El 'negro de Banyoles' ha sido reducido a sus escasos restos humanos para el entierro
El negro de Banyoles ya no existe. Al menos no como lo han conocido varias generaciones desde que lleg¨® a Europa, hacia 1830. El guerrero disecado del ?frica austral que caus¨® sensaci¨®n en su d¨ªa en Par¨ªs, Barcelona y, finalmente, en Banyoles ya no es tal. Ha sido desmontado en Madrid y reducido a lo poco que le quedaba de humano desde que unos naturalistas franceses, los hermanos Verreaux, sometieron el cuerpo a su despiadado -aunque t¨¦cnicamente perfecto- trabajo de taxidermia: cabeza, pellejo y algunos huesos largos. Lo que se enterrar¨¢ el jueves en Botsuana ser¨¢ s¨®lo eso.
Descartados el relleno y los alambres que le infund¨ªan apariencia de vida -un pel¨ªn acartonada, cierto-, lo que finalmente viajar¨¢ el pr¨®ximo martes a Botsuana para ser enterrado el jueves en un parque p¨²blico es un conjunto de despojos humanos, algo sin duda mucho m¨¢s pol¨ªticamente correcto de cara a las gentes que lo recibir¨¢n que un individuo de su raza disecado como un animal y colocado en posici¨®n de marcha. Lo que queda del negro de Banyoles podr¨¢ verse por una mirilla de su caja-ata¨²d cuando se instale el mi¨¦rcoles la capilla ardiente en Gaborone, la capital de Botsuana.En la ceremonia de entierro, el jueves, Espa?a no ofrecer¨¢ disculpas oficiales dado que, seg¨²n el Gobierno, no las ha pedido nadie. En todo caso, opinaron ayer los responsables de Exteriores que orquestan la operaci¨®n de repatriaci¨®n, "no fueron espa?oles los que recogieron el cuerpo en ?frica y la responsabilidad se diluye mucho". Eso no significa, subrayaron, que Francia deba asumir parte de la carga, y recordaron que, aparte de la distancia hist¨®rica del episodio, los hermanos Verreaux eran unos particulares, empresarios privados, vamos.
El negro se encamina as¨ª hacia el final de su larga y extraordinaria historia postm¨®rtem, iniciada hace 170 a?os en alg¨²n lugar al norte de la antigua colonia inglesa de El Cabo: sometido a un radical proceso de despojamiento que le devuelve, parad¨®jicamente, a su esencia pr¨ªstina. Primero, a¨²n en Banyoles, le quitaron la lanza, el taparrabos y los abalorios. Luego, ya en Madrid, se le ha librado del tratamiento indigno, frankensteiniano, que le dieron los Verreaux, el cual que incluy¨® manipulaciones siniestras y repulsivas. Entre ellas, quitarle la piel como un guante, tratarla con ars¨¦nico y volverla a colocar sobre una armaz¨®n de alambre, hueso y paja. Al fin, lo que retornar¨¢ a su tierra natal de ?frica ser¨¢ lo que nunca debi¨® salir de ella: los restos mortales de un ind¨ªgena africano. Sin artificio, sin rastro de la mano distorsionadora del europeo que lo vio y trat¨® como a una bestia.
Regreso no humillante
La deconstrucci¨®n -f¨ªsica e ideol¨®gica- del guerrero, que puede entenderse como de pura justicia hist¨®rica, ha sido realizada en el Museo de Arqueolog¨ªa de Madrid, adonde fue conducido en fun urg¨®n desde el Museo Darder de Banyoles, el pasado d¨ªa 8, en una operaci¨®n con ribetes de Nacht und Nebel, con total secreto. Pese a su conveniencia humana, pol¨ªtica e incluso pr¨¢ctica (la caja no habr¨¢ de ser tan grande), el acto de desmontar al negro de Banyoles debi¨® de ser de a¨²pa. Y no muy agradable.
No se ha precisado exactamente qu¨¦ ha quedado descartado y qu¨¦ se ha conservado de la figura disecada. Aunque la frontera entre lo que se va y lo que se queda est¨¢ clara en las declaraciones de los responsables de disponer el regreso a ?frica: "Devolvemos lo que nos han pedido, los restos del negro, los que lo eran realmente; hemos quitado lo que no era suyo; hab¨ªa mucha paja y alambre y pocos huesos". El embajador espa?ol en Namibia, Eduardo Garrigues L¨®pez-Chicheri, que acompa?ar¨¢ los restos en su postrer viaje y har¨¢ entrega oficial de ellos a las autoridades de Botsuana, y el secretario general t¨¦cnico del Ministerio de Exteriores, Julio N¨²?ez Montesinos, reconocieron que hubiera resultado una payasada llevarles all¨ª al hombre tal y como se exhib¨ªa en Banyoles. "No era correcto devolverlo as¨ª, hubiera sido humillante que lo vieran disecado como un animal", dijeron ayer.
