Contrarreloj junto a las prostitutas
Los corredores que lleguen a la ¨²ltima etapa de la Vuelta Ciclista a Espa?a, una contrarreloj individual de 35 kil¨®metros por Madrid, van a tener una jornada muy animada. Parte del recorrido elegido por la organizaci¨®n de la carrera, unos ocho kil¨®metros, se adentran por territorios de la Casa de Campo dominados desde hace a?os por una legi¨®n de prostitutas que se ganan la vida con los clientes que se acercan hasta el bosque en sus veh¨ªculos.Las mujeres prestan sus servicios sexuales dentro de los coches, que suelen aparcar en los arcenes de la carretera que se interna en la Casa de Campo.
Mientras, los responsables del Gobierno municipal de Madrid llevan m¨¢s de un a?o ideando planes para estas mujeres. El alcalde de la capital, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano (PP), pens¨® en trasladarlas al Cerro de Garabitas -un paraje rec¨®ndito del bosque- y llevar hasta all¨ª ambulancias, aseos y cabinas telef¨®nicas. Nunca lo hizo. Luego, su concejal de Polic¨ªa, la ex juez Mar¨ªa Tard¨®n, anunci¨® que la Polic¨ªa Municipal denunciar¨ªa a las mujeres por exhibici¨®n imp¨²dica y actitud indecorosa. Y al final opt¨® por cortar el tr¨¢fico para evitar que las prostitutas puedan conseguir clientes, aunque todav¨ªa no ha ejecutado este ¨²ltimo plan.
Unas 800 meretrices -el 90% inmigrantes- se distribuyen por la zona boscosa que el domingo 17 de septiembre recorrer¨¢n los ciclistas que lleguen a la ¨²ltima etapa. Cada dos minutos pasar¨¢ un corredor por ese lugar situado junto al lago de la Casa de Campo. Al Ayuntamiento de Madrid le preocupa lo que pueda ocurrir en la Casa de Campo, por lo que los servicios municipales de coordinaci¨®n y Polic¨ªa Local se han reunido ya para buscar f¨®rmulas que garanticen que las mujeres que trabajan en el parque no alteran el buen funcionamiento de la carrera.
"En principio, no pensamos hacer nada especial. Creemos que, ese d¨ªa, al no haber tr¨¢fico debido a la carrera ciclista, pues cortaremos todos los accesos a la Casa de Campo entre las diez de la ma?ana y las cinco de la tarde, las prostitutas no trabajar¨¢n en la zona por falta de clientes", explica un mando policial. "Pero si, pese a esa circunstancia, las mujeres permanecen en los m¨¢rgenes de la carretera estamos pensando ahora qu¨¦ podemos hacer para que no se concentren junto a la zona por la que pasar¨¢n los ciclistas. Puede resultar molesto para los deportistas y afectar¨ªa a la imagen de la ciudad de Madrid, pues la carrera va a ser televisada para toda Espa?a".
Uno de los responsables municipales del ¨¢rea de Coordinaci¨®n, encargada de los grandes acontecimientos deportivos en Madrid, explica que est¨¢n inquietos sobre todo porque las prostitutas que trabajan en esa zona de la Casa de Campo "s¨®lo van vestidas con un tanga y un sujetador". "Que esa imagen se vea durante un tramo largo de la etapa mientras pasan los ciclistas no es lo m¨¢s apropidado e id¨®neo, por eso estamos algo preocupados", agregan los responsables municipales.
Los agentes est¨¢n dispuestos a invitar a las mujeres a ocupar otras zonas de la Casa de Campo para evitar la presencia de prostitutas medio desnudas durante el recorrido.
Los responsables de Unipublic, la empresa organizadora de la Vuelta Ciclista a Espa?a, manifestaron ayer su inquietud: "No es la mejor imagen de Madrid que se vean prostitutas a lo largo del recorrido. Y mucho menos si est¨¢n con poca ropa", se?ala V¨ªctor Cordero, director de la Vuelta. Cordero solicit¨® ayer al Ayuntamiento de Madrid que ponga especial cuidado "para que la etapa cuente con las condiciones para que se celebre con el m¨¢ximo de dignidad". "Esperamos que el municipio sepa resolver todos los inconvenientes". Cordero tambi¨¦n dud¨® de si los aficionados renunciar¨¢n a acercarse con sus hijos a la Casa de Campo ante la presencia de prostitutas.
Alejandra, prostituta espa?ola con la que habl¨® ayer este peri¨®dico, no vio demasiados problemas para que la Vuelta Ciclista se celebre sin la presencia de sus compa?eras. "Yo trabajo principalmente de noche. A las horas de la carrera, apenas hay clientes". Lorena, latinoamericana, ignoraba que los ciclistas pasar¨ªan el domingo 17 de septiembre por su lugar de trabajo. "Pero tengo claro que ese d¨ªa la Polic¨ªa Municipal no nos dejar¨¢ estar aqu¨ª. En cuanto vengan a colocar vallas, nos expulsan seguro". Bianca, otra mujer espa?ola, tampoco dar¨¢ problemas pues rechaza trabajar en las horas de la siesta y del paseo de los ni?os. "Yo trabajo los fines de semana a partir de las ocho de la noche, cuando los padres y sus hijos se han ido ya del parque".
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