Una obra de arte de Jan Ullrich
Desastre espa?ol en la carrera de fondo, en la que a Freire le confundi¨® su cuentakil¨®metros
Algo extraordinario ocurri¨® ayer en las calles de Sydney gracias a la clase, la decisi¨®n y la fuerza de un ciclista alem¨¢n. Jan Ullrich se proclam¨® campe¨®n ol¨ªmpico; convirti¨® un aparentemente miserable y anodino repecho, la colina de Bronte (1,2 kil¨®metros al 6,6%), en uno de los lugares de peregrinaci¨®n de los amantes del ciclismo; revent¨® una carrera destinada a una llegada masiva; corri¨® las dos ¨²ltimas vueltas a m¨¢s de 47 por hora; Ullrich, Ullrich, Ullrich.A su sombra, el ciclismo espa?ol, pre?ado de esperanzas en Sydney, pas¨® inadvertido. Fue una triste representaci¨®n: un ciclista cojo (Santos Gonz¨¢lez, que disput¨® la ¨²ltima semana de la Vuelta gracias a infiltraciones cotidianas para enmascarar una tendinitis), que se retir¨® a la mitad de la prueba; otro que mostr¨® limitaciones (Abraham Olano, que entr¨® en la escapada buena, donde, por culpa de un estado de forma medio, sufri¨® para aguantar el ritmo en la subida a la colina); un ciclista entregado pero escaso (Juan Carlos Dom¨ªnguez, trabajador en la vanguardia del pelot¨®n desde el kil¨®metro cero); un ciclista reserv¨®n (Mart¨ªn Perdiguero, el pretendido tapado que prefiri¨® jugar su baza personal a efectuar un trabajo t¨¢ctico y que llegado el momento clave se cay¨®), y un l¨ªder acatarrado y con pocas alternativas t¨¢cticas (?scar Freire: "Me jugu¨¦ todas mis bazas a una llegada masiva, pero, cuando se hizo la selecci¨®n, pens¨¦ que quedaba una vuelta m¨¢s de las que faltaban. Mira, mi cuentakil¨®metros marca 230 kil¨®metros, y seg¨²n la hoja la carrera era de 240. As¨ª que cuando toc¨® la campana de la ¨²ltima vuelta me di cuenta de que no ten¨ªa nada que hacer"). Su cuentakil¨®metros estaba estropeado.
En la pen¨²ltima de las 14 subidas a la colina de Bronte, Ullrich agarr¨® la parte baja del manillar, se incorpor¨® sobre el sill¨ªn y se fue. El repecho que en teor¨ªa no iba a decidir nada se convirti¨®, gracias a la clase y potencia del alem¨¢n, en un Tourmalet. Una cima que tambi¨¦n superaron con Ullrich sus compa?eros del Telekom Andreas Kl?den (alem¨¢n) y Alexandre Vinok¨²rov (Kazajst¨¢n).
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