Un par de extremos
Espa?a, en estos momentos, est¨¢ donde se merece. Culmina este ciclo de cuatro a?os donde le corresponde, entre los cuatro primeros del mundo. Repasemos cronol¨®gicamente los puestos que ha ocupado Espa?a en este per¨ªodo: plata en el Europeo de Espa?a 96, bronce en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atlanta 96, plata en el Europeo de Italia 98, cuarto puesto en el Mundial de Egipto 99, y bronce en el Europeo de Croacia 2000. No se puede negar la evidencia del poder¨ªo balonman¨ªstico espa?ol.Y no olvidemos que la dificultad para llegar aqu¨ª ha sido extrema. Lo hemos conseguido ante el balonmano m¨¢s en forma de estos Juegos, que es Alemania. Ya ha empezado su Liga -lleva un mes- y eso se nota en el estado de forma de su equipo. Lo demostr¨® ganando a los rusos y yugoslavos con autoridad en la fase anterior.
El de ayer fue un sensacional partido, de esos que se bautizan como de poder a poder. Al fin la fuerza mental del colectivo espa?ol ha podido con todo. Y en este aspecto han sobresalido los dos extremos, Guijosa y Ortega -que se han echado al equipo a cuestas- y un crecido Barrufet. Y por una vez, un tramo final del que presumir: jugando con un resultado adverso -derrota por dos goles a falta de tres minutos-, Espa?a ense?¨® su capacidad de superar esa traba mental que nos ven¨ªa agarrotando en partidos cruciales.
M¨¢s importante que el triunfo en s¨ª mismo, son las consecuencias an¨ªmicas que ha dejado este final de partido en nuestros jugadores, el punto psicol¨®gico que se necesitaba para enfrentarse de nuevo a nuestra bestia. Despu¨¦s de lo de ayer, el reencuentro con Suecia va a ser diferente a las ¨²ltimas experiencias. Seguro que si se llega otra vez a un final ag¨®nico, se resolver¨¢ mejor. Nuestros jugadores no se dar¨¢n por satisfechos, no se conformar¨¢n con haber llegado hasta aqu¨ª. Tienen hambre de victoria y esta semifinal les llega que ni pintado. Estoy convencido de que veremos lo mejor de Espa?a en esta ¨²ltima fase.
Por otra lado, Suecia da la sensaci¨®n de tener mucha ansiedad por conseguir el oro ol¨ªmpico, lo ¨²nico que les falta en su extraordinaria trayectoria deportiva. Y eso tambi¨¦n nos favorece.
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