Incompetentes
La Universidad de Alicante vuelve al primer plano informativo. Hubiera sido preferible que lo fuese por razones muy distintas a las que lo han motivado, pero la comunidad universitaria propone y el gobierno regional dispone. Y hace mucho tiempo que las disposiciones del gobierno regional van orientadas a obstaculizar o impedir iniciativas que esa Universidad concibe como interesantes y muy beneficiosas para la sociedad y el entorno productivo en el que se inscribe y al que se debe.Cualquier informe reciente sobre el futuro del llamado Arco Mediterr¨¢neo (v¨¦ase por ejemplo el Sexto Informe Peri¨®dico de la Comisi¨®n Europea de 1999) se?ala que la capacidad de innovaci¨®n es un factor clave en el desarrollo regional. Es m¨¢s, el citado informe se?ala este factor entre los puntos d¨¦biles importantes de la Comunidad Valenciana. Tambi¨¦n resalta que la eficiencia de la estructura institucional y el capital social de una regi¨®n son un factor importante en el desarrollo regional, especialmente en aquellas regiones, como la valenciana, que todav¨ªa no alcanzan el 75% de la renta media comunitaria. El otro elemento fundamental que se?ala el Sexto Informe es la importancia que atribuye a la creaci¨®n de redes que facilitan la difusi¨®n de conocimientos e innovaciones. La raz¨®n es clara: la generaci¨®n y adquisici¨®n de conocimientos normalmente est¨¢n sujetas a considerables econom¨ªas de escala y las redes permiten a las empresas aprovechar los conocimientos acumulados por todos los participantes. Y lo que es m¨¢s importante, las redes suelen crear nuevos conocimientos o innovaciones que las peque?as empresas no podr¨ªan generar actuando independientemente.
La Universidad de Alicante, a trav¨¦s de su equipo rectoral y junta de gobierno, con el rector Pedre?o como primer impulsor del proyecto, hace tiempo que viene proponiendo la conveniencia de dar un salto cualitativo en la formaci¨®n de redes y en el necesario acercamiento entre el ¨¢mbito de producci¨®n del conocimiento y de la investigaci¨®n y el tejido socioecon¨®mico. Medpark responde a ese objetivo estrat¨¦gico. La raz¨®n es conocida: la necesidad de cambios en un modelo productivo que fue extraordinariamente beneficioso para la sociedad valenciana en la d¨¦cada de los sesenta y primera mitad de los setenta, pero que hace tiempo que viene dando s¨ªntomas de agotamiento. En un contexto cada vez m¨¢s globalizado, sectores productivos de la econom¨ªa valenciana compiten con creciente dificultad con otras regiones econ¨®micas del planeta basadas -al igual que aqu¨ª en aquellos a?os- en la utilizaci¨®n de mano de obra intensiva y barata y en la externalizaci¨®n de los costes ambientales. Nuestras empresas, nuestras ciudades y la propia regi¨®n econ¨®mica compiten ahora en un mercado global, y hace tiempo que sabemos que los factores que subyacen a la competitividad son la investigaci¨®n y el desarrollo tecnol¨®gico, la infraestructura y el capital humano y el papel de las instituciones y el capital social, m¨¢xime en territorios como el valenciano donde el predominio de las peque?as empresas es abrumador.
La universidad tiene encomendada como primera e indeclinable funci¨®n social la de formar a sus alumnos. Pero hace d¨¦cadas que muchas universidades tambi¨¦n contribuyen de forma decisiva a impulsar la creaci¨®n de entornos donde es posible la producci¨®n y el intercambio del conocimiento, susceptible de ser aplicado a las necesidades de la sociedad y de las empresas. Manuel Castells lo ha explicado recientemente de forma magistral y el propio Informe Bricall llama la atenci¨®n sobre la responsabilidad social de las universidades en este campo, incorporando m¨²ltiples referencias a la conveniencia de que las universidades europeas se comprometan en impulsar y liderar proyectos de parques cient¨ªficos.
La creaci¨®n de parques cient¨ªficos no es nada nuevo. La ya dilatada experiencia del mundo universitario anglosaj¨®n demuestra su utilidad para incrementar la competitividad de las empresas y los territorios. Varias universidades norteamericanas y, al menos, cuatro universidades brit¨¢nicas, comenzando por Oxford, impulsaron hace tiempo esta idea. En cada universidad se ha concretado de forma distinta, adapt¨¢ndolo a la realidad econ¨®mica, social institucional en cada caso, pero el objetivo final es similar. Tambi¨¦n han emprendido ya proyectos de este tipo otras universidades espa?olas radicadas en Catalu?a y Madrid.
