Montenegro se juega la independencia
El grado de abstenci¨®n en la rep¨²blica menor de Yugoslavia es el term¨®metro para medir el deseo de secesi¨®n
ENVIADO ESPECIALNo reinaba ambiente electoral ayer en Montenegro y la abstenci¨®n, como estaba previsto, fue muy elevada: s¨®lo vot¨® el 23,77%, seg¨²n datos del Gobierno montenegrino, que cumpi¨® su prop¨®sito de boicotear las elecciones presidenciales y legislativas de ayer en Yugoslavia.
En la menor de las dos rep¨²blicas yugoslavas (718.600 habitantes en Montenegro, frente a m¨¢s de ocho millones de Serbia sin Kosovo) se celebraron en condiciones precarias, fuera de los colegios electorales habituales, casi todos locales de propiedad gubernamental. No obstante, el Gobierno de Montenegro vigilaba por el rabillo del ojo, a trav¨¦s de la presencia de su polic¨ªa, el desarrollo de los comicios en su rep¨²blica.
El seguimiento de la consigna de abstenci¨®n constituye una prueba de fuego para el presidente Milo Djukanovic y sus planes para una eventual separaci¨®n de Yugoslavia. Montenegro se encuentra dividido entre partidarios y contrarios al r¨¦gimen de Belgrado. Los dos partidos m¨¢s fuertes de Montenegro, el Partido Democr¨¢tico de los Socialistas (DPS), de Djukanovic, y el Partido Socialista Popular (SNP), del primer ministro de Yugoslavia, Momir Bulatovic, representan esas dos opciones: a favor y en contra del presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic. Los dos gallitos montenegrinos del DPS y SNP, Djukanovic y Bulatovic, Milo y Momo, como se les conoce en plan popular, son criaturas de Milosevic. Hasta casi finales de los noventa, Milo y Momo casi com¨ªan en sus manos. Djukanovic se rebel¨® contra su padre y, como consecuencia, se enfrent¨® a Bulatovic, que por ahora todav¨ªa se mantiene como un fiel lacayo del jerarca de Belgrado. Desde las elecciones presidenciales de Montenegro, en octubre de 1997, los antiguos amigos y aliados se convirtieron en enemigos irreconciliables. Djukanovic gan¨® la presidencia de Montenegro por una diferencia de s¨®lo 5.488 votos y Bulatovic lo acus¨® de fraude. En las legislativas de mayo de 1998, Djukanovic logra, con otros apoyos, la mayor¨ªa parlamentaria. Gobierna Djukanovic entre la espada y la pared, presionado por los que quieren la independencia y la amenaza de una intervenci¨®n de Belgrado.
El Gobierno de Montenegro rechaz¨® la reforma constitucional que abri¨® el camino a las elecciones de ayer. Esta reforma consagr¨® la elecci¨®n directa del presidente de Yugoslavia y permite la posibilidad de reelecci¨®n. Todo parec¨ªa un traje cortado a la medida de Milosevic para garantizarle una c¨®moda permanencia en el poder, pero surgi¨® su contrincante en la elecci¨®n de ayer, Vojislav Kostunica. El Gobierno de Montenegro opt¨® por predicar el boicoteo de la elecci¨®n. De nada sirvieron los intentos de que apoyase a la oposici¨®n serbia. Djukanovic resisti¨® incluso las presiones de la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright. Esta postura del Gobierno de Montenegro le resta un buen n¨²mero de votos a Kostunica. Djukanovic est¨¢ convencido de que "si Milosevic sigue en el poder, continuar¨¢n las provocaciones contra la paz y la estabilidad de Montenegro. Y si llega un conflicto que no se pueda evitar, porque para la guerra basta una parte, Montenegro tendr¨¢ que mostrarse decidido a preservar su libertad". Seg¨²n Djukanovic, "a¨²n no es el momento de convocar el refer¨¦ndum, a pesar de que la mayor¨ªa votar¨ªa por la independiencia". Reconoce que existe "una minor¨ªa respetable", donde reinan tales pasiones que "podr¨ªan defender sus puntos de vista con m¨¦todos no pol¨ªticos".
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