Y despu¨¦s
A los pol¨ªticos espa?oles les encanta tomar, anunciar o sondear medidas de gobierno desde el extranjero, a ser posible desde Estados Unidos, como si quisieran compartir la estatura del imperio. Hasta Carrillo anunci¨® desde EE UU que lo del leninismo no tendr¨ªa demasiado futuro, y tal vez el lugar de emisi¨®n ayud¨® a encrespar el debate en el de recepci¨®n. Aznar ha cambiado de estilo expositivo y, o bien se nota m¨¢s seguro de s¨ª mismo y exhibe motu proprio m¨¢s tonos de voz, o est¨¢ sometido a una reeducaci¨®n expresiva que eliminar¨¢ para siempre su tendencia a repetirse como si no se creyera del todo lo que dice o sospechara: que somos burros y hay que repetirnos las cosas hasta que se nos abran las carnes del cerebro.Mientras el se?or ministro de Justicia planteaba las reformas para que los chicos de Jarrai no practiquen impunemente la violencia llamada de baja intensidad, Aznar, desde Nueva York, lo convert¨ªa en doctrina global. La oposici¨®n dijo lo esperable: que lo estudiar¨ªa y que no deber¨ªa cuestionarse nunca que Espa?a es un Estado de derecho. Dicho lo pol¨ªticamente correcto, ahora cada formaci¨®n analizar¨¢ qu¨¦ gana y qu¨¦ pierde consensuando las nuevas medidas o dejando que el PP se queme m¨¢s o menos solo procesando y condenando a chicos de 14 o 15 a?os que, por m¨¢s mastuerzos que sean, no dejan de tener edades desgravadas.
Imaginemos qu¨¦ ocurrir¨¢ cuando estas leyes se apliquen y al agravio socio-hist¨®rico que parece justificar la clientela socio-electoral de ETA se sume el esc¨¢ndolo emocional de tener las guarder¨ªas carcelarias llenas de adolescentes sensibles aunque incendiarios.
Cierto que ning¨²n poder permanecer¨ªa inoperante ante la cremaci¨®n de autobuses, cabinas telef¨®nicas o establecimientos comerciales, pero el PP no se plantea complementar la represi¨®n con acciones pol¨ªticas sugerentes, y de ese modo asistir¨ªamos a m¨¢s violencia y al nacimiento de un martirologio juvenil paraetarra al tiempo que, metidos en una perpetua fase preelectoral vasca, el d¨ªa despu¨¦s de la reforma penal figurar¨ªa en los m¨¢s graves libros de Historia Sagrada.
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