Los tres de la Brigada Ligera
El arte de saber pararse
Trilog¨ªa
.. presente, pasado, futuro...Baile: Rafael Campallo, Torombo y Andr¨¦s Mar¨ªn. Cante: David Lagos, Pepe de Pura y Mar¨ªa Viz¨¢rraga. Percusi¨®n: Juan Ruiz. Toque: Eugenio Iglesias, Canito y Bolita. Viola: Rafael Fern¨¢ndez. Sevilla, Teatro Central, 13 de septiembre.
Son s¨®lo tres, j¨®venes y de no mucha presencia f¨ªsica, pero el tumulto que forman los zapateados de sus botas sobre la tarima es semejante al de un escuadr¨®n completo del S¨¦ptimo de Caballer¨ªa o de la Brigada Ligera. Al final he optado por este ¨²ltimo cuerpo por lo de la ligereza, porque estos bailaores desarrollan unas velocidades que ya quisieran para s¨ª algunos de los que van a correr a los Juegos Ol¨ªmpicos de Sydney.Es el principal problema de la mayor¨ªa de los j¨®venes bailaores de hoy: no se paran. A veces nos hacen pensar, no s¨¦ por qu¨¦, en juguetes o maquinitas a los que se les da cuerda y salen disparados hasta que la cuerda se les acaba o se estrellan contra un obst¨¢culo insalvable. La cuerda no se les va a acabar, porque tienen para rato, y tampoco creo que se estrellen, pues son bailaores con suficientes conocimientos para pasar con una cierta dignidad por el oficio. Campallo, por ejemplo, es muy buen bailaor, y sus alegr¨ªas tuvieron una calidad que las distanciaba de todo lo dem¨¢s, pero mec¨¢nicas y veloces, con saltos incluidos.
Cuando los tres se ponen a zapatear furiosamente, velozmente, sobre el piso del escenario, de pronto pensamos m¨¢s en una competici¨®n por ver qui¨¦n le da m¨¢s duro y m¨¢s r¨¢pido. Pero tenemos una cierta idea de que esto se llama flamenco, es algo muy hermoso y una de sus reglas de oro es la de templar recre¨¢ndose en la suerte con sentido. Y la ausencia de todo ello, salvo muy espor¨¢dicas ocasiones, fue una clamorosa evidencia.
Los tres bailaron solos, tambi¨¦n. Andr¨¦s Mar¨ªn, con una equivocada actitud de suficiencia, bail¨® largu¨ªsimo, repiti¨¦ndose y recurriendo demasiado a los pase¨ªllos, que, seg¨²n un amigo m¨ªo, es lo que hacen los flamencos cuando no saben qu¨¦ hacer. Torombo, a quien vi bailar hace unos 20 a?os junto a Mario Maya y me pareci¨® muy prometedor -seguro que la disciplina que sol¨ªa imponer entre los suyos Maya no era ajena-, ahora es un torbellino que lo resuelve todo con pataleos desenfrenados y, muchas veces, disparatados.Campallo, ya lo hemos dicho, s¨ª sabe lo que hace, y probablemente lo hace con plena conciencia, pero tendr¨ªa que reflexionar sobre si ¨¦se es el baile que debe hacer, porque ¨¦l est¨¢ capacitado para algo mucho m¨¢s afinado y hermoso. Tiene que pararse, tiene que pararse.
Es l¨¢stima que el proyecto de estos bailaores en escena no haya tenido mejor suerte, porque el solo hecho de ver a los tres juntos tiene una belleza pl¨¢stica digna de habernos brindado un mejor espect¨¢culo. Otra vez ser¨¢, esperemos.
Babelia
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