El poder¨ªo se llama Manuela
Volvi¨® Manuela Carrasco con As¨ª baila Sevilla. Un espect¨¢culo muy caracter¨ªstico de ella, que en los momentos culminantes levanta los brazos al cielo y concentra en ella los haces de luz, como en una afirmaci¨®n expl¨ªcita de soberan¨ªa.?Soberan¨ªa sobre el flamenco? Desde luego, en el baile flamenco el poder¨ªo se llama Manuela. La fuerza, la autoridad con que aqu¨ª baila esta mujer, no s¨¦ si hay alguna otra que hoy pueda igualarlas. Vi¨¦ndola, record¨¢bamos tiempos pasados, cuando era reina indiscutible en los tablaos y arrasaba con su genio racial y extremadamente joven.
Desde entonces hemos estado viendo a la misma Manuela Carrasco. Los bailes en que siempre se destac¨® con superioridad: siguiriyas, soleares, buler¨ªas. Anteanoche bail¨® tambi¨¦n taranto y alegr¨ªas, pero no fueron lo mismo, entre otras cosas porque en t¨¦cnica y recursos se parec¨ªan bastante a los anteriores.
As¨ª baila Sevilla
Baile: Manuela Carrasco, Rafael de Carmen, ?ngel Atienza, Manuel Betanzos, Joselillo Romero y otros. Cante: Enrique el Extreme?o y otros. Guitarras: Joaqu¨ªn Amador, Miguel Iglesias y Salvador Guti¨¦rrez. Percusi¨®n: Joselito Carrasco.Sevilla, Teatro Lope de Vega, 23 de septiembre.
El poder¨ªo, la fiebre corporal y casi incontrolable cuando se deja arrebatar por la pasi¨®n del propio baile, tan recurrente en ella. Y sin embargo, yo dir¨ªa que me gusta m¨¢s cuando para el baile, lo templa y lo desarrolla como ensimismada en el mismo. Ah¨ª se disfruta m¨¢s de lo que hace, porque no hay lugar al atropello casi inevitable de lo fren¨¦tico.
Manuela Carrasco, trianera de nacimiento y dir¨ªa que militante sentimental y profesional de ese origen de nobleza para los flamencos, es un ¨ªdolo en Sevilla. Lo que quiere decir que el p¨²blico se le hab¨ªa rendido antes de levantar el tel¨®n y la ovacion¨® al final puesto un¨¢nimemente en pie. Manuela, que est¨¢ reivindicando la vuelta al flamenco genuino y que todos los que vienen a perturbarlo con sus fusiones y ama?os espurios se retiren a sus cuarteles porque est¨¢n da?ando al arte, lo hizo en esta ocasi¨®n de la mejor manera posible: con el ejemplo. Es decir, con un buen espect¨¢culo, muy cl¨¢sico y muy fiel a la ortodoxia.
Espect¨¢culo en el que no todo nos parece justificado. Manuela se ha rodeado de ocho j¨®venes bailaores, algunos incluso bastante buenos -Rafael de Carmen, ?ngel Atienza...-, pero cada uno baila en solitario, o en d¨²o, o en tr¨ªo, con lo que ocupan una parte bastante considerable de un espect¨¢culo que resulta excesivamente largo.
La idea del mismo es de Joaqu¨ªn Amador, el marido de Manuela, quien capitanea el toque con la eficacia en ¨¦l acostumbrada. El cante, capitaneado por ese excelente profesional que es Enrique el Extreme?o, tiene mucha presencia y un importante nivel.
Pero, sobre todo, lo fundamental est¨¢ claro: Manuela, el poder¨ªo.
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