La historia con v¨ªdeos entra
Estaciones de CD-Rom interactivas, 16 montajes videogr¨¢ficos, cuatro producciones multimedia, paneles con fotograf¨ªas, proyecciones, frisos cronol¨®gicos, juegos y hasta una mascota virtual creada por el Instituto de Rob¨®tica de la Universidad de Valencia. Cualquier ingenio se queda corto a la hora de conseguir que los escolares de hoy en d¨ªa aprendan c¨®mo fue el mundo y su pa¨ªs en la era pre-videoconsola. Con este af¨¢n did¨¢ctico se inaugura hoy en la casa de cultura de Finestrat (La Marina Baixa) Una mirada al siglo, una ambiciosa muestra con la que el Ayuntamiento pretende despedir la ¨²ltima centuria.De lo anterior no debe interpretarse que la exposici¨®n sea s¨®lo apta para menores, sino que est¨¢ enfocada para que ellos no se aburran. Apenas hay carteles para leer y, de este modo, los reto?os de la generaci¨®n audiovisual pueden conocer la historia con los soportes que han asumido como propios: monitores de televisi¨®n y ordenador. Finestret es la mascota virtual que recibe a los visitantes. Puede dialogar con ellos e incluso cuenta, en el centro de su nave espacial, con un aparato que transforma caramelos virtuales en dulces que aparecen por una rendija.
La exposici¨®n est¨¢ dividida en periodos hist¨®ricos. En cada sala es com¨²n el collage de fotograf¨ªas sobre los hechos hist¨®ricos m¨¢s relevantes: las guerras mundiales, la civil espa?ola, las dictaduras del Cono Sur, la transici¨®n, la intentona golpista de Tejero... Pero cada etapa tiene sus peculiaridades. Y sus curiosidades, como la primera sorpresa que muchos se llevar¨¢n, al ver expuesto un clip, utensilio que suena muy moderno pero que fue inventado en 1900.
El Gato F¨¦lix, pionero de los dibujos animados, despide esta primera estancia para disipar el disgusto de ver Europa dividida en trincheras. M¨¢s optimista es el periodo de entreguerras, con una reproducci¨®n del Ford T, primer coche que se fabric¨® en serie, aunque el optimismo decrece al ver en los paneles el auge de los fascismos. Pero Europa todav¨ªa era inocente: ya no escuchaba discos de pizarra, sino con microsurcos, y la Bauhaus apostaba por la geometr¨ªa para decorar las casas alemanas. En esta zona comienza a correr la l¨ªnea del tiempo, un friso compuesto por portadas del diario ABC que documentan una ¨¦poca: desde la noticia de la primera abogada que ejerci¨® en Espa?a, Victoria Kent, hasta el primer anuncio de El Corte Ingl¨¦s o la reproducci¨®n del bolet¨ªn que anunci¨® el fin de la guerra civil.
Muy acertado est¨¢ el planteamiento del rinc¨®n dedicado a la Espa?a franquista, con un juego de espejos que ilustran las dos realidades de la ¨¦poca: la del Nodo y la de la calle, o, para que los chavales de hoy en d¨ªa lo entiendan, la virtual y la de verdad.
Un poco m¨¢s all¨¢, el mundo viv¨ªa los a?os sesenta con revoluciones, guerras en el Sudeste Asi¨¢tico, astronautas saltando sobre la Luna y flores pacifistas en el pelo.
Hasta la muerte de Franco hemos visto una exposici¨®n enlutada. Una proyecci¨®n psicod¨¦lica nos da paso a las dos estancias restantes, con las paredes pintadas de colores. En la primera asistimos a la transici¨®n democr¨¢tica y a estaciones de CD Rom en las que el visitante puede seleccionar las canciones que sonaron en aquellos a?os de auge de Eurovisi¨®n. La despedida se realiza entre espejos, como met¨¢fora de un mundo en proyecci¨®n.
Zonas tem¨¢ticas de algunos patrocinadores (Iberia, Renfe y Olivetti), un t¨²nel con fotograf¨ªas de Finestrat y un v¨ªdeo sobre el pueblo completan esta muestra organizada por el Ayuntamiento y montada por Arte Factor. Fuentes municipales destacan que este pueblito de 2.000 habitantes encaramado en el interior de La Marina Baixa podr¨ªa haber despedido el milenio con una verbena, pero ha preferido hacerlo de la mano de la cultura.
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