendas y restaurantes. "Nueva York podr¨ªa ser sin duda una ciuda internacional sin la presencia de la ONU pero hay que reconocer que ayuda", admite un residente.
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