Ganas de pasearse
Aseado muleteo
Dar una vuelta al ruedo con casi tantos pitos como aplausos (Ruiz Manuel en el segundo) o darla cuando no queda casi nadie en la plaza (G¨®mez Escorial en el sexto) son ganas de pasearse. O ganas de hacer ver, de cara al exterior, que se ha estado mejor de lo que se ha estado.La cuesti¨®n es que la corrida, con alguna ligera exepci¨®n, volvi¨® a pesar como una losa, cual si volvi¨¦ramos al nefasto agosto taurino barcelon¨¦s.
Arranz / S¨¢nchez, Ruiz, Escorial
Tres toros de Enrique Mart¨ªn Arranz (6? devuelto al corral), y 3?, 4? y 5? de Jos¨¦ Miguel Arroyo, desiguales de presencia, fuerzas y juego. Sobrero de Peralta, muy flojo.Andr¨¦s S¨¢nchez: silencio y aplausos. Ruiz Manuel: vuelta protestada y silencio. G¨®mez Escorial, nuevo en esta plaza: vuelta al ruedo en los dos. Plaza Monumental, 10 de septiembre. Un quinto de entrada.
Y no es que el ganado presentase dificultades insalvables. M¨¢s bien lo contrario, porque hubo tres toros, los lidiados en los tres primeros lugares, bastante aprovechables: comi¨¦ndose la muleta el primero, repetidor y noble el segundo y pastue?o y humillando, en la distancia debida, el tercero.
El sexto tom¨® formidablemente la primera vara, pero sali¨® de la misma muy mermado de fuerzas, siendo devuelto a los corrales despu¨¦s de haber entrado otras dos veces a las cabalgaduras.
A Andr¨¦s S¨¢nchez le falt¨® dominio y entrega para someter a su primero, con el que arriesg¨® muy poco. Con el cuarto, poco franco, apunt¨® detalles de su reconocido buen gusto, pero no apret¨® suficientemente el acelerador, como pensando ya en la inminente feria de su Salamanca.
Ruiz Manuel hizo un aseado muleteo por ambos pitones a su primero y, aunque se entreg¨® en la suerte suprema, la estocada result¨® atravesada, por lo que no debi¨® haber dado la vuelta al ruedo.El quinto, como casi toda la corrida, se arranc¨® veloz ante las cabalgaduras, pero sali¨® suelto. Esper¨® en banderillas y la presidencia cambi¨® el tercio antirreglamentariamente con s¨®lo dos palos en el lomo del astado, que lleg¨® poco claro a la muleta de Ruiz Manuel, quien se limit¨® a algunas probaturas, sin arriesgar gran cosa.
G¨®mez Escorial salud¨® a las dos reses de su lote y al sobrero con sendas largas a porta gayola, prueba de buena disposici¨®n y entrega. A su primero lo embarc¨® en la muleta con aplomo y valor, aunque el animal, algo quedado, no le permitiera lugar a los muletazos. Cerr¨® la faena con bernadinas y despu¨¦s de pinchazo y estocada, dio la m¨¢s merecida vuelta al ruedo de la tarde.
El sobrero ten¨ªa menos fuerza que el devuelto y, al doblar repetidamente las manos, desluci¨® el trasteo de un G¨®mez Escorial, que volvi¨® a mostrarse firme y entregado, sacando todo lo que ten¨ªa el toro.
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