El primer paso atr¨¢s de Fujimori tras diez a?os en el poder
En los despachos del contraespionaje militar se fraguaron operaciones para intentar perpetuarle en la presidencia
Desde que el 28 de julio de 1990 jur¨® por primera vez como presidente de la Rep¨²blica, Alberto Fujimori jam¨¢s dio un paso atr¨¢s. Hasta ayer. Es m¨¢s que probable que la desaparici¨®n de El Chino de la escena pol¨ªtica sea un camino sin retorno. Este ingeniero agr¨®nomo de 62 a?os, de apellido y rasgos f¨ªsicos indiscutiblemente orientales, irrumpi¨® en las elecciones presidenciales de 1990, en las que, para sorpresa de muchos, derrot¨® al escritor y candidato del Frente Democr¨¢tico (Fredemo), Mario Vargas Llosa. Un perfecto desconocido en las principales capitales del mundo asum¨ªa los destinos de un pa¨ªs al borde de la quiebra econ¨®mica e institucional, y acosado por una guerrilla que manten¨ªa en jaque a las Fuerzas Armadas en amplias zonas de Per¨². En poco tiempo, demostr¨® tener madera de pol¨ªtico autoritario, dispuesto a poner en pr¨¢ctica sus decisiones hasta las ¨²ltimas consecuencias.El clima que se respiraba en Per¨² a comienzos de la d¨¦cada de los 90 era el mejor caldo de cultivo para un aspirante a dictador elegido en las urnas. El balance de 10 a?os de guerra no pod¨ªa ser m¨¢s elocuente: 17.000 muertos en una naci¨®n arruinada. Lima, la capital, era una ciudad fantasma, donde los coches-bomba, los apagones y los llamados "paros armados" convocados por la organizaci¨®n Sendero Luminoso atenazaban a la poblaci¨®n. En los departamentos andinos y de la selva, los guerrilleros hab¨ªan erigido un contrapoder a base de terror. La represi¨®n militar era tan brutal como ineficaz. El 45% del territorio nacional estaba en las declaradas zonas de emergencia, es decir, bajo administraci¨®n exclusiva de las Fuerzas Armadas. En resumen, Per¨² era descrito en las agencias de viajes como uno de los pa¨ªses m¨¢s peligrosos del globo.
En el terreno econ¨®mico, la herencia que recibi¨® Fujimori no era mejor. Los destrozos causados por el terrorismo en las infraestructuras del pa¨ªs y la incapacidad demostrada por el anterior presidente, Alan Garc¨ªa, dejaron a Per¨² aislado de la comunidad financiera internacional. El Fondo Monetario Internacional (FMI) suspendi¨® todas sus l¨ªneas de cr¨¦dito con el pa¨ªs andino en respuesta a la decisi¨®n del Gobierno de Garc¨ªa de limitar el pago de la deuda externa al 10% de las exportaciones. En aquellos tiempos, la inflaci¨®n alcanzaba el 2.776% anual y el PIB hab¨ªa ca¨ªdo un 20% en los ¨²ltimos dos a?os.
La lucha contra la subversi¨®n fue la primera prioridad de Fujimori una vez instalado en el poder. Para derrotar a Sendero Luminoso y al Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) el nuevo presidente quer¨ªa carta blanca. Pero hab¨ªa un problema no menor: su endeble movimiento pol¨ªtico Cambio 90 no ten¨ªa mayor¨ªa en el Congreso, que no estaba dispuesto a aprobar sin rechistar las leyes especiales antiterroristas. Fujimori recurri¨® con frecuencia a la v¨ªa del decreto-ley hasta que los conflictos entre el Ejecutivo y el Legislativo llevaron al pa¨ªs a una situaci¨®n de dif¨ªcil gobernabilidad. El presidente confirm¨® su talante autoritario. El 5 de abril de 1992, a menos de dos a?os de su investidura, suspendi¨® la Constituci¨®n, cerr¨® el Congreso, que desde entonces no ha vuelto a ser bicameral, y anunci¨® la creaci¨®n de un Gobierno de Emergencia y Reconstrucci¨®n Nacional. Todo ello lo hizo con el apoyo de los militares. Un mes despu¨¦s, Fujimori justificaba el autogolpe ante los cancilleres de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) reunidos en las Bahamas con el argumento de que su acci¨®n no pon¨ªa en juego la democracia sino "la dictadura de la partidocracia". "No hab¨ªa otra forma de luchar contra el terrorismo que disolver el Parlamento, porque se opon¨ªa a las medidas de emergencia que hab¨ªa decretado. Yo no acepto que so pretexto de que uno tiene que ser dem¨®crata como lo fueron mis dos antecesores acepte que haya terrorismo. S¨®lo acepto que me llamen autoritario como sin¨®nimo de dem¨®crata que ha derrotado a Sendero Luminoso y al MRTA", declar¨® Fujimori en una entrevista concedida a EL PA?S en abril pasado.
