Dreschler rompe el sue?o de Jones
V¨ªctima de sus limitaciones, la reina de la velocidad no pasa del bronce en longitud
Marion Jones no tuvo ant¨ªdoto contra sus carencias en longitud. Fue derrotada por la distinguida Heike Dreschler, de 35 a?os, saltadora de raza cuyo rastro se pierde en la noche de los tiempos, cuando las atletas de la RDA dominaba el atletismo con pu?o de hierro. Tan vers¨¢til o m¨¢s que Jones -logr¨® marcas muy interesantes en el heptatl¨®n-, su primera referencia fue la longitud. Ten¨ªa 17 a?os cuando venci¨® en los Mundiales de 1983. Y 17 a?os m¨¢s tarde cort¨® en seco el sue?o de la estadounidense, sometida al mismo tratamiento que Ian Thorpe en la nataci¨®n.Nadie es perfecto, o es ajeno a debilidades. Thorpe y Marion Jones estaban llamados a protagonizar los Juegos, y no se puede decir que hayan defraudado. Todo lo contrario. Son dos faros del deporte mundial, gracias al excelente trabajo que han hecho en Sydney. Pero los dos han sido vulnerables en alg¨²n instante. Jones ven¨ªa avisada de sus numerosos defectos como saltadora, limitaciones que no la hicieron rebajar sus expectativas. Su postura merece toda clase de elogios. Quer¨ªa toda la gloria, por encima de todos los consejos que recib¨ªa en contra de su obstinaci¨®n por participar en longitud. Era la ambici¨®n leg¨ªtima de un atleta ejemplar. Fue elegante en la victoria y en la derrota. "Por supuesto que este resultado me duele, pero no me arrepiento de lo que he hecho. Adem¨¢s he tenido el honor de ser derrotada por una saltadora maravillosa", dijo Jones, tercera en una final emotiva, pero de escasa altura.
Dreschler hizo uso del conocimiento que tiene de la prueba. Ya no es la fuerza de la naturaleza que saltaba m¨¢s de siete metros, corr¨ªa los 100 metros en menos de 11 segundos y bajaba con relativa facilidad de 22 segundos en los 200. Con 34 a?os est¨¢ en el ocaso de su trayectoria deportiva, aunque no lo suficiente como para colgar el sombrero. Dreschler sabe muy bien que el salto de longitud se ha estancado. Atr¨¢s quedaron sus ¨¦picas batallas con Jackie Joyner, muy por encima de los siete metros. Ahora se puede ganar una final ol¨ªmpica con un salto de 6,99 metros, la marca que sirvi¨® a la alemana para ganar en Sydney.
Para Marion Jones fue un combate contra la ansiedad y contra sus limitaciones. Le bastar¨ªa con un correcto aprovechamiento de su velocidad. Sin embargo, esa velocidad no tiene traslaci¨®n en el salto, raz¨®n por la que su esfuerzo le resulta tan traum¨¢tico. Jones salta contra natura, al menos hasta ahora. Todav¨ªa no ha conseguido vencer en una gran competici¨®n, y en cambio ha visto como su cuerpo quedaba amenazado por la dura exigencia de los saltos. En Sydney s¨®lo complet¨® dos intentos. En el primero consigui¨® 6,68 y en el segundo 6,92, la misma distancia alcanzada por la italiana Fiona May (plata). Insuficiente para batir a Dreschler, que no hizo otra cosa que tirar de experiencia.
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