Es en ese contexto donde debe entenderse la propuesta de la Universidad de Alicante. La trayectoria de esa universidad, que creo conocer algo, avala su competencia para liderar un proyecto, tan ambicioso como necesario, para ayudar a superar los riesgos de obsolescencia de nuestro modelo productivo. Y lo que resulta sorprendente es que desde el primer d¨ªa que lanz¨® la iniciativa no haya contado con el apoyo de nuestros representantes pol¨ªticos en el gobierno regional y local y con el soporte m¨¢s decidido del sector privado radicado en la Comunidad. Llama la atenci¨®n que sean grandes empresas for¨¢neas las primeras en mostrarse dispuestas a situar en el futuro parque cient¨ªfico sus unidades de I+D.
Durante el mes de agosto me he interesado en leer detenidamente la abundante informaci¨®n que la propia Universidad ha puesto a nuestra disposici¨®n en Internet y en seguir, a veces muy sorprendido, las declaraciones p¨²blicas de nuestros gobernantes sobre este tema. Una cosa me ha quedado clara: no son partidarios. Por esa raz¨®n han desplegado un completo bloqueo institucional al proyecto de creaci¨®n de Medpark. Bloqueo que supone, insisto en ello, no solamente frenar las expectativas de ampliaci¨®n de la propia Universidad, sino imposibilitar la concreci¨®n de un proyecto que, a medio y largo plazo, ser¨ªa muy positivo para el futuro de nuestra estructura econ¨®mica y social.
Para paralizarlo se amparan en dos informes t¨¦cnicos elaborados por las Consejer¨ªas de Obras P¨²blicas y de Cultura, Educaci¨®n y Ciencia respectivamente. Ambos subrayan que la Universidad no es competente para impulsar un Plan Especial que permita la creaci¨®n del parque cient¨ªfico. M¨¢s all¨¢ de los juicios de valor que incluyen y del desconocimiento que demuestran al referirse a las caracter¨ªsticas de un parque cient¨ªfico impulsado y liderado por una universidad y de la actividad que albergan -pr¨¢cticamente confunden un parque cient¨ªfico con un pol¨ªgono industrial- lo m¨¢s sorprendente es que la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas atribuye la competencia para la aprobaci¨®n provisional del proyecto a la Consejer¨ªa de Cultura, Educaci¨®n y Ciencia, y esta, d¨ªas despu¨¦s, se declara incompetente remitiendo la capacidad de aprobaci¨®n a la de Obras P¨²blicas. Todo un ejemplo de coordinaci¨®n y de conocimiento de las competencias de cada uno.
Tengo la impresi¨®n, que puede ser equivocada, de que la Universidad de Alicante ha seguido los pasos que la legislaci¨®n establece y hasta donde el marco legal le permite. En todo caso, siempre quedar¨ªa a expensas de la aprobaci¨®n definitiva del proyecto que la propia legislaci¨®n reserva a la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas. Creo incluso que la reciente legislaci¨®n sobre suelo, elaborada por el gobierno central y aprobada por el Parlamento espa?ol, refuerza las competencias de una administraci¨®n p¨²blica como la Universidad para emprender iniciativas de este tipo. Sea como fuere, el tiempo, y probablemente los tribunales -de nuevo los tribunales- dir¨¢n la ¨²ltima palabra. Pero la cuesti¨®n que me parece fundamental y que quiero destacar aqu¨ª no es esa. Lo que quiero subrayar, incumplimiento de la resoluci¨®n de las Cortes Valencianas aparte, es que no hay voluntad pol¨ªtica para impulsar el proyecto y que desde el gobierno se ha politizado -?tal vez ser¨ªa mejor decir personalizado?- este tema.
En las puertas del siglo XXI y con los vertiginosos cambios que se est¨¢n produciendo, un proyecto como Medpark no hubiera debido contar m¨¢s que con el apoyo y la cooperaci¨®n de todos los agentes implicados, empezando naturalmente por el propio gobierno regional. La relevancia estrat¨¦gica del parque cient¨ªfico deber¨ªa situarse, cuando menos, al mismo nivel que proyectos como la Ciudad de las Ciencias o el Parque Tem¨¢tico, que s¨ª contaron con todo el apoyo y la cooperaci¨®n institucional que sin duda merec¨ªan por su importancia para la Comunidad Valenciana. Medpark tambi¨¦n lo merece.
Joan Romero es catedr¨¢tico en la Universidad de Valencia y ha sido consejero de Educaci¨®n y Ciencia de la Generalitat Valenciana.
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