El autogolpe dej¨® v¨ªa libre para aplicar la nueva estrategia antiterrorista dise?ada desde el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que permiti¨® primero la captura de Abimael Guzm¨¢n, l¨ªder m¨¢ximo de Sendero Luminoso, y posteriormente de toda la c¨²pula de la organizaci¨®n. Fujimori logr¨® la pacificaci¨®n del pa¨ªs. Por consiguiente, no sorprendi¨® a nadie que en las elecciones de 1995 el presidente fuera revalidado en el cargo con el 65% de los votos y con mayor¨ªa absoluta en el Parlamento.
Desde la oscuridad de los despachos del SIN, el principal asesor presidencial, Vladimiro Montesinos, fue ara?ando amplias cuotas de poder, hasta convertirse en el puntal del r¨¦gimen. El jefe de los esp¨ªas no s¨®lo controlaba el aparato polic¨ªaco-militar, donde obtuvo un resonante ¨¦xito en la operaci¨®n de rescate de los rehenes de la Embajada japonesa, en abril de 1997, en la que ninguno de los asaltantes del MRTA sali¨® con vida. Montesinos lleg¨® a ser bastante m¨¢s que el asesor del presidente para temas de inteligencia. En los despachos del SIN se fragu¨® la operaci¨®n para la perpetuaci¨®n de Fujimori en el poder, con un tercer mandato consecutivo, a pesar de que la Constituci¨®n lo prohib¨ªa expl¨ªcitamente. Para sortear este escollo se aprob¨® la ley de interpretaci¨®n aut¨¦ntica de la Constituci¨®n, a la que se opusieron tres jueces del Tribunal Constitucional, que fueron convenientemente destituidos por el Congreso fujimorista. En diciembre pasado, el presidente anunci¨® en medio de la cr¨ªtica generalizada su candidatura a la re-reelecci¨®n.
En las ¨²ltimas elecciones, Montesinos se convirti¨®, en la pr¨¢ctica, en el jefe de campa?a de Fujimori, especialmente en el terreno de la guerra sucia para desprestigiar a los adversarios y en la fabricaci¨®n del fraude. Con un Parlamento adicto, un poder judicial sometido, un estilo de gobierno autocr¨¢tico en el que los ministros tienen escaso peso, y con una televisi¨®n controlada en su inmensa mayor¨ªa por el Gobierno, Fujimori gan¨®. Pero como candidato ¨²nico, sin oposici¨®n. Su principal rival, Alejandro Toledo, se retir¨® tras comprobar en la primera vuelta la maquinaria fraudulenta y recibir el apoyo en sus denuncias tanto de la OEA como de los observadores internacionales desplazados a Lima.
Fujimori se consideraba imprescindible para culminar su obra a cualquier precio. "Me habr¨ªa gustado tener a alguien de mi l¨ªnea para sustituirme, d¨¢ndole continuidad al trabajo. Pens¨¦ en alg¨²n delf¨ªn, pero no lo he encontrado", declaraba a este corresponsal hace apenas cinco meses. Desde ayer, los d¨ªas para hallar sucesor est¨¢n contados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.