Milagro liban¨¦s
Con la victoria del multimillonario Rafik Hariri en las elecciones legislativas, la opini¨®n p¨²blica libanesa ha hecho un acto de fe en que los milagros, o una versi¨®n populista de los mismos, pueden repetirse. Hariri, musulm¨¢n sun¨ª cuya fortuna se eval¨²a en unos 10.000 millones de d¨®lares, ya dirigi¨® el Gobierno de Beirut, entre 1992 y 1998, encabezando una recuperaci¨®n econ¨®mica cierta, si bien costeada con un endeudamiento p¨²blico formidable, y sus adversarios aseguran que tambi¨¦n con un s¨®rdido crecimiento de la corrupci¨®n de Estado. Por ello, lo primero que deber¨ªa hacer Hariri -si su encarnizado adversario el presidente Emile Lahoud, cristiano maronita, se resigna a encargarle la formaci¨®n de Gobierno- es atemperar el entusiasmo de sus electores en momentos en que Beirut est¨¢ lejos de poder recuperar su antigua posici¨®n de gran bazar financiero de Oriente Pr¨®ximo.Las legislativas libanesas han sido notables tambi¨¦n en lo estrictamente pol¨ªtico, porque la Siria del nuevo presidente Bachar el Assad no ha tratado de teledirigir tan obviamente como en el pasado el resultado de las mismas. Pero que nadie lea prodigios inexistentes. Es cierto que algunos oponentes del virtual protectorado de Damasco sobre el pa¨ªs de los cedros han llegado al Parlamento, pero tanto Hariri como su antecesor, el tambi¨¦n sun¨ª Selim al Hoss, como exige el reparto confesional del poder pactado desde 1934, o el presidente Lahoud son personalidades asimiladas por Siria. Si acaso, la victoria del multimillonario es hoy m¨¢s interesante para Damasco que la de cualquier otro de sus fieles, porque sus excelentes relaciones con Arabia Saud¨ª y Estados Unidos le hacen el hombre del momento, cuando Bachar ensaya gestos de apertura.
L¨ªbano, pese a todo el pa¨ªs m¨¢s democr¨¢tico de la zona, es el lugar de encuentro de las dos grandes confesiones isl¨¢micas (sunismo y chi¨ªsmo), de la herej¨ªa drusa y de una variedad de iglesias cristianas en el coraz¨®n del mundo ¨¢rabe. Por ello, su democracia pasa por un religioso reparto del poder. Pedir m¨¢s ser¨ªa goller¨ªa. Aunque no es f¨¢cil, en este L¨ªbano que acaba de recobrar su integridad territorial con la retirada israel¨ª del sur del pa¨ªs, que los milagros econ¨®micos tengan segundas partes, s¨ª ser¨ªa positivo que una fuerza pol¨ªtica relativamente moderna pudiera asumir el poder en loor de multitudes.
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