Un tribunal aplaza la decisi¨®n sobre el cierre de Napster
Napster volvi¨® ayer a jugarse la vida ante los tribunales. La empresa, creadora de un servicio que permite a los usuarios descargar m¨²sica gratuita a trav¨¦s de Internet, tiene m¨¢s ¨¦xito que nunca: 30 millones de clientes y un mill¨®n de peticiones al d¨ªa. Su crecimiento es el m¨¢s r¨¢pido en la historia de la red. Pero su existencia puede terminar en cualquier momento. Sus abogados comparecieron ayer ante un tribunal de apelaci¨®n de San Francisco, que estudia una demanda de cierre planteada por la industria discogr¨¢fica. El tribunal aplaz¨® la decisi¨®n, lo cual significa, seg¨²n fuentes judiciales, que los clientes de Napster podr¨¢n seguir grabando al menos durante las pr¨®ximas tres semanas, inform¨® Efe. Durante la sesi¨®n, los abogados de Napster indicaron que una orden que proh¨ªba su funcionamiento significar¨¢ la muerte de la compa?¨ªa, en tanto que los representantes de la industria discogr¨¢fica afirmaron que las autoridades judiciales deben ratificar los principios b¨¢sicos de la ley de propiedad intelectual
La compa?¨ªa pende de un hilo desde el 26 de julio, cuando una juez federal orden¨® su cierre inmediato. Napster apel¨® y consigui¨® que la orden fuera revocada. Pero la Asociaci¨®n de la Industria Discogr¨¢fica de Am¨¦rica, que integra a corporaciones tan poderosas como Sony, Time-Warner, EMI y Bertelsmann, ha vuelto a la carga. Las discogr¨¢ficas quieren una muerte r¨¢pida: temen que la popularidad de Napster se haga incontenible por la v¨ªa legal. El juicio fijar¨¢ el futuro de la legislaci¨®n sobre derechos de autor.
Ley y realidad
En este caso, la ley parece chocar contra la realidad. Casi todos los juristas consideran que la ley ampara a las discogr¨¢ficas: la propiedad intelectual est¨¢ protegida, y un sistema de intercambio masivo como el creado por Napster dif¨ªcilmente puede acogerse a la excepci¨®n reservada a las copias para uso personal. Ocurre que las cosas no pueden desinventarse. Y la tecnolog¨ªa del MP3, que permite comprimir una canci¨®n en un archivo inform¨¢tico, no tiene vuelta atr¨¢s. En la estela de Napster han surgido otras compa?¨ªas, como Guntella, Aimster o Freenet, que tambi¨¦n permiten intercambiar m¨²sica. Otro argumento no legal, sino real, a favor del MP3 y en contra de las discogr¨¢ficas: Napster y otras iniciativas similares han hecho aumentar las ventas de discos. La propia industria discogr¨¢fica admite que las cosas tendr¨¢n que cambiar. Su estrategia consiste en ganar la guerra contra Napster para negociar los cambios desde una posici¨®n de fuerza. El tiempo juega en su contra, porque la presi¨®n de los consumidores, la posici¨®n favorable al MP3 de algunos grandes creadores de m¨²sica (desde U2 hasta Offspring) y la petici¨®n de la poderosa Asociaci¨®n de la Electr¨®nica de Consumo (que engloba a firmas como ATT, Oracle y Yahoo) de que las leyes sobre copyrights sean modificadas est¨¢ haci¨¦ndose o¨ªr en el Congreso de los EE UU. Algunos parlamentarios opinan que los derechos de autor deben ser sometidos a una profunda revisi¨®n legislativa.
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