Greene, preparado para el oro
El plusmarquista mundial de 100 metros pasa con facilidad las primeras series
Fue una tarde fr¨ªa y veloz la que vio, en un estadio lleno a reventar, la despedida triste del campe¨®n ol¨ªmpico en Atlanta, la fr¨ªa ejecuci¨®n por parte de los favoritos del ritual de las series de los 100 metros, la fr¨ªa sensaci¨®n de que los reyes de la velocidad y la pista de Sydney no llegar¨¢n a intimar tanto como quisieran. En la primera jornada de la competici¨®n de atletismo, Donovan Bailey s¨®lo dur¨® 100 metros y pico antes de que sus pulmones reventaran, sus bronquios hiperventilaran, sus m¨²sculos se quedaran secos. El campe¨®n ol¨ªmpico se despidi¨® como un hombre acabado, incapaz de resistir ni su segunda serie. En una tarde de viento revuelto, lo mismo soplaba a favor que en contra, Maurice Greene y Ato Boldon, la fuerza pura, y la velocidad, mostraron sus poderes, ense?aron zapatillas ¨²ltimo modelo y camisetas de especial dise?o, y reclamaron todo el poder a gritos, con gestos y con la lengua fuera; el brit¨¢nico Dwain Chambers asumi¨® el liderazgo de la opci¨®n europea; y Obadele Thompson, el callado outsider, el atleta de Barbados que se entrena en Texas, se erigi¨® en el temible rival que nadie quiere al lado. La nueva generaci¨®n de sprinters mostr¨®, de todas maneras, una falta de emoci¨®n a tono con la tarde. Ninguno baj¨® de los 10 segundos, todos hablaron de t¨¢cticas y de reservas, muchos se?alaron al fr¨ªo y al viento. Todos pretendieron esconderse. Fue tan decepcionante el nivel que se ense?¨® que hasta una marca tan mediocre como 10,36s le bast¨® al nigeriano Sunday Emmanuel para llegar a semifinales.Hoy se corren las semifinales, y luego la final. La lucha, dicen, se anuncia dura y ajustada. Por un lado, los tres de John Smith, el grupo de los exagerados en lo gestual: el ruidoso de Trinidad, Ato Boldon, bronce en los ¨²ltimos Juegos, el ¨²nico superviviente de la final de Atlanta que puede repetir final cuatro a?os despu¨¦s; Maurice Greene, el hombre r¨¦cord, el atleta "phenoMOnal" como sus camisetas proclaman, desde 1999 y sus 9,79s de Atenas, el hombre m¨¢s r¨¢pido del planeta; Jon Drummond, el chistoso, el veterano que quiere ser prueba viviente de la superioridad de los m¨¦todos de Smith y su famoso grupo HSI (Handling Speed Intelligently, manejo inteligente de la velocidad): los tres quieren ser la prueba de la fortaleza inatacable que ofrece la vida en com¨²n, de c¨®mo se pueden entrenar juntos, y compartir casa en Sydney, y al mismo tiempo ser rivales en la pista. Frente a ellos, Obadele Thompson. Retirado Bailey, Dan Pfaff, el t¨¦cnico de El Paso que fabric¨® al canadiense, lanza ahora a los Juegos a su joya antillana. Aunque Obadele Thompson ya se present¨® en sociedad en el Mundial de Sevilla (cuarto acab¨® en los 100 y en los 200) estos Juegos del a?o 2000 son la primera gran prueba a la que acude con todo el peso del deseo y la calidad de su lado. Y como quinto aspirante, Dwain Chambers, la escuela brit¨¢nico antillana, el joven (22 a?os) sucesor del viejo Lindford Christie.
Con una gran maestr¨ªa, fruto de la f¨¢cil superioridad, Greene gan¨® su serie. El velocista corri¨® la primera manga en la segunda serie. Ser¨¢ por eso por lo que un importante detalle le pas¨® por alto: cumplida la jornada, el suyo no fue el mejor tiempo, un asunto despreciable pero quiz¨¢s significativo; tampoco marc¨® el mejor tiempo Ato Boldon, el fiel amigo al que Greene esper¨® en la meta para entrar abrazados en los vestuarios: el corredor de Trinidad y Tobago, del que se dice que es el mejor, el m¨¢s r¨¢pido en las series y que empieza a desinflarse en semifinales, fue un digno secundario de Greene y cerr¨® en 10,11s su serie; y tampoco el tercero del clan, Jon Drummond (pobres 10,15s). El brit¨¢nico Chambers impresion¨® (10,12s), pero tambi¨¦n emiti¨® un mensaje de preocupaci¨®n: en una de las salidas falsas que lentificaron la jornada, Chambers sufri¨® un doloroso tir¨®n. Corri¨® su serie aguantando el dolor, y la gan¨®, por delante de Drummond, pero no pudo evitar soltar otro grito de dolor al cruzar la l¨ªnea, llevarse la mano al muslo derecho y marcharse corriendo al vestuario. Todos estuvieron all¨ª, pero a todos los super¨® Thompson con sus 10,04s. Aunque s¨®lo sea psicol¨®gica, el corredor de Pfaff lleva ventaja antes de llegar a las semifinales. Aunque, claro, todos coincidan en que el grande, grande, es el "phenoMOnon", MO Greene.
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