La defensa de los pacientes
?Son ¨²tiles las listas de m¨¦dicos denunciados por negligencia?
La autora argumenta que difundir listas de m¨¦dicos condenados por negligencia en Internet, como propone una asociaci¨®n, no contribuye a que los errores disminuyan.
Una asociaci¨®n que dice ser defensora de los pacientes quiere incluir en Internet la lista de m¨¦dicos con sentencia condenatoria firme por negligencia.Cabe preguntarse si la lista ser¨¢ ¨²til para los pacientes, si mejorar¨¢ la calidad asistencial, ayudando al avance de la ciencia m¨¦dica.
Para los pacientes, la lista no ser¨¢ ¨²til, pues en ella se mezclar¨¢n casos cuya negligencia s¨®lo est¨¢ fundamentada en el desconocimiento de la ley aplicable. Como ejemplo recordaremos que el lector de esa lista encontrar¨¢ nombres de m¨¦dicos sentenciados por haber hecho esterilizaci¨®n a una joven con s¨ªndrome de Down, con permiso escrito de la madre que vive y cuida de ella, que fueron denunciados por el padre de la joven separado de su madre. En esta ocasi¨®n, el juez decidi¨®, seg¨²n la ley, que los m¨¦dicos deber¨ªan haber sabido que en estos casos el permiso debi¨® ser firmado, adem¨¢s, por el juez y no basta con la autorizaci¨®n del responsable legal del incapacitado.
La lectura de la lista no ser¨¢ tampoco beneficiosa para los pacientes porque pierden confianza en sus m¨¦dicos y queda lesionada la relaci¨®n m¨¦dico-paciente. Es preciso que esa relaci¨®n sea cercana y de confianza mutua, pues como bien dec¨ªa Mara?¨®n: "Nosotros los m¨¦dicos hacemos la sutura, pero la cicatriz la tiene que hacer el paciente".
Los errores m¨¦dicos no disminuir¨¢n por la aparici¨®n y permanencia de esta lista en Internet; esto es as¨ª porque desde hace siglos, los m¨¦dicos hemos perseguido los fallos de nuestro trabajo. ?ste es uno de los principales objetivos de las autopsias y el fundamento de los Comit¨¦s Deontol¨®gicos de los Colegios de M¨¦dicos. En ¨¦stos los pacientes o los m¨¦dicos exigen que los casos sean examinados por un tribunal independiente, cuyas decisiones las tienen que aceptar los m¨¦dicos por ley y ¨¦stas llegan hasta la inhabilitaci¨®n del m¨¦dico. Esto se cumple desde hace muchos a?os, y el dintel de errores descubierto por negligencia pr¨¢cticamente no es posible bajarlo. Es lo mismo que ocurre con la prevenci¨®n que han querido hacer los cirujanos sobre s¨ª mismos para no pincharse en los actos quir¨²rgicos, a pesar de ello, aproximadamente en el 15% de las intervenciones que hacen, sigue sucediendo.
Con lo anterior no estamos diciendo que no se penalice al m¨¦dico negligente, estamos exponiendo objetivamente lo que ya se conoce: la aparici¨®n de listas permanentes en libros fue realizada en EE UU hace a?os, y no se consigui¨® la disminuci¨®n de errores m¨¦dicos. El efecto de hostigamiento a los m¨¦dicos fue diferente, se encareci¨® la medicina pues los m¨¦dicos tuvieron que subir sus honorarios debido al aumento de los gastos derivados de seguros e incluso de la nueva peligrosidad y responsabilidad en el desarrollo de su profesi¨®n.
La permanente amenaza sobre el trabajo de los m¨¦dicos tuvo un efecto inesperado en el resto de la profesi¨®n m¨¦dica no negligente, que result¨® amedrentada y respondi¨® asegur¨¢ndose, paso a paso, todo el camino a seguir en el proceso asistencial, cre¨¢ndose una medicina defensiva. Se empezaron a realizar m¨¢s actos m¨¦dicos para llegar al mismo objetivo, y esto repercuti¨® en el encarecimiento de la medicina y en la posibilidad de nuevos peligros, porque a menudo cada prueba m¨¦dica entra?a riesgos. Muchos m¨¦dicos afamados de EE UU que ten¨ªan resultados de calidad reaccionaron adelantando sus jubilaciones, perdi¨¦ndose as¨ª la experiencia de muchos de los mejores.
El avance de la ciencia m¨¦dica no se consigue en sociedades hostigadoras de los m¨¦dicos, se puede demostrar f¨¢cilmente recordando los cuatro ejemplos probablemente de mayor influencia por el n¨²mero de pacientes afectados, en la pr¨¢ctica quir¨²rgica m¨¦dica durante los ¨²ltimos a?os. Todos ellos fueron descubiertos fuera de EE UU.
As¨ª, Christian Barnard desde Ciudad del Cabo practic¨® el primer transplante cardiaco, abriendo la senda de la vida a muchos pacientes. La misma intervenci¨®n se estaba haciendo en EE UU, pero en terneros, sin atreverse a hacerlo en personas. El tratamiento quir¨²rgico de la miop¨ªa fue realizado por un oftalm¨®logo ruso, y de la misma nacionalidad fue el cirujano que se atrevi¨® a quitar la escayola en el tratamiento de las fracturas ¨®seas. La angioplastia coronaria revolucion¨® la cirug¨ªa cardiaca y hoy muchos pacientes se benefician de este tratamiento; su autor fue un m¨¦dico suizo pionero que lo desarroll¨® en su pa¨ªs.
Los m¨¦dicos en general no cobramos copyright y los adelantos son copiados sin pagar royalties. Es otra caracter¨ªstica del trabajo m¨¦dico que se alza por encima de las fronteras, siguiendo la defensa del bien de sus pacientes por obligaci¨®n ¨¦tica y deontol¨®gica.
Finalmente, las listas con nombres de m¨¦dicos sentenciados por negligencia en Internet, aunque no somos expertos en leyes, no nos parecen leg¨ªtimas, porque la sentencia no preve¨ªa en su condena esta acci¨®n que indudablemente perjudica doblemente al m¨¦dico y, por tanto, es un incremento de la pena impuesta y desarrollada por particulares y no por el poder judicial. Creo que ser¨ªa un juicio a?adido y paralelo, que tampoco me lo parecer¨ªa -y que no se interprete lo siguiente como amenaza-, que tambi¨¦n se publicara una lista de pacientes que hubieran denunciado a m¨¦dicos sin fundamento. Hasta ahora estos m¨¦dicos no son indemnizados por los pacientes y rara vez o nunca se repone su imagen.
Finalmente, como presidenta de un colegio de m¨¦dicos, expreso mi condolencia a todos los afectados por errores m¨¦dicos y a sus familiares, y como miembro de una especialidad que entre sus funciones tiene el buscar errores m¨¦dicos les aseguro que la sociedad no ha tenido ni tendr¨¢ un arma m¨¢s poderosa para herir a un m¨¦dico que su propia desolaci¨®n cuando recibe la prueba de que el objetivo fundamental de su trabajo -cuidar la vida de sus pacientes- no lo ha conseguido.
Juliana Fari?a Gonz¨¢lez es presidenta del Colegio Oficial de M¨¦dicos de Madrid.
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