El esc¨¢ndalo del grupo Most salpica al ministro ruso de Informaci¨®n
El ministro de Informaci¨®n ruso, Mija¨ªl Lesin, uni¨® en julio su firma a la de Vlad¨ªmir Gusinski, patr¨®n de Most, y a la de Alfred Koj, representante de Gazprom, al pie del acuerdo por el que el oligarca ced¨ªa a la megaempresa su grupo multimedia por 300 millones de d¨®lares (58.000 millones de pesetas) y el perd¨®n de las deudas (otros 90.000 millones). Un anexo se?alaba, como si fuese parte del trato, que la fiscal¨ªa retirar¨ªa la acusaci¨®n de estafa contra Gusinski y le permitir¨ªa salir del pa¨ªs, como efectivamente ocurri¨®.
Incluso en esta Rusia curada de espantos, se trata de un esc¨¢ndalo de gran magnitud que pone en entredicho la vigencia del Estado de derecho, la neutralidad del poder pol¨ªtico en las relaciones econ¨®micas, la libertad de prensa y la independencia de la fiscal¨ªa general. Las explicaciones de algunos protagonistas no hacen sino enredar m¨¢s a¨²n la madeja.Lesin vino a decir en una conferencia de prensa celebrada ayer por la tarde lo que, por la ma?ana, afirmaba en el diario Kommersant: que cometi¨® un error, aunque con la mejor intenci¨®n; que firm¨® a t¨ªtulo personal, no como ministro, y porque Gusinski se lo pidi¨®; que el anexo con las garant¨ªas para el magnate es una simple declaraci¨®n que no forma parte del "paquete oficial de acuerdos", y que "el poder, el Kremlin, el presidente" no estaba al tanto de su decisi¨®n, pero que despu¨¦s le inform¨®. Matiz¨®, no obstante, que fue al primer ministro, Mija¨ªl Kasi¨¢nov, a quien se dirigi¨®, y que ignora cu¨¢l es la posici¨®n de Putin.
Alfred Koj, mientras, en una entrevista publicada en Izvestia, asegura que el acuerdo no se firm¨® en la fecha que figura en los documentos, el 20 de julio, sino el 26, cuando la fiscal¨ªa hab¨ªa retirado la acusaci¨®n contra Gusinski y ¨¦ste se hallaba a punto de tomar el avi¨®n para Espa?a, donde reside su familia. En el ya famoso anexo n¨²mero 6 del texto, se establec¨ªa que, sin esas garant¨ªas, las partes estar¨ªan "liberadas de sus compromisos".
En cuanto a Gusinski, se niega ahora a cumplir lo pactado porque, se?ala, fue conseguido pr¨¢cticamente "a punta de pistola" y bajo presiones y amenazas, incluida la de volver a la c¨¢rcel moscovita de Butirka, de la que ya fue hu¨¦sped en junio durante tres d¨ªas.
Putin, por entonces de visita oficial en Madrid, se hizo de nuevas y se?al¨® que la fiscal¨ªa es independiente, pero intent¨® desprestigiar al magnate.
Lesin insisti¨® ayer en la independencia de la fiscal¨ªa general, cuyo actual titular, Vlad¨ªmir Ustinov, fue propuesto por Putin (y aceptado por el Senado) despu¨¦s de que su predecesor, Yuri Skuratov, cayera en desgracia tras empe?arse en investigar por corrupci¨®n al entorno del anterior presidente, Vlad¨ªmir Putin. Gusinski y el grupo Most sufrieron durante meses un acoso de la fiscal¨ªa que (?simple casualidad?) termin¨® coincidiendo con el acuerdo de venta del grupo a Gazprom.
En juego est¨¢ la suerte del principal grupo de comunicaci¨®n privado de Rusia, que incluye la NTV, una de las tres cadenas de televisi¨®n de alcance nacional. Si el Kremlin, a trav¨¦s de Gazprom, se hace con el canal, se acabar¨ªa el pluralismo en televisi¨®n, sobre todo si culmina con ¨¦xito su ofensiva contra otro magnate, Bor¨ªs Berezvoski, para expulsarle de la primera cadena (ORT). El Estado tiene el 51% de las acciones, pero el oligarca por antonomasia ha hecho y deshecho a su antojo a golpe de talonario.
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