"?Tengo que pensar como t¨² para que no me mates?", preguntan a ETA los manifestantes
Intelectuales y artistas arropan el dolor de las v¨ªctimas y la rabia de los ciudadanos
No hab¨ªa nadie en los balcones. La gente de San Sebasti¨¢n, tambi¨¦n otra mucha llegada de todos los lugares, baj¨® ayer a la calle a hacer algo tan sencillo en el resto del mundo y tan dif¨ªcil aqu¨ª como pasear a cuerpo y decir lo que piensa. Tanta gente march¨® detr¨¢s de la pancarta que la manifestaci¨®n en s¨ª se convirti¨® en una met¨¢fora de la vida en el Pa¨ªs Vasco. Primero, las v¨ªctimas, protagonistas involuntarias de la tragedia. Luego, la gente, mucha gente desperezando su miedo. Y al final, dos horas despu¨¦s, los pol¨ªticos del PP y del PSOE. Los del PNV, sencillamente, no estaban. Muchos de los manifestantes llevaban pegada al pecho una pegatina que preguntaba a ETA: "?Tengo que pensar como t¨² para que no me mates?".
Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, muy cerca de Eduardo Mendoza, Javier Mar¨ªas y Antonio Mu?oz Molina, miraba hacia arriba y se sorprend¨ªa del vac¨ªo de los balcones. La ciudad, tan bella, parec¨ªa ayer un decorado de cart¨®n piedra por el que desfilaba un ej¨¦rcito pac¨ªfico de gente corriente, feliz de estar junta y en la calle, diciendo sus verdades a cara descubierta. Pero, ?por qu¨¦ no hab¨ªa nadie en los balcones?, se preguntaba el escritor, ?por qu¨¦ ninguna pancarta en contra de ETA y s¨ª de apoyo al acercamiento de los presos? "Porque aqu¨ª", contestar¨ªa despu¨¦s una se?ora, "el miedo siempre lo tenemos los mismos". La calle, por tanto, fue ayer en San Sebasti¨¢n de la gente pac¨ªfica; los balcones, todav¨ªa no."?Y para qu¨¦ tiene que servir esta manifestaci¨®n?", preguntaba luego Jos¨¦ Mar¨ªa Calleja, un periodista vasco que tuvo que irse a Madrid para poder vivir en paz, a Andr¨¦s Recalde, uno de los hijos del profesor y pol¨ªtico socialista atacado hace unos d¨ªas por ETA: "Hay que desterrar la falsa idea de la izquierda europea sobre ETA y dejar claro que son unos fascistas". Para dejarle eso claro al mundo sirvi¨® ayer la presencia al principio de la manifestaci¨®n, justo detr¨¢s de las familias de las v¨ªctimas, de personajes destacados del mundo de la cultura. Sobre todo, por su proyecci¨®n internacional, del director de cine Pedro Almod¨®var. Tambi¨¦n estaban all¨ª el productor El¨ªas Querejeta: "Es emocionante la respuesta de la ciudadan¨ªa. Todo se puede hacer, pero con pistolas, nada". A su lado, el escultor Agust¨ªn Ibarrola se refer¨ªa a la ausencia del PNV: "Se siente que no s¨®lo estamos mentalizados, sino ya lanzados hacia los cambios profundos de la sociedad vasca. Vamos a sustituir al nacionalismo vasco y sus fracasos". Y unos metros m¨¢s all¨¢, el fil¨®sofo Fernando Savater: "Ya es hora de que se reconozca lo que han dado las v¨ªctimas por las libertades en este pa¨ªs. Durante muchos a?os no han tenido apoyo, iban solas y a veces no pod¨ªan ni salir a la calle, porque despu¨¦s de haber perdido a un pariente querido todav¨ªa segu¨ªan el hostigamiento". Una v¨ªctima del acoso etarra, el escritor Ra¨²l Guerra Garrido, caminaba junto a ¨¦l. Su farmacia de San Sebasti¨¢n ha sido destrozada en distintas ocasiones. Ayer dec¨ªa: "Estamos en un punto de inflexi¨®n. Hemos dicho basta ya y es una cuesti¨®n de mantener la dignidad. Podremos mirar a los ojos de nuestros hijos y nietos, cosa que no puedan hacer quiz¨¢ los que se han quedado hoy en casa". Sin duda, una de las personas que m¨¢s cari?o recibi¨® ayer fue Mar¨ªa Teresa Castells, propietaria de la librer¨ªa Lagun y esposa de Jos¨¦ Ram¨®n Recalde. Agarrada a su trozo de pancarta y apuntalada en sus hijos, dec¨ªa: "Lo importante es que haya libertad en este pa¨ªs y que podamos decir todos lo que queramos sin que pase nada". Algo as¨ª de sencillo, algo as¨ª de dif¨ªcil fue lo que moviliz¨® ayer a miles de ciudadanos y no al PNV, aunque su ausencia tampoco centr¨® la atenci¨®n de los manifestantes. Alg¨²n grito contra Ibarretxe, alguna pancarta que advert¨ªa al presidente del PNV: "Arzalluz, Donostia no se rinde".
Al final de la manifestaci¨®n, muchas calles despu¨¦s de la pancarta que portaban las v¨ªctimas, caminaban los pol¨ªticos. Algunos comentaban la opini¨®n expresada en Barcelona por el ex presidente socialista Felipe Gonz¨¢lez: "Es un error hist¨®rico muy serio la satanizaci¨®n a la que est¨¢ siendo sometido el PNV. No se le puede culpar del terrorismo de ETA".
Ya de noche, y en un jard¨ªn pr¨®ximo al mercado de La Brecha, se plantaron unas cruces con los nombres de los asesinados por ETA. Segu¨ªa sin haber nadie en los balcones.
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