La Plater¨ªa celebra 25 a?os con un lleno total en la plaza de Sant Jaume

Pocas veces la expresi¨®n "no cab¨ªa ni un alfiler" podr¨¢ ser aplicada con tanta exactitud como para describir la plaza de Sant Jaume en la noche del domingo. Tal vez en la celebraci¨®n de alg¨²n pret¨¦rito triunfo azulgrana la presi¨®n fue mayor pero en cosa de conciertos seguro que la actuaci¨®n de la Orquesta Plater¨ªa en la Merc¨¨ 2000 entrar¨¢ en los anales.La Plater¨ªa celebraba con algunos amigos su primer cuarto de siglo y daba la impresi¨®n de que nadie hab¨ªa querido perderse el evento. La nostalgia reuni¨® a varias generaciones de barceloneses, cada uno con su peculiar recuerdo de alguna noche con la Plater¨ªa. Mambos, boleros, pasodobles, cha-cha-ch¨¢s y rocanroles (entre otros muchos ritmos parecidos) fueron desfilando en una apoteosis Plater¨ªa a la que s¨®lo podr¨ªa achac¨¢rsele un problema, el ¨¦xito.

Era imposible bailar a pesar de que la m¨²sica estaba exclusivamente pensada para el baile. A la media noche, cuando Manel Josep cort¨® la m¨²sica para anunciar el inevitable vals del tradicional ball del fanalet, la plaza se convirti¨® en una selva de luces de colores intentando moverse al ritmo de Strauss.

Los que sin duda salieron beneficiados de esa aglomeraci¨®n fueron los canarios de la orquesta Los Guanches, que, a pesar de no ser nada conocidos por aqu¨ª, vieron como la cercana plaza del Rei se abarrotaba tambi¨¦n de un p¨²blico eminentemente bailar¨ªn.

En la plaza de la Catedral la Nit de les orquestres se completaba con sones balc¨¢nicos. Inicialmente se hab¨ªan anunciado dos grupos rumanos pero uno de ellos, la fanfarria Savale, no lleg¨® a Barcelona por alguna incidencia con los visados en su frontera. No fue un problema, los viejos conocidos del Taraf de Ha?douks son capaces de mantener a la audiencia en vilo durante varias horas sin ni cansarse ni fomentar el cansancio del personal. Y eso exactamente fue lo que sucedi¨®: un concierto largo, con sus habituales cambios esc¨¦nicos y cargado de esa fuerza contagiosa que tiene la m¨²sica gitana balc¨¢nica que cada d¨ªa parece estar m¨¢s de moda entre nosotros.