El negro (las propias autoridades botsuanas prefieren llamarle de esta manera, ante la duda nunca resuelta sobre su pertenencia a una etnia concreta: ?bosquimano, bechuana?) ser¨¢ entregado as¨ª como uno m¨¢s de tantos restos humanos -esquimales, pieles rojas o abor¨ªgenes australianos- librados por museos de Occidente tras m¨¢s o menos discusiones con sus pa¨ªses o culturas de origen. Su especificidad de hombre disecado, el ¨²nico caso conocido, ha desaparecido.
El 'negro de Banyoles' dispondr¨¢ de capilla ardiente en Gaborone
El ya ex hombre disecado viajar¨¢ el martes por la noche, dentro de la caja construida especialmente para ¨¦l -sin s¨ªmbolos ni inscripciones- e introducida ¨¦sta a su vez en otra caja como medida de protecci¨®n, en vuelo regular de Iberia de Madrid a Johanesburgo (Sur¨¢frica), de donde a su llegada, el mi¨¦rcoles por la ma?ana, saldr¨¢ en un avi¨®n dispuesto especialmente por Exteriores para su traslado a la cercana Gaborone, capital de Botsuana.En el aeropuerto de la ciudad se le recibir¨¢ oficialmente y se le trasladar¨¢ al "centro c¨ªvico" donde permanecer¨¢ expuesto todo el d¨ªa en una especie de capilla ardiente. Se podr¨¢n observar los restos a trav¨¦s de una mirilla acristalada de la que dispone la caja mortuoria. Si alguien quiere ver qu¨¦ ha quedado del negro deber¨¢ hacerlo entonces porque no est¨¢ previsto, dijeron los responsables del traslado, que se le exhiba antes en Espa?a.
De los restos, inform¨® ayer Eduardo Garrigues, se har¨¢ cargo en Botsuana la iglesia Fraternis de Botsuana, una agrupaci¨®n ecum¨¦nica en la que est¨¢n representados los diferentes credos de la naci¨®n. A la ma?ana siguiente, jueves, se trasladar¨¢ al negro a una zona ajardinada de Gaborone, el parque p¨²blico de Tsholofelo, donde tendr¨¢ lugar la ceremonia del entierro, a la que se prev¨¦ que asista el ministro de Asuntos Exteriores de Botsuana, entre otras autoridades. La ceremonia ser¨¢ "simple y relativamente breve", seg¨²n Eduardo Garrigues, y en ella s¨®lo tomar¨¢n la palabra tres personas: el ministro botsuano, un representante de la Organizaci¨®n de Estados Africanos (OEA), que ha desempe?ado un papel decisivo en la resoluci¨®n del destino del negro, y el propio Garrigues.
Ninguna conmoci¨®n
Al finalizar la ceremonia, se dar¨¢ sepultura al negro. El embajador espa?ol dijo no saber c¨®mo exactamente, aunque descart¨® que vaya a haber cremaci¨®n y supuso que ser¨¢ "un entierro de tipo convencional".
El hecho de que se haya optado por un parque p¨²blico responde, dijo, a que "en un cementerio el acceso ser¨ªa m¨¢s limitado". Garrigues dio por supuesto que se colocar¨¢ alg¨²n tipo de l¨¢pida sobre la tumba, aunque apunt¨® que no le consta oficialmente que vaya a haber inscripci¨®n ni que se haya decidido lo que rezar¨¢ ¨¦sta. "En todo caso, la l¨¢pida no se instalar¨¢ ahora, sino m¨¢s adelante", dijo. En Botsuana, la noticia de que les llega el negro no ha producido, de momento, ninguna conmoci¨®n especial, m¨¢s bien al contrario. El influyente peri¨®dico Mneg-The Reporter de Gaborone recuerda en su ¨²ltimo n¨²mero (22-28 de septiembre) que pese a que el Gobierno de Botsuana reclam¨® el cuerpo, no est¨¢ probado que el negro fuera del territorio que hoy forma el pa¨ªs. Y se refiere al l¨ªo ¨¦tnico-ling¨¹¨ªstico que se han hecho los historiadores de la Universidad de Botsuana al tratar de ubicar al personaje, nada extra?o si se tiene en cuenta que ni siquiera han visto a¨²n los restos y que ni teni¨¦ndolos delante durante a?os los africanistas espa?oles pudieron acreditar su filiaci¨®n. Es cierto que cuando a uno le disecan, por muy bien que se haga, cambia mucho.
El cotidiano de Gaborone recuerda en su art¨ªculo sobre el negro (El negro llega finalmente) que en Espa?a a¨²n hay vestigios de discriminaci¨®n racista y atribuye a la negativa publicidad que supon¨ªa la permanencia del hombre disecado la decisi¨®n del Gobierno de devolverlo a ?frica.
Otras noticias son que las hienas se han comido a un ni?o de 11 a?os que hac¨ªa turismo en una de las grandes reservas de animales y algo que le encantar¨ªa a Darder: el nacimiento de un extra?¨ªsimo h¨ªbrido de cabra y oveja en alg¨²n punto del pa¨ªs.
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