La superficie citr¨ªcola ha crecido un 23% en dos d¨¦cadas a pesar de la escasez de agua

La superproducci¨®n arruin¨® la pasada campa?a citr¨ªcola y en la que ahora comienza es la sequ¨ªa la que amenaza la calidad de la fruta. La falta de agua en la Comunidad, subrayada por el Plan Hidrol¨®gico Nacional, no ha frenado, sin embargo, en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas la ampliaci¨®n de nuevos terrenos de regad¨ªo. En 20 a?os, la superficie citr¨ªcola valenciana ha crecido un 23,3%, seg¨²n un estudio presentado ayer por la Consejer¨ªa de Agricultura. Desde 1980 se han plantado 36.000 nuevas hect¨¢reas de c¨ªtricos, aunque el ritmo de crecimiento se ha moderado desde 1990.

El Plan Hidrol¨®gico Nacional (PHN), ahora a debate, reduce un 15% las previsiones de agua destinada a regad¨ªo de los distintos planes hidrol¨®gicos. Esta limitaci¨®n obligar¨¢ en un futuro a estrechar el control sobre la conversi¨®n de nuevas hect¨¢reas en regad¨ªo, una tendencia muy extendida en la Comunidad. Ayer, la consejera de Agricultura, Mar¨ªa ?ngeles Ram¨®n-Llin present¨® un estudio sobre la evoluci¨®n de la superficie citr¨ªcola en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Durante este periodo este cultivo ha crecido un 23,3%; es decir, desde 1980 se han plantado 36.200 nuevas hect¨¢reas de naranjas y mandarinas y, en menor medida, limones y pomelos. Concretamente, se ha pasado de las 155.329 hect¨¢reas de 1980 a las 191.551 del pasado a?o. Este crecimiento, seg¨²n el estudio de Agricultura, no ha sido uniforme. El mayor crecimiento se produjo en la primera mitad del periodo estudiado, en que la superficie creci¨® un 14,2%, para moderarse a partir de 1990, en que la transformaci¨®n de nuevos huertos aument¨® un 8% si se atiende a los datos oficiales.

El crecimiento de la superficie no ha sido homog¨¦neo en todas las especies y variedades, configurando un nuevo mapa citr¨ªcola valenciano en el que las mandarinas, el c¨ªtrico m¨¢s demandado por los mercados por su f¨¢cil consumo, ha sido la fruta m¨¢s plantada, sobre todo en Castell¨®n y Valencia. Desde 1980 se ha m¨¢s que duplicado la superficie de cultivo de mandarinas. ?sta ha crecido un 117% y ahora representa el 48% del total de las plantaciones de agrios valencianos. Por variedades, las m¨¢s cultivadas son la familia de las clementinas y las h¨ªbridas. Las satsumas, aunque ganaron terreno en la d¨¦cada los ochenta, luego han tendido a estancarse e incluso reducirse.

Por el contrario, el terreno destinado al cultivo de naranjas y limones ha disminuido. Las primeras han perdido un 12,5% de superficie y los segundos un 18%. En dos d¨¦cadas se ha producido una reconversi¨®n varietal de primer orden.

La distribuci¨®n varietal se ha mantenido desde el punto de vista territorial. La provincia de Alicante sigue siendo la gran zona de productora del lim¨®n, a pesar de la reducci¨®n de su cultivo. Curiosamente, la variedad que m¨¢s terreno ha ganado en esta provincia, especialmente afectada por la sequ¨ªa, ha sido la mandarina clementina, cuyo cultivo ha crecido cerca de un 300% en los ¨²ltimos 20 a?os.

En Castell¨®n se ha producido, seg¨²n Agricultura, el efecto contrario, dado que el naranjo ha retrocedido un 42% y el mandarino ha aumentado un 86%. En Valencia, donde se concentra la mayor superficie de c¨ªtricos, se ha equilibrado con el paso de los a?os el cultivo de naranjos y mandarinos. La primera descendi¨® un 11% y la segunda creci¨® un 141%.

El departamento de Agricultura concluye su an¨¢lisis asegurando que la extensi¨®n de este cultivo se ha ralentizado "y no hace prever grandes crecimientos en los pr¨®ximos a?os".

Esta apreciaci¨®n oficial contrasta con la preocupaci¨®n expresada en los meses pasados por los partidos de la oposici¨®n, quienes exigen un control m¨¢s exhaustivo de las nuevas explotaciones que crecen, a su juicio, a mayor ritmo de lo que arrojan las cifras oficiales. Un fen¨®meno que achacan al posible refugio de dinero negro en este sector. Vicent Goterris, responsable de la Uni¨® de Llauradors en Castell¨®n estimaba el pasado mes de mayo que las plantaciones citr¨ªcolas crec¨ªan a un ritmo de 10.000 hect¨¢reas anuales en toda Espa?a.

Mientras tanto, los aforos de producci¨®n que cada a?o se calculan al inicio de la campa?a se quedan pronto desfasados. En la ¨²ltima campa?a, reci¨¦n acabada, los productores se han quejado de una ca¨ªda brutal de los precios.

Existe un profundo malestar en el sector citr¨ªcola, que demanda a la Administraci¨®n la elaboraci¨®n de un censo de variedades y un registro actualizado de explotaciones agr¨ªcolas.