Mujeres importadoras de futuro
La formaci¨®n es hoy la palanca del desarrollo. As¨ª lo creen Zahima El Mokadem, Samira El Bannooudi, Milouda El Hankari, Malika Hasri, Sabah el Faquih y Rachida Kadouri, seis marroqu¨ªes de entre 23 y 30 a?os. Las cinco primeras est¨¢n licenciadas, respectivamente, en Derecho, Literatura ¨¢rabe, Sociolog¨ªa, Literatura inglesa y Econ¨®micas. La ¨²ltima ha estudiado Formaci¨®n Profesional.Todas proceden de la provincia de Alhucemas, entre Nador y Melilla, una regi¨®n que vive de la agricultura, la pesca y la construcci¨®n. Sin embargo, la pesca no da para mucho, las obras son c¨ªclicas y la agricultura se centra en las vastas plantaciones de hach¨ªs en Ketama. Los j¨®venes son carne de emigraci¨®n: Holanda, Francia, Italia y Espa?a, aunque ironizan sobre el valor actual de la peseta. Las j¨®venes marroqu¨ªes creen que, de cualquier forma, debe haber otro futuro para aquella provincia marroqu¨ª. "La mayor¨ªa s¨®lo piensa en emigrar, aunque hay gente que tambi¨¦n quiere trabajar y vivir all¨ª, pero es dif¨ªcil si no hay trabajo y se cierran todas las puertas", explica Milouda.
Las seis pertenecen al Foro de Mujeres de Alhucemas, una organizaci¨®n que trabaja en programas de alfabetizaci¨®n con 117 mujeres. Las estad¨ªsticas oficiales se?alan que el 69% de las marroqu¨ªes son analfabetas, un porcentaje que se eleva hasta el 89% en el entorno rural. A los menores les queda vedado el acceso a la escuela a partir de los nueve a?os si antes no han pisado las aulas. Esos son los problemas. Ellas ponen las soluciones. "Vamos a buscar a las mujeres a sus casas, a los campos, llamamos a las puertas y establecemos v¨ªnculos para ayudarlas o escuchar sus problemas", explica Malika. El grupo, al que pertenecen media docena de colectivos sociales y culturales, tambi¨¦n ofrece informaci¨®n higi¨¦nica, sanitaria y legal. "Lo que la sociedad civil no hace, no lo hace nadie en Marruecos", se lamentan.
Est¨¢n empe?adas en tareas que parecen tit¨¢nicas si se atiende a que carecen de los medios y los recursos necesarios. Est¨¢n especialmente orgullosas de la recuperaci¨®n del zoco de mujeres de Ajdir, en la misma provincia, una instalaci¨®n que fue cerrada y que ahora ve de nuevo la luz. El proyecto m¨¢s ambicioso que acarician es la constituci¨®n de una cooperativa para mujeres, que ya est¨¢ en estado embrionario. Para facilitar el acceso de la mujer al mercado laboral, disponen de una ONG que ofrece microcr¨¦ditos con los que pueden adquirir sus primeras mercanc¨ªas.
Durante tres meses, junto a otro grupo de mujeres gaditanas, van a recibir clases para formadores en materias como inform¨¢tica, asociacionismo, autoestima, planificaci¨®n familiar, alfabetizaci¨®n o proyectos empresariales. El proyecto cuenta con la colaboraci¨®n de 14 NG de la provincia, los ayuntamientos de C¨¢diz y Puerto Real y el Instituto de la Mujer de la Junta.
A su regreso a Alhucemas, pretenden formar al mayor n¨²mero de mujeres que sea posible, conscientes de que ¨¦se es el camino del futuro. Quieren que con su trabajo y el de otras miles de mujeres -una de cada seis familias marroqu¨ªes es tutelada por una mujer- las cifras abultadas de desempleo, pobreza y marginaci¨®n se inviertan. Quieren que cambie la cifra femenina de participaci¨®n p¨²blica: dos diputadas de entre un centenar de parlamentarios y s¨®lo dos concejalas en todo el pa¨ªs. "Marruecos se parece a Espa?a antes de morir Franco", sostiene Milouda. "Trabajamos con un sentido de lucha colectiva cercana a nuestro olvido", proclaman.
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