Alcaldesa por herencia
Cuando naci¨® Mar¨ªa Nava Castro, en 1969, su padre, Jos¨¦ Castro ?lvarez, ya llevaba un a?o en la alcald¨ªa de Ponteareas (Pontevedra). Desde entonces, y hasta el pasado viernes, a Pepe Castro no le hizo falta renegar de su pasado de camisa azul para seguir gobernando este municipio de 18.000 habitantes. No s¨®lo sobrevivi¨® al cambio de r¨¦gimen, sino al enfrentamiento con su viejo mentor, Manuel Fraga, quien le expuls¨® del PP el a?o pasado. La perdici¨®n de Castro fue su muy personal modo de interpretar las leyes, un error que le ha acarreado la inhabilitaci¨®n judicial por falsificar un documento p¨²blico. Los tribunales han impedido que Castro haga de la alcald¨ªa un cargo vitalicio, pero ¨¦l se guardaba un as en la manga: el pasado viernes cedi¨® el puesto a Mar¨ªa Nava, la sexta de sus 10 hijas.Desde ni?a, Mar¨ªa Nava se acostumbr¨® a la compa?¨ªa de personajes como Manuel Fraga o Mariano Rajoy. "Era muy pequerrechi?a, deb¨ªa de tener cinco o seis a?os", recuerda la nueva alcaldesa, "cuando me llevaron vestida de gallega a un acto con Fraga en un cine del pueblo". Ahora, Fraga y Rajoy reh¨²yen a su padre, pero la familia sigue mandando en Ponteareas.
"?No a la dictadura!", "?fuera la dinast¨ªa!", gritaban el viernes algunos de entre las decenas de vecinos que abarrotaron el sal¨®n de plenos del Ayuntamiento para asistir al paternal traspaso de poderes. "Ya llevo mucho tiempo oyendo esas cosas y no me importa lo m¨¢s m¨ªnimo", replica Nava Castro. Entre la multitudinaria asistencia al pleno que la nombr¨® alcaldesa, tambi¨¦n hab¨ªa fervientes partidarios que prorrumpieron en aplausos cuando ella y su padre se fundieron en un abrazo tras el traspaso de poder. La escena resultaba ins¨®lita, pero impecablemente democr¨¢tica. Aunque Castro, al frente de una candidatura independiente, perdi¨® por primera vez la mayor¨ªa absoluta en las municipales del pasado a?o, los otros tres grupos de la corporaci¨®n -PP, BNG y PSOE- no se pusieron de acuerdo sobre un candidato alternativo, ni siquiera cuando, confirmada la condena judicial al alcalde, ¨¦ste eligi¨® a su hija, tambi¨¦n concejal, para sucederle. La inhabilitaci¨®n no impide a Castro continuar como edil y portavoz de su grupo.
A finales de los a?os ochenta, Castro a¨²n se presentaba en los m¨ªtines del PP recordando los servicios prestados como delegado en Pontevedra de los sindicatos franquistas. Hombre de convicciones recias, siempre se declar¨® "orgulloso" de su pasado y lo proclam¨® hasta fecha muy reciente con homenajes p¨²blicos al dictador. Sus extravagantes declaraciones contra el idioma gallego o contra sus adversarios de la izquierda y el estilo autoritario del que ¨¦l mismo se jactaba, no le restaron apoyo de sus vecinos. Castro era una especie de pintoresco personaje protegido por la direcci¨®n regional del PP, que le mantuvo como senador hasta las ¨²ltimas elecciones y en 1996 acogi¨® a su hija Nava como diputada auton¨®mica.
El peculiar estilo de Castro fue dejando un reguero de demandas judiciales que comenzaron a pasarle factura hace un par de a?os. As¨ª, un juez de Pontevedra le proces¨® por repartir 200 puestos de trabajo entre familiares de concejales y militantes del PP. Un antiguo asunto en el que se le acusaba de falsificar un documento p¨²blico deriv¨® en una inhabilitaci¨®n por dos a?os, confirmada hace unos meses por el Tribunal Supremo. Castro se resisti¨® por todos los medios a acatar la sentencia y hasta el ¨²ltimo momento esper¨® que le indultase el Consejo de Ministros. Pero ni su antiguo amigo Mariano Rajoy, ahora vicepresidente del Gobierno, estaba ya en condiciones de hacer nada por ¨¦l. Castro se hab¨ªa convertido en el "Sat¨¢n" del PP, como le llam¨®, en la campa?a de las municipales de 1999, el entonces secretario regional del partido, Xos¨¦ Cui?a.
Desde que se dio cuenta de que un toro vestido de toga iba a llev¨¢rselo por delante, Castro ya tramaba el modo de perpetuar su dinast¨ªa. En 1999 se declar¨® dispuesto a retirarse si el PP presentaba como candidato a la alcald¨ªa a otro de sus hijos. El partido no accedi¨® y expuls¨® al veterano militante. En competencia con su partido perdi¨® la mayor¨ªa absoluta, pero pudo conservar la alcald¨ªa. Y entre los nuevos concejales figuraba Mar¨ªa Nava, quien sent¨ªa "el gusanillo de la pol¨ªtica". "Pedir¨¦ consejo a mi padre, pero como a cualquier otro concejal, que tambi¨¦n los hay que llevan muchos a?os", asegura la nueva alcaldesa. "Yo soporto las cr¨ªticas mejor que ¨¦l y voy a ser menos pol¨¦mica. Me gustar¨ªa que me recordaran porque, pese a ser joven, mujer e hija de mi padre, logr¨¦ desempe?ar el cargo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.