La alemana incombustible

Heike Dreschler hizo su ¨²ltimo salto con l¨¢grimas en los ojos. Marion Jones hab¨ªa cometido un nulo y Fiona May no logr¨® acercarse a los 6,99 metros de la saltadora alemana. La medalla de oro de Dresch-ler volv¨ªa a ponerla en el mapa cuando todo indicaba que ya no tendr¨ªa m¨¢s posibilidades de retomar los ¨¦xitos de sus mejores tiempos. Dreschler es la ¨²ltima gran representante de la factor¨ªa de la RDA y la ¨²nica que pas¨® sin tacha el turbio periodo que supuso la ca¨ªda de Katrin Krabbe y Grit Breuer.Por historial, Dresch-ler tiene derecho a exigir un puesto entre las mejores atletas de la historia. Dos veces campeona ol¨ªmpica y mundial, excelente especialista en las pruebas de velocidad -tercera en los 100 y los 200 metros en los Juegos de Se¨²l 88-, su larga trayectoria deportiva apenas admite comparaci¨®n.

Han pasado 17 a?os desde su victoria en los Campeonatos del Mundo de Helsinki. Enfrente ha tenido leyendas del calibre de Jackie Joyner, Florence Griffith, Marlies Gohr o Marion Jones y con todas ha librado batallas espectaculares. La ¨²ltima, ayer.

Jones ten¨ªa siete a?os cuando la atleta alemana consigui¨® su primer t¨ªtulo mundial. Cay¨® el muro de Berl¨ªn, se deshizo la escuela deportiva de la RDA, se jubil¨® Joyner, muri¨® Griffith, surgi¨® Jones... El tiempo pasa, pero Dreschler contin¨²a.