Una marca por batir
Siempre queda una marca por batir. En cada edici¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos aparece el nuevo atleta que supera esos cent¨ªmetros que se necesitaban para batir un r¨¦cord. En la siguiente alg¨²n nuevo deportista se encargar¨¢ de bajar del podio al campe¨®n de ayer y de situarse ¨¦l mismo en lo m¨¢s alto. Es que no se pueden poner vallas a las posibilidad del hombre para superar metas inconcebibles en todas las competiciones. Tambi¨¦n, en las del esp¨ªritu.Ya nada nos sorprende. Son tales los hondones a los que llega la investigaci¨®n que poco lugar queda para el sobresalto. Pero enseguida aparece la incoherencia y la negaci¨®n de posibilidades, de encontrar horizontes nuevos, de lo que puedan aportar otras ciencias, otras maneras de conocimiento. Estamos muy necesitados de verdadera honestidad intelectual. Un cient¨ªfico que se precie no puede rechazar hip¨®tesis alguna. Ser¨ªa autolimitar la capacidad del saber. Otra cosa distinta es la verificaci¨®n directa del objeto que se estudia. Es nobleza reconocer que ¨¦ste no es mi campo de investigaci¨®n. No ser¨ªa admisible el asegurar que no puede ser el de nadie.
Aunque no por culpa suya, Dios, el Absoluto, lo trascendente padece de un grave mal: no interesa en los c¨ªrculos intelectuales. Habr¨ªa que analizar esta falta de inter¨¦s. ?La religi¨®n no es objeto cient¨ªfico o se prefiere soslayarla en el mundo del pensamiento? ?Es condici¨®n de progresismo el marginar lo religioso o solamente el verdadero progresista pone en su mesa de reflexi¨®n el tema de la fe? Tambi¨¦n algunos hablan del recelo a considerar el tema religioso, debido a las implicaciones y responsabilidades que plantea a la vida personal y social. No cabe duda de que se necesitar¨¢ de la honradez intelectual y del arrojo necesario para perseguir la verdad. Si se quiere ver, habr¨¢ que ponerse de limpio los ojos. Con un poco de honestidad intelectual y algo de misericordia, que es respeto convencido y apoyo a los dem¨¢s, no resulta dif¨ªcil.
Dorado refugio para la evasi¨®n es el del ate¨ªsmo comod¨®n y el del agnosticismo indiferente, que prefieren que las pl¨¢cidas ideas de negar existencia y posibilidades para eludir el esfuerzo de buscar y compromiso con unos valores que interpelan la mente y ara?an la conciencia. Siempre queda una marca por batir.
Carlos Amigo Vallejo es arzobispo de Sevilla.
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