Contra la zozobra del pensionista
Uno de los mejores servidores p¨²blicos que he conocido es el valenciano Adolfo Jim¨¦nez Fern¨¢ndez. Durante muchos a?os ha tenido como un objetivo de su vida el que todo el mundo tuviera sanidad p¨²blica, que se cobrara pensi¨®n suficiente y que los parados tuvieran alg¨²n dinero. Ha servido, con este talante capaz y sostenido, en todo lo que ha podido para que los flagelos de la enfermedad, de la vejez y de la falta de trabajo desaparecieran de Espa?a. Adolfo Jim¨¦nez se constitu¨ªa as¨ª, junto con tantos otros y con los votantes de 1982, en una pieza clave para que las tres mayores desigualdades sociales, la cuarta es la educaci¨®n, se aminoren o desaparezcan. Sir William Beveridge es la gu¨ªa moral indeclinable. Alcanzar la eliminaci¨®n de dichos flagelos fue un sue?o que exige mucho realismo y persistencia. Una persistencia que Adolfo Jim¨¦nez la curti¨® en el monta?ismo alcanzando algunos 8.000 metros y la sigue curtiendo con traves¨ªas de 300 o 400 quil¨®metros.De estos cuatro objetivos no ha habido ninguno que haya sido tan bombardeado como el de las pensiones. Aparecieron estudios que aseguraban su derrumbe, lo que ocasionaba zozobra en muchas personas fr¨¢giles solamente por su edad avanzada. Demagogia, pesimismo e intereses monetarios que causaban temor entre quienes ya no pueden reaccionar. Ante esta avalancha, en la que colaboraba un ministro de Pinochet, surgi¨® la voz de Adolfo Jim¨¦nez desde un alto cargo con un estudio que aseguraba que el sistema de pensiones p¨²blicas era viable hasta al menos el a?o 2014. El fracaso actual de los profetas del miedo es tan evidente como lo es su falta de arrepentimiento de estos difusores de la inseguridad. Se ha olvidado la relaci¨®n de quienes fueron, pero algunos no.
Con Adolfo Jim¨¦nez en privado hemos establecido la relaci¨®n de irresponsables que conf¨ªan en que seamos desmemoriados. Siempre hemos apreciado a los que se han equivocado pero han hecho su "descargo de conciencia" como Pedro La¨ªn Entralgo o han "escrito en Espa?a" como Dionisio Ridruejo. Dado que no tienen esta estatura moral hay que recordarlos -sin dar nombres- para que su estirpe no prolifere.
El a?o cumbre de la demagogia fue 1995. La Fundaci¨®n BBV, que tantas buenas cosas ha hecho, anunci¨® que el sistema de pensiones alcanzar¨ªa en el a?o 2000, este mismo a?o, un d¨¦ficit insoportable. Si los autores hubieran tenido raz¨®n la situaci¨®n ser¨ªa dram¨¢tica puesto que pensaban en un d¨¦ficit de 1,4 billones de pesetas que significa el 1,6 por ciento del PIB. De todos modos hubo alguien m¨¢s catastrofista puesto que el estudio realizado por FEDEA cifr¨® con arrogancia que el d¨¦ficit ser¨ªa m¨¢s alto. Exactamente 2,3 billones de pesetas y el 2,7 por ciento del PIB. Ahora los denominados expertos contratados por la Fundaci¨®n BBV y por FEDEA tendr¨ªan que publicar sus excusas por haber introducido tanta zozobra entre los pensionistas y haber participado en una batalla estrictamente pol¨ªtica con desprecio de las t¨¦cnicas de an¨¢lisis de los economistas. Una alternativa a esta dura descalificaci¨®n es que reconozcan que son malos economistas.
Mientras tanto, un grupo de expertos encabezados por un catedr¨¢tico valenciano aunque llamado Catal¨¢n constituyeron una comisi¨®n por encargo de la Seguridad Social. Me le¨ª entonces este informe y me pareci¨® muy sensato. Era tan sensato que afirmaba lo que ha sucedido. As¨ª, daba como seguro que el d¨¦ficit ser¨ªa solamente de 88.000 millones de pesetas lo que supone un modest¨ªsimo 0,1 por ciento del PIB. Para que esto fuera realidad y lo fuera a¨²n de una manera m¨¢s positiva se recomendaban algunas reformas. Unas reformas que se pod¨ªan resumir en dos: aumento del periodo fijado para el c¨¢lculo de la base reguladora y modificar el porcentaje aplicable para calcular la pensi¨®n.
Los entonces l¨ªderes sindicales, Marcelino Camacho y Nicol¨¢s Redondo, estuvieron a punto de convocar otra huelga general por pasar el periodo b¨¢sico de 2 a 8 a?os. Uno de los cambios fundamentales de estos tiempos ha sido la sustituci¨®n de dicho binomio por el de M¨¦ndez-Guti¨¦rrez que hizo que, sensatamente, se pasara de 8 a 15 a?os sin que nadie moviera un m¨²sculo. Dos medidas que hubieran sido absolutamente incapaces de amortiguar la dura situaci¨®n que la Fundaci¨®n BBV y FEDEA hab¨ªan pronosticado con un error tan manifiesto a corto plazo.
Acabo de leer en la presentaci¨®n de los presupuestos del a?o 2000 por parte de su m¨¢ximo responsable Crist¨®bal Montoro, que intenta desplazar a Rodrigo Rato, frases tan contundentes como de que se aprueba "un presupuesto sin d¨¦ficit con la ayuda de la Seguridad Social". A?adamos, poca ayuda pero ayuda. Acabemos proclamando con Adolfo Jim¨¦nez, nuevamente, que hasta el 2014 no hay ning¨²n problema a la vista en relaci¨®n a las pensiones p¨²blicas.
Ernest Lluch es catedr¨¢tico de Historia del Pensamiento Econ¨®mico